SAN VICENTE DEL RASPEIG. San Vicente del Raspeig se sitúa como la séptima ciudad más poblada de la provincia (y recortando distancia con Alcoy en el pulso por el sexto puesto); su motor económico se divide, a grandes rasgos, entre la universidad -que atrae a una cantidad notable de población flotante cada año- y la industria, y su potencial lleva a planificar su constante desarrollo como municipio. Pero San Vicente sigue teniendo diversos asuntos pendientes, algunos de los cuales ya se están desarrollando, como la construcción de nuevas infraestructuras deportivas o la atracción de empresas mediante la ampliación y modernización de los polígonos industriales. Un listado que ha querido explicar a Alicante Plaza el alcalde de la localidad, Jesús Villar (PSOE).
La Universidad de Alicante (UA) es, en palabras de Villar, "la primera fuerza económica del municipio". Tanto es así que MiCampus abrirá una residencia de estudiantes en la localidad en septiembre de 2022. Previamente a este anuncio, la localidad -al igual que el resto del mundo- se vio azotada por la pandemia, un contexto en el que la UA suspendió las clases y, como consecuencia, los y las estudiantes se marcharon a sus ciudades de origen. "La Universidad es un gran motor económico de nuestro municipio en cuanto a estudiantes, restauración, las compras que realizan tanto estudiantes como profesorado en nuestro municipio... La pandemia ha hecho mucho daño a San Vicente como ciudad universitaria", confiesa el primer edil.
Con el inicio de las clases del curso académico 2020/2021, "el estudiantado ha vuelto a San Vicente, pese a la alternancia entre clases presenciales y online. La sensación que nos da es que la ocupación de las residencias universitarias y de los pisos está casi al 100%", esboza, con unos datos de población flotante de alrededor de 6.000 personas movidas por el ámbito educativo. Pero Villar establece que no solo cuentan quienes "viven en la localidad de lunes a jueves, sino también profesores de toda la provincia que vienen, que comen, que compran y que utilizan San Vicente como su ciudad".
Para afianzar aun más la relación entre San Vicente y la UA, el munícipe cuenta que se ha mantenido una reunión con el nuevo vicerrector de Campus para tratar algunos asuntos pendientes, como "hacer una entrada un poco más amable entre San Vicente y la universidad", desde la calle Vicente Savall; desarrollar un espacio que queda al lado de la Facultad de Educación y el colegio, en una parcela que se cedió a la Universidad, o poner al día los edificios del campus. "Tenemos asuntos pendientes del día a día y de futuro de la Universidad", reitera.
Cercano a la Universidad se encuentra el Complejo Deportivo Sur, donde se está llevando a cabo la construcción de un nuevo pabellón polideportivo. Las obras, que comenzaron a finales de octubre de 2020, "siguen el ritmo que esperábamos y su finalización está prevista para los primeros meses de 2023", adelanta el alcalde. Las obras se adjudicaron a la UTE Tecnología de la Construcción y Obras Públicas S.A. y Aitana Actividades de Construcción y Servicios S.L. con un presupuesto de más de siete millones de euros.
Sin embargo, el pasado 2020 el retraso de las mismas vino justificado por la obligación de quitar un millón de euros "para destinarlo a ayudas a las empresas que lo estaban pasando mal. Pero una vez que empezó el pabellón el ritmo es el esperado y, en principio, el plan de obras se sigue cumpliendo".
San Vicente atesora cuatro polígonos industriales en su término municipal: Canastell, Inmediaciones, Torregroses y Rodalet. Es el primero de ellos el que constituye el motor económico de la industria en la localidad, por su dimensión y por el volumen de empresas que se encuentran allí instaladas. Sin embargo, comienza a estar al borde de la saturación, por lo que el Ayuntamiento estudia una ampliación de suelo de hasta 600.000 metros cuadrados para dar cabida tanto a las ofertas que, confiesa, ya les han llegado como a otras posibles empresas interesadas.
"Hemos recibido propuestas de suelo, pero hablan de unas parcelas muy grandes que ahora mismo resultan imposibles", declara Villar, quien apunta que "cuando se desarrolló Canastell se pensó en parcelas pequeñas, con muchas calles y otra tipología de naves. Ahora tenemos que estar más abiertos y pensando que hay empresas que necesitan naves de muchos metros; no podemos cerrar esa puerta".
Para seguir mejorando estas cuatro bazas industriales, el Pleno aprobó el pasado febrero los proyectos que se presentan para las subvenciones del IVACE, dotando a cada propuesta de 200.000 euros. Se trata de los mismos proyectos que ya presentó el Consistorio el año pasado y que quedaron huérfanos al suspender el IVACE dichas ayudas para destinar la cuantía a paliar la crisis. En esta línea, el primer edil adelanta que la intención del Ayuntamiento para este año es "empezar a preparar proyectos para las futuras subvenciones de IVACE para que los polígonos industriales sean más atractivos y las empresas decidan venir a San Vicente".
Además de las subvenciones del Instituto Valenciano de la Competitividad Empresarial, San Vicente también ha solicitado ayudas dentro del Pla Edificant de la Generalitat con dos proyectos notables: "Por un lado, la construcción de un nuevo instituto y, por otro, la ampliación del aulario del Centro de Formación Profesional Canastell, además de mejoras y construcción de gimnasios en todos los colegios", traslada Villar. En cuanto a la Conselleria de Vivienda, concedió una subvención al municipio para rehabilitar el edificio principal de acceso al cementerio.
La posibilidad de disponer del remanente de tesorería ha supuesto para San Vicente -y para el resto de municipios- un respiro. Con una cantidad potencial de alrededor de 16 millones de euros, el Consistorio sanvicentero ya prepara proyectos en los que pretende invertir esa cantidad: "Por un lado tenemos las reparaciones y mantenimiento, que es algo menos atractivo, pero también necesario y, por otro, un paquete importante de ayudas para empresas y personas autónomas afectadas por la pandemia, así como para personas y familias, desde Servicios Sociales".
La rehabilitación del barrio de Santa Isabel es un asunto que avanza lento, pero que tiene una mirada integral. El Consistorio sanvicentero redactará durante 2021 el proyecto del bloque 67 -el que da a la autovía-, "que es el más afectado. Ya tenemos los fondos concedidos tanto de la Conselleria como del Ministerio de Vivienda, además de la aportación del 55% que realizará el Ayuntamiento. Se trata de un edificio problemático, porque la rehabilitación va a rondar los dos millones de euros", comunica Villar.
Todos los edificios que contaban con proyecto de rehabilitación ya se han llevado a cabo, -tanto los que realizó el PP como los tres de este equipo de gobierno- y la intención es seguir rehabilitando el resto, "pero existe el hándicap de que los que quedan no tienen proyecto, con lo cual un año se destina a la redacción del mismo y otro, a acometer las reformas".
"La expansión de San Vicente va a ser hacia la Universidad", sentencia. En este sentido, el desarrollo urbanístico del municipio se centra en el Plan Montoyos -desde la calle Elche hasta el velódromo-, donde se construirá el instituto, viviendas y zonas verdes; el Plan Parcial El Pilar -cerca del parque Lo Torrent-, que se encuentra ahora en exposición pública, cuya intención es "que deje de ser zona industrial, construyendo viviendas, zonas verdes y un colegio", y, aunque más atrasado, Castellet, donde se va a desarrollar el velódromo ya existente, así como "la pista de atletismo que se está planteando construir y otra zona de instalaciones deportivas y viviendas".
A partir de enero, los clubes de San Vicente podrán empezar a utilizar las instalaciones para sus entrenamientos.