VALÈNCIA. El sábado 25 de marzo comienza a las 18:30 horas en el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) el ‘Cine por venir’ con la proyección de ‘No-Res’, con entrada libre, de Xavi Artigas. Estas jornadas cinematográficas, junto actividades complementarias como debates y talleres seguirán hasta el 8 de junio y en diferentes sedes: IVAM, Las Naves, La Filmoteca y Fundación La Posta.
'Cine por venir' es un foro de intercambio de experiencias y procesos relacionados con la imagen fílmica contemporánea en el que se exploran sus posibilidades y relaciones con otras prácticas artísticas y sociales. Está organizado a través de la “Imagen” (proyecciones y cine-fórum), la “Palabra” (encuentros, presentaciones y debates) y la “Acción” (actividades formativas de creación y reflexión). En 2017, Cine por venir se propone repensarse así mismo y reformula las cuestiones antes planteadas para intentar responder a: ¿Quién hace cine hoy y cómo lo hace? ¿Desde dónde? ¿Con quién?
En estas jornadas, las proyecciones están organizadas en dos programas: “Colectivos, comunidades y procesos fílmicos”, en el que se invitarán a cineastas implicados en colectivos a presentar trabajos inmersos en comunidades, como Xavier Artigas y Metromuster, las chicas de Pasaik, así como la experiencia colectiva del Laav_ (Laboratorio de Antropología Audiovisual Experimental), y “El otro en nosotros. Autores contemporáneos frente a la alteridad”, en el que se podrán ver películas de Chantal Akerman, Oliver Laxe, Juanjo Giménez y Andrés Duque y un cortometraje de Pilar Monsell. Además, habrá debates colectivos y talleres de cineastas en relación a estos dos ejes temáticos. Y, como novedad este año, se realizará un proceso fílmico dinamizado por Rubén Marín en un barrio de Valencia (Orriols), junto a la Asociación Orriols Convive, y cuyo resultado será proyectado durante las jornadas.
“NO-RES” (2012) dará el pistoletazo de salida a las jornadas de 'Cine por venir' con la presencia de su creador, Xavi Artigas. El proyecto es el fruto de un proceso colectivo, en el cual los micromecenas pudieron influir sobre el resultado final, gracias a las sesiones de los llamados Work-in-Progress que se fueron realizando a lo largo del rodaje. En estas presentaciones, se compartía con los futuros espectadores —y al mismo tiempo coproductores del proyecto — aquello que se iba grabando.
Todas las sugerencias recogidas en estas sesiones fueron afectando el montaje final del film. A lo largo de la producción, todos los colaboradores cobraron dignamente, especialmente gracias al hecho de haber entrado en coproducción con Tv3. Así pues queda demostrado por primera vez en nuestro país, que producir bajo licencias libres no perjudica ni al sector del audiovisual ni a sus trabajadores: simplemente permite eliminar los intermediarios. S
El Belles Arts lleva obras de Ribera al Petit Palais de París mientras que la Fundación Per Amor a l'Ar afianza su relación con el Thyssen