TENDENCIAS ESCÉNICAS

Marcos Morau: “Avanzamos a costa de todo y de todos, a la deriva”

El coreógrafo valenciano presenta en el Teatre El Musical su reflexión sobre un progreso individualista, Pasionaria

27/02/2019 - 

VALÈNCIA. El título de la última propuesta del coreógrafo valenciano Marcos Morau al frente de su compañía La Veronal resulta ambiguo, pero tampoco induce a engaño. Pasionaria no trata sobre Dolores Ibárruri. Sin embargo, el espíritu de la dirigente política de la Segunda República sobrevuela esta pieza sobre el individualismo. Y lo hace como el reverso positivo del porvenir que se está imponiendo. En palabras del Premio Nacional de Danza, “un mundo artificial al que somos empujados, lanzados violentamente donde la cobardía moral va convirtiendo el mundo en un lugar de adultos indefensos”. Frente a este horizonte de artificio y vacío emocional, Morau aspira a uno humano, valiente y ético, como el que representa el personaje histórico.

- ¿Hasta qué punto elegisteis el título de la obra como un guiño a la icónica figura de Dolores Ibárruri?
- Pasionaria para nosotros era el nombre de un lugar imaginario. Un ente volante simulando la tierra, como si nuestro mundo se desdoblara y nos viésemos ahí suspendidos, perdidos. En cuanto a la relación con Dolores Ibárruri por supuesto que pensamos en ella, pero nunca en hacer una pieza sobre ella sino precisamente sobre lo último que ella sería.

- Vuestra obra contrapone la tecnología a la pasión, ¿en qué medida te sientes desilusionado con la proliferación de dispositivos móviles?
- Vivimos entre esa dependencia y ese rechazo. Avanzamos a costa de todo y de todos, a la deriva. Me detengo y me veo ahí en medio, entre un mundo analógico y digital, entre unos sentimientos viejos y otros nuevos. Con 36 años, en mitad de algo que se mueve muy rápido… Mientras tanto voy trabajando con cuerpos, con bailarines, de una manera casi que artesanal, usando la materia viva del cuerpo en esta ocasión para hablar del mundo digital, de las nuevas maneras de relacionarnos, de querernos… No hay nada más frustrante y más emocionante.

- ¿Qué te ha llevado a vaticinar un futuro insensible?
- El presente se engulle cada vez que lo nombramos. Decimos futuro pero en realidad nos estamos refiriendo a nuestro hoy.

Foto: ÁLEX FONT

- Pasionaria señala males contemporáneos como el desapego emocional, el individualismo y la cobardía. ¿Qué podemos oponer a esta deriva?
- Hemos aprendido a protegernos, a que nada nos duela y a no mostrar las carencias ni las faltas, como si fuésemos súper héroes de una saga que está a punto de empezar. Todo lo que vendrá importa más que lo que ya tenemos. Hemos aprendido a vivir por delante del tiempo. 

- ¿Por qué has elegido la cita de la novela Sumisión, de Michel Houellebecq, “quien controla a los niños, controla el futuro” como arranque en el programa de mano?
- Michel Houllebecq es un gran visionario. La historia nos ha contado siempre que de aquellos barros estos lodos.  Citar a los niños es nuevamente hablar del futuro. El control es lo que preocupa, la educación, los patrones, la esperanza. Nos pareció muy elocuente y muy acertada para reflexionar sobre el rumbo que tomamos. 

- La dramaturgia ha sido un trabajo compartido entre Roberto Fratini y Celso Giménez, que visitó València con la obra de La Tristura Cine, ¿Hay alguna conexión entre esta pieza sobre niños robados y los bebés ninguneados o escondidos que aparecen en escena en Pasionaria?
- Esto siempre es un misterio, Pablo Gisbert, Celso Giménez y yo salimos de Valencia hace más de 10 años, somos grandes amigos, compañeros de profesión y de trabajo y observamos que tenemos un pasado común, unas filias compartidas, recuerdos, momentos. Decir que hay una conexión voluntaria con los niños de Cine y de Pasionaria no sería cierto, pero que a nosotros tres nos preocupa el futuro es un hecho, y no hay nada que ilustre mejor el futuro que un niño de hoy.

- ¿Qué simbolismo tiene en la obra el uso de la música de Bach, caracterizada por su profundidad intelectual, pero también por la perfección técnica?
- Usamos la Pasión según San Juan para abrir el espectáculo y la Pasión según San Mateo para cerrarlo. Son temas que sirven como contrapunto, para reforzar más la idea de vacío emocional, cualquier cosa al lado de las pasiones de Bach parece que esté muerta. 

Son los dos momentos donde la música clásica se abraza a la obra, a modo de sándwich. Todo el apartado musical que queda en el interior de estos dos grandes temas tiene que ver con músicas y sonidos de estilo retro futurista, llenos de nostalgia, que hablan de otro tiempo, la añoranza del pasado junto al entusiasmo de un futuro imaginario, apocalíptico, sin esperanza. 

Foto: ÁLEX FONT

- En las críticas publicadas en prensa citaron referencias como Wes Anderson, Peeping Tom, Vin Vandekeybus y Jan Fabre. ¿Cuáles de estos creadores contemporáneos has tenido realmente en mente durante el proceso de creación?
- No sé, la verdad, hace mucho tiempo que no leo las críticas. Existe una necesidad de conectar creadores con creadores, estilos con estilos y hacer que todos  quepamos dentro de alguna celda. Entiendo que se apilan nombres por un imaginario compartido o una manera de contar. El cine de terror, de suspense, Hitchcock, Wes Anderson, Roy Andersson, Lynch… son creadores que me alimentan de algún modo claro. Pero intento no ser víctima de mi estilo y poder transformarme cada vez, ver otro Marcos dentro de mí. Esto es algo que me obsesiona. 

- ¿Habéis finalizado vuestra serie de piezas inspiradas en ciudades del mundo?
- No. Esto es algo que seguirá algún día. De momento no pienso en completar la serie sino en dejarme llevar y ver qué sucede.

- ¿En qué nuevos proyectos estáis trabajando, entonces?
- Ahora mismo acabamos de estrenar en Suiza nuestra versión de Orfeo y Eurídice, y seguimos presentando Pasionaria por aquí y por allá. En mayo viajamos a Seúl para desarrollar una creación en la Compañía Nacional de Danza Contemporánea de Corea y en septiembre seguimos con una creación para Scapino Ballet Rotterdam que me hace especial ilusión. Ya en 2020  esperamos poder estrenar el nuevo trabajo de La Veronal, mientras otras creaciones de ópera y danza irán viniendo.

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