Foto de archivo (FRANCESC VERA CASAS)SUECA. El crecimiento de la Mostra Internacional MIM de Sueca es exponencial. Nunca antes había programado tantos espectáculos, en tantos escenarios y con una representatividad tan global de teatro gestual. Las artes escénicas que entienden el cuerpo como punto de partida tienen para la edición de 2017 el lema La musicalidad a escena. Entre el 13 y el 17 de septiembre, como cada año cuando se apagan las fiestas de la Mare de Déu de Sales, el certamen propondrá 50 representaciones que involucran a 400 trabajadores entre artistas, técnicos y personal diverso del festival.
El MIM es uno de los tres festivales más relevantes de teatro gestual de Europa y el mejor del Estado español. En su 28ª edición, el encuentro está en un momento tan dulce que la alcaldesa de la población, Raquel Tamarit, aseguró en su presentación: "que nos conozcan por todo el mundo en positivo, por lo que hacemos, es un orgullo; pero nos lo hemos ganado a pulso". La máxima representante de la población no eludió recordar que el municipio rodeado por el Mediterráneo ha sido la cuna de una incontable lista de intelectuales entre los que están Josep Bernat i Baldoví, Nicolau-Primitiu o Joan Fuster, entre otros.
Entre los nombres propios ilustres y más próximos a la actual cita podrían encontrarse Joan Baldoví (diputado en el Congreso por Compromís, ex alcalde y presente en la puesta de largo del festival), Abel Guarinos (director del festival durante 25 años y actual máximo responsable del Instiut Valencià de Cultura) y Joan Santacreu. Este último tomó el testigo de Guarinos hace ya dos ediciones y en su tercera propuesta ha desplegado una importante representación con todo tipo de derivadas del teatro del cuerpo. El director del IVC admitió tras la presentación tenerle "envidia sana" al relevo generacional dadas las cifras de presupuesto de 2017, las más altas de su historia: entre 160 y 170.000 euros.
Para ello ha sido capital que la aportación de la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte casi se haya triplicado desde 2012 o más que doblado desde que entrase el Gobierno actual. Para el secretario Autonómico de Cultura y Deporte, Albert Girona, "es un ejemplo de cooperación institucional pública y privada, vertebración y democratización de la cultura, creación de nuevos públicos y una apuesta por las propuestas escénicas valientes y arriesgadas". Esa idea de "excelencia" fue puesta en valor por todos los impulsores del proyecto que se guarda varios ases en la manga.
Pese a que las aportaciones de la empresa privada se mantienen en cifras similares a las de los últimos años, según Santacreu, la Fundació Bancaixa hace una de sus colaboraciones más onerosas con respecto a las actividades no organizadas directamente por la entidad. Pero es la propia venta de entradas otro de los soportes económicos fundamentales del festival: "este año, cuando salieron a la venta se vendieron 2.500 entradas en 15 minutos". Santacreu estima que las cifras volverán a rozar el lleno, también gracias a sus precios populares. Para espectáculos como Cirque Poussière de La Faux Populaire (un montaje "íntimo" de formato 360º que "cambiará la percepción del Poliesportiu") ya no quedan entradas.
El festival se ha multiplicado a nivel artístico, espacial y económico. Para comunicarlo ha utilizado un cartel de Sandra Fernández que, en palabras de Tamarit, "es reflejo del alma de este festival, multitudinario y a la vez íntimo, delicado, en el que todo está cuidado al milímetro". En concreto serán 20 propuestas en las que "la música, los instrumentos, sonidos o canciones brillarán con voz propia en cada uno de los espectáculos programados", según Santacreu. Además de la clase magistral que suele prender la mecha enfocada al público profesional (en este caso, impartida por el chileno Mauricio Celedón, una de las figuras más destacadas del teatro físico y gestual de América Latina, con el título Un día yo hice mimo), estas son las propuestas del MIM de sueca para 2017.
Es inevitable fijarse en las aportaciones externas del festival. Algunas de las compañías más efervescentes y consolidadas del panorama europeo se hacen presentes en Sueca, algo que es interesante para los vecinos de las Riberas y València, pero también para autores escénicos e intérpretes. Ese vistazo a la actualidad del teatro gestual, desde muchas vertientes, contará con propuestas de danza, circo y todo tipo de expresiones a partir del cuerpo.
Además de los ya citados La Faux Populaire (llamados a ser entre lo más recordado de la 28ª edición), los belgas Okidok retorcerán las posibilidades del género clown con Slip experience. Por su parte, Blick Theatre interpelará a los espectadores a través de un concepto vanguardista de marionetas con Hullu, y la compañía francochilena Teatro del Silencio exhibirá su espectáculo de calle Doctor Dapertutto.
Guillem Albà & Clara Peya representarán Pluja y Cor de Teatre Allegro. Los dos proyectos catalanes se sumarán a las actuaciones de danza aérea de la Cia. Estampades (FAR), Brincadeira (Vertical) y la exitosa Carilló de La Tal y La Mecànica con Els Ravinovich.
La clave local no será menos interesante. Basta recordar que Maduixa Teatre logró dos en los XX Premios Max, uno de ellos estrenando la categoría de teatro de calle con Mülier, que también estará en el festival. La Negra estrenará el espectáculo En els núvols. Cia. Quitter también destapará Tant de bo, A Tempo Dansa representará #DeTraca, La Finestra Nou Circ Circo Diverso, Visitants Tempus y Truna A la balconada.
Para toda la familia el MIM ha programado este año el espectáculo de la compañía Aracaladanza Vuelos, Premio Nacional de Teatro para la Infancia y la Juventud, además de Aupapá, espectáculo para bebés de 0 a 3 años de la compañía asturiana Zig Zag Danza
