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análisis Ap - resaca del congreso nacional del partido

Guía para el nuevo PP de Casado y para la debilitada estructura regional de Bonig

25/07/2018 - 

VALÈNCIA. La holgada victoria de Pablo Casado sobre Soraya Sáenz de Santamaría en el congreso del PP celebrado el pasado fin de semana en Madrid todavía resuena en la dirección valenciana de la formación popular. La apuesta mayoritaria del entorno de Isabel Bonig -ella se aferró a la neutralidad- en el proceso, ha generado toda suerte de especulaciones respecto a lo que puede ocurrir a corto y medio plazo respecto a los dirigentes más significados en el proceso. 

Ahora, será el momento de comprobar la capacidad que tiene el PP de asunción de los resultados arrojados en un congreso que ha contado con la participación de la militancia y también de los compromisarios, que fueron a la postre los que determinaron el ganador final. Valencia Plaza analiza algunas de las claves a tener en cuenta en los próximos meses.

1. Examen electoral a la vuelta de la esquina. La primera prueba de fuego de Casado como líder la tendrá en Andalucía con unas elecciones previstas para marzo de 2019 pero que podrían adelantarse según vienen reflejando distintos medios de comunicación. A renglón seguido, en mayo, tendrán lugar los comicios locales y autonómicos en la Comunitat Valenciana y en otras regiones. Con este escenario de compromisos inmediatos con las urnas, las fuentes populares consultadas por este diario opinan que Casado no optará por golpes de timón reseñables más allá de alguna localidad importante -València sigue sin candidato oficial- donde no exista un aspirante claro. Como ejemplo de continuidad, este mismo lunes, el nuevo presidente del PP confirmó su respaldo al andaluz Juan Manuel Moreno como candidato autonómico pese a que este fue uno de los apoyos principales para Sáenz de Santamaría en las primarias.

2. Purgas poco factibles a corto plazo. Tras desgastar -de tanto citarla- la palabra 'integración', se antoja complicado que se produzcan ejecuciones políticas en plaza pública en las próximas semanas. Los actores y actrices del proceso se conocen, eso es evidente, por lo que los 'sorayistas' destacados de la Comunitat pasarán previsiblemente a la reserva durante un tiempo o, al menos, se quedarán circunscritos a su área de actuación más próxima. La gran ventaja es que, a priori, el congreso regional, los provinciales, comarcales y locales, tuvieron lugar el año pasado por lo que no deberían producirse hasta 2021, si bien cabe recordar que en Valencia reina una gestora actualmente presidida por el 'sorayista' Rubén Moreno. No obstante, existe a priori un tiempo más que suficiente para limar asperezas o para reposicionamientos internos.

3. Los interlocutores cambian y el poder valenciano se transforma. Solo hay que ver las listas para la dirección que llevaban cada uno de los candidatos para entender quiénes tienen mayor peso en Génova y quién lo hubiera tenido de ganar Sáenz de Santamaría. Así pues, la propia líder regional, Isabel Bonig, podrá ser interlocutora directa con Madrid por su propio cargo pero tendrá que aprovechar también las vías de comunicación abiertas en Madrid a través de otros dirigentes valencianos que no han estado en su entorno más estricto en este proceso. Un cambio en las líneas con Madrid que puede variar además los equilibrios internos en los que se venía sosteniendo la presidenta regional. Una circunstancia que no tiene por qué implicar un cambio de cargos en la actual dirección del PPCV, aunque sí tal vez una variación de los interlocutores.

4. Coser o descoser. La victoria de Casado le deja la responsabilidad de coser el partido tras el resultado. En un proceso de estas características, la integración del equipo rival no suele ser masiva -ejemplo de ello fue la dirección que diseñó en su día el socialista Pedro Sánchez-, y los efectivos más incisivos suelen ser los vetados a la hora de aceptar dirigentes que propone la candidatura perdedora. Ahora bien, la línea es delgada: el triunfador debe lograr el equilibrio entre admitir cierta integración y evitar un caballo de Troya en su nueva dirección. En la Comunitat Valenciana, hay dirigentes más marcados que otros en este proceso y habrá que ver cómo se va produciendo el asentamiento de la nueva realidad del PP y qué tipo de concesiones realiza Casado. Este mismo miércoles, mantiene una reunión con Sáenz de Santamaría que resultará clave en el diseño de la nueva Ejecutiva prevista para el jueves.

5. Génova manda. En el fragor de la resaca congresual, se han prodigado las elucubraciones respecto a candidaturas y otras cuestiones que atañen a la relación entre la cúpula autonómica y la dirección nacional. Sobre esto, el PP es un partido jerárquico y centralizado, por lo que cuando una estructura regional trata de mantener un pulso con Madrid, la estadística señala que habitualmente lo acaba perdiendo. Así pues, y con el claro ADN orgánico que ostenta una parte importante del equipo de Casado, todo apunta a que el diálogo y consenso debe ser la vía de entrada de la dirección regional en Génova, que tiene la última palabra en las candidaturas relevantes.

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