Angulo supedita su voto a la alcaldesa accidental a la expulsión del secretario de Inmigración de la ejecutiva socialista. EU espera gestos del PSOE, al margen del apercibimiento, y convoca a su consejo político el martes
ALICANTE. La investidura de Eva Montesinos como nueva alcaldesa de Alicante tras la dimisión de Gabriel Echávarri está hoy por hoy más en el aire que nunca al precipitarse el enésimo enfrentamiento entre PSOE y Guanyar. A cinco días de que se celebre el pleno de elección, a los socialistas no sólo les falta el voto número 15, para el que se confiaba en sumar a la edil no adscrita (ex de Guanyar) Nerea Belmonte. En realidad, tras ese último pulso entre las dos fuerzas progresistas, confirmado este sábado por la edil de Guanyar Julia Angulo, el PSOE necesitaría dos votos adicionales, al no tener garantizado el voto de la exconcejal de Acción Social tras el ya citado incidente: el altercado protagonizado por el secretario de Inmigración de la ejecutiva socialista, Ricardo Picó, durante la visita institucional girada por el expresidente ecuatoriano, Rafael Correa, al Ayuntamiento de Alicante el pasado miércoles. Eso como mínimo, a expensas de la reflexión que pueda abordar la dirección política de Esquerra Unida (EU), el socio mayoritario de Guanyar, en el consejo convocado para este martes, en el que podría acordarse otro tipo de resolución que implicase a los cinco regidores de la plataforma electoral, y no únicamente a Angulo.
Como ha contado Alicante Plaza, el cambio en la suma de los concejales de las fuerzas de progreso (en lugar de 14 concejales, sólo habría 13 ediles de PSOE, Guanyar y Compromís dispuestos a votar a Montesinos) deriva del plante de Angulo y su exigencia de expulsión de Picó, a quien -al margen del encontronazo con Correa, en el que le llamó "corrupto- la edil y Guanyar consideran responsable de las filtraciones sobre supuestas investigaciones judiciales abiertas frente a ella que estarían en curso en Ecuador. Como ha venido publicando este diario, Angulo insiste en que todas esas presuntas investigaciones están cerradas.
La cuestión es que el PSOE defiende que ya ha dado el paso que correspondía al pedir disculpas por la actuación de Picó, que tilda de "inadmisible", y al haberle apercibido formalmente, sin que por el momento se contemple la posibilidad de acordar su expulsión ni cualquier otra medida disciplinaria, como precisó este sábado su secretario general, Miguel Millana. Se trata del mismo mensaje que transmitió, el viernes, al portavoz adjunto de Guanyar, Víctor Domínguez, y al coordinador local de EU, Luis Fernando Sevilla, en un encuentro mantenido sobre el desarrollo del pleno de investidura del jueves. A esos gestos se sumó, el mismo miércoles (el día en el que se produjo el incidente), la petición de disculpas por parte de la propia Montesinos, reiterada este sábado a través de un mensaje telefónico, cuando trascendió públicamente el altercado protagonizado por Picó y cuando se dio a conocer el órdago de Angulo.
Al margen del sorprendente retraso de más de dos días (incluso sin contar el festivo de Santa Faz) con el que se dieron a conocer los hechos y sus consecuencias (es decir, el plante de Angulo), lo cierto es que ese episodio ha vuelto a poner sobre la mesa la imposible anuencia entre las dos formaciones políticas que se viene evidenciando desde 2015, sino antes. Ni la necesidad de superar la actual situación de inestabilidad institucional en el Ayuntamiento, con la posibilidad real de que el PP recupere el Gobierno de la segunda ciudad de la Comunitat, ha conseguido que PSOE y Guanyar mantengan una convivencia pacífica y una acción política conjunta. Ambos han arrastrado durante casi tres años una pugna constante por el liderazgo de la izquierda, desde el mismo momento en el que consiguieron el mismo número de concejales (seis), tras los comicios de 2015.
La alianza que entablaron entonces -que dio lugar a la configuración del tripartito junto a Compromís, precisamente para cerrar el paso al PP- nació mal (el pacto no fue avalado por unanimidad en la asamblea de Guanyar) y evolucionó peor, con múltiples disputas internas. El cese de Belmonte, sin ir más lejos, fue una de ellas: el PSOE y Echávarri presionaron para que se produjese, aprovechando el compromiso ético y estético que los tres socios de gobierno se habían marcado al firmar el pacto, una vez que se conoció que la regidora había adjudicado contratos menores de manera directa a personas de su entorno (sin que se abriese ninguna investigación al respecto). Desde entonces, el PSOE se impuso a Guanyar en el pleno, con un concejal de diferencia. Después, tras la ruptura del tripartito, el pasado noviembre, por el rechazo de Echávarri a presentar su dimisión por su doble imputación, esa pugna ha conducido a un enfrentamiento casi perpetuo. Tanto es así que Echávarri, pero también la candidata a sucederle, la propia Montesinos, llegaron a anunciar en público que Guanyar no regresaría nunca al equipo de Gobierno y que difícilmente podría repetirse un pacto como el firmado en 2015 mientras la plataforma electoral estuviese conformada por sus actuales dirigentes. De hecho, en la negociación sobre los votos de la investidura de Montesinos, sólo se ha planteado el préstamo de los apoyos necesarios para que eso pueda llegar a suceder, sin que se haya tratado formalmente sobre el posible regreso de Guanyar al equipo de Gobierno.
Ese escenario podría haber cambiado con la salida de Echávarri de la primera línea de la actividad política. Sin embargo, justo ahora -cuando la necesidad de elegir a un nuevo alcalde ofrecía una posibilidad de acercamiento-, las relaciones vuelven a tensarse a cuenta del altercado protagonizado por Picó y el consiguiente estallido de Angulo, acentuado por la difusión de un vídeo sobre el rifirrafe en redes sociales. La cuestión que queda por dilucidar es si ese esperpéntico y accidentado desenlace -a menos de una semana del pleno de elección de nuevo alcalde- ha sido casual o provocado.
En principio, existen versiones enfrentadas. Por un lado, fuentes municipales consultadas por Alicante Plaza señalaron que Picó pudo acudir al acto protocolario organizado en torno a la visita de Correa con la voluntad expresa de reventarlo y, así, provocar la enésima crisis con Guanyar. ¿Qué interés podría haber en ello? Según las mismas fuentes, se trataría de dificultar la elección de Montesinos, que podría no contar con el beneplácito de parte de la agrupación socialista para convertirse en alcaldesa. Según esa tesis, se trataría de invalidarla como candidata o como mínimo de complicarle la elección, con la confianza de que en ningún caso el conjunto de la izquierda estaría dispuesta a permitir que el poder fuese a parar a manos de un alcalde del PP.
Por otro lado, otras fuentes apuntaron que la postura de Angulo debía interpretarse como una advertencia al PSOE: Guanyar habría accedido a prestar sus votos para que Montesinos fuese alcaldesa, como se acordó en la asamblea del pasado miércoles, pero los socialistas debían tener claro que ese respaldo no es un cheque en blanco (al margen del documento de compromisos políticos que ya se ha trasladado a Montesinos para que los ejecute en el año que resta de mandato).
Es decir, que los votos de Guanyar no debían ser a cambio de nada. Menos todavía si finalmente Guanyar debe asumir que se restituya moralmente a su exconcejal, Nerea Belmonte, apoyando la reforma del Reglamento Orgánico del Pleno (ROP) para que se le puedan reconocer los mismos derechos políticos y económicos que al resto de concejales de la oposición. Guanyar apoya la reforma de ese reglamento, puesto que figuró como uno de los compromisos del pacto de gobierno. Ahora bien, en Guanyar también se sigue considerando que Belmonte es una concejal tránsfuga (según la Real Academia de la Lengua, "persona que con un cargo público no abandona este al separarse del partido que lo presentó como candidato") y que debió cumplir el mandato que le trasladó la asamblea de Guanyar cuando fue expulsada del equipo de Gobierno: renunciar al acta de concejal para permitir la incorporación del número 7 de la candidatura. Así que, entre sus excompañeros de filas, cualquier clase de restitución moral sigue sin ser plato de buen gusto. Incluso pese a que no se llegue a tramitar un acuerdo posterior para concederle un sueldo por su labor política. ¿Podría compensar o resarcir por esa restitución una posible expulsión en la nueva ejecutiva del PSOE? Se trata de una posibilidad que nadie va a admitir abiertamente.
En esa tesitura, ¿mantendrá Angulo su plante hasta las últimas consecuencias? Está por ver. Ella insiste en que su determinación está tomada y en el seno de la plataforma electoral hay quien apunta que no sería la primera ocasión en la que Angulo actuase por su cuenta y riesgo. No obstante, lo cierto es que el mandato acordado por la asamblea de Guanyar sigue en pie y, hasta ahora, no ha trascendido que se vaya a convocar una nueva asamblea para modificar ese respaldo explícito a Montesinos. No obstante, no es menos cierto que la dirección de EU (la voz mayoritaria en Guanyar) ya ha convocado consejo político para analizar la situación. Su propio coordinador local, Luis Fernando Sevilla, detalló este sábado, a través de un comunicado, que "desde EUPV vemos con preocupación los graves incidentes provocados por un miembro de la Ejecutiva Local del PSPV en la visita a nuestra ciudad del ex Jefe de Estado de la República del Ecuador el presidente Don Rafael Correa". "Esta persona ha mostrado ya en repetidas ocasiones su mala fe y sus manipulaciones contra Guanyar Alacant y contra algunos de sus cargos electos, como se ha podido comprobar con el acoso político, lleno de mentiras e informaciones falsas, al que ha sido sometida nuestra compañera Julia Angulo", prosigue el comunicado.
"Valoramos positivamente las declaraciones de condena y repulsa a esta actitud que tanto Eva Montesinos como el Secretario General Local del PSPV nos han transmitido a Julia Angulo y al Coordinador local de EUPV. Esperamos un gesto al respecto por parte del PSOE y analizaremos la situación desde EUPV tras el próximo Consejo Político Local que celebraremos el próximo martes 17 de abril", concluye.