ALICANTE. El doctor en Geografía Enrique Navarro, vicedecano de Investigación en la Facultad de Turismo de la Universidad de Málaga (UMA) y asesor del Plan Azul de la ONU, participó este lunes en las jornadas sobre 'Los retos del turismo en el Mediterráneo', organizadas por el Instituto Universitario de Investigaciones Turísticas de la UA y Casa Mediterráneo. Navarro, autor junto a su equipo de un modelo para medir la sostenibilidad de los destinos turísticos que se ha aplicado en Andalucía, dictó la conferencia 'La sostenibilidad de nuestro modelo turístico', en la que alertó sobre varios riesgos: la imposibilidad de gestionar la demanda con los nuevos operadores como AirBnB o la influencia del urbanismo en el turismo son, a su juicio, los más relevantes.
"En el mediterráneo español, la problemática del turismo no son los hoteles, sino las viviendas", argumenta. "El problema es que muchos ayuntamientos consideran que plan económico es el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), porque se dedican a vender viviendas. No hemos aprendido nada del boom inmobiliario anterior", lamenta. Cuando no se tiene en cuenta la sostenibilidad del destino desde el punto de vista social ("muchas veces, al hablar de sostenibilidad, se piensa solo en el medio ambiente, y se olvida la dimensión económica, que nos recuerda el mercado, y sobre todo la social"), es cuando aparecen problemas como la turismofobia.
"Si se fija, la turismofobia ha aparecido en el centro de las ciudades, no en destinos de litoral como Benidorm o Málaga", señala Navarro. "Es reflejo del hartazgo de los ciudadanos de ese destino, que no estaban acostumbrados a recibir tanto turismo, y ahora se ven desplazados". El problema, según este experto, es que los ciudadanos del destino se ven desbordados por la afluencia de visitantes, que crean disfunciones en la ciudad, y que además empiezan a sufrir las consecuencias en su vida diaria. "Quien antes pagaba un alquiler de 500 euros, por ejemplo, ahora ve cómo se lo suben a 1.000, porque con AirBnB el dueño del piso podría ganar 2.000". Se crea así una "burbuja del alquiler" que, a juicio de Navarro, empezará a contagiarse al precio de la vivienda.
Así pues, ¿es más sostenible el modelo hotelero de ciudades como Benidorm que el residencial de destinos como Torrevieja? El profesor Navarro evita ser tajante en la respuesta. "Bueno, habría que estudiar cada caso, no es una cuestión solo de sostenibilidad, pero es cierto que el turismo hotelero es más rentable y crea más empleo", defiende. Según Navarro, hay estudios que señalan que la diferencia en rentabilidad entre el turismo reglado y el de segunda residencia está 8 a 1 a favor del primero.
Y sin embargo, es precisamente el turismo no reglado el que más crece. "Hay una confusión entre el crecimiento del destino turístico y el urbanismo de esa ciudad", señala Navarro. "Se ha creado una nueva tendencia, y es que los nuevos hoteles no se están construyendo desde el punto de vista de los hoteleros, sino de los fondos de inversión: se construye el hotel, y luego ya veremos quién lo explota". El experto advierte de que "en la Costa del Sol tenemos tres hoteles cerrados porque se construyeron desde ese punto de vista".
Otra cuestión candente del modelo turístico valenciano es la tasa que querían implantar Compromís y Podemos, y que el PSPV ha logrado dejar sobre la mesa al menos un año más por la falta de acuerdo con el sector. "La tasa turística no quita turistas", resume el profesor. "¿Por medio del precio, vendría menos gente? No hay ningún estudio que demuestre que por poner una tasa turística han bajado los visitantes". "En realidad", rebate, "no es más que una herramienta financiera, y hoy todos lo vemos normal; yo se que cuando voy a París tengo que pagar dos euros porque hay que conservar el patrimonio".
Las conclusiones del estudio de Navarro y su equipo apuntan, entre otras, que es necesario habilitar un protocolo de retorno social del beneficio económico que genera la actividad (y que, al no existir, alienta ese rechazo al turismo). "El turismo no mejora la renta per cápita global, en Málaga llevamos 40 años con la misma renta per cápita, y hace 40 años que vivimos del turismo". Otra gran conclusión es que debemos pasar de las políticas de contención a las de anticipación. "Cada vez controlamos menos el crecimiento turístico porque ya no depende de los touroperadores", advierte el experto. "Y el destino no depende solo de la política turística, sino también del urbanismo, el medio ambiente..." Así, "muchos destinos crecen sin control, porque somos muy buenos en captar al turista, pero no tanto en decidir qué hacemos luego con ellos".