EL CINE QUE VIENE DESDE EL TIFF

El cine se rinde al éxito deportivo en el Festival de Toronto

Biopics, documentales y ficciones deportivas abundan en el próximo TIFF, que se inaugura con el duelo entre los tenistas Björg y McEnroe

6/09/2017 - 

VALÈNCIA. El sacrificio y la gloria, el rictus de dolor tras la lesión o la derrota, la frente perlada de sudor, los músculos en tensión, las mejillas encendidas por el esfuerzo... El deporte rebosa fotogenia. Su práctica ha estada ligada al cine desde los albores del cinematógrafo. En principio, a través del formato documental, a modo de análisis biomecánico del movimiento; más adelante, como materia preciosa para dramas íntimos y epopeyas compartidas. El Festival de Toronto, escaparate otoñal del cine de la temporada, acoge en su 42 edición una profusa selección de biopics y ficciones deportivas. No parece casualidad, sino el apogeo de una tendencia.

La bola entró

La muestra se inaugura con el relato de la rivalidad épica entre las leyendas del tenis Björn Borg y John McEnroe. El TIFF se apresta a asistir a la recreación del duelo en Wimbledon 1980 entre el sueco y el enfant terrible estadounidense. Y los malos modos y la tensión parece que no van a limitarse a la gran pantalla. El papel del sulfúrico jugador nacido en Wiesbaden lo interpreta Shia LaBeouf, un actor con un temperamento no menos inestable. 

Su presencia en la rueda de prensa ha sido confirmada, lo que despierta no poca expectación después de los numeritos protagonizados en sus últimas apariciones. En la Berlinale 2014, donde acudió a presentar Nymphomaniac (Lars von Trier) se levantó de sopetón del encuentro con los medios tras susurrarle al micro un críptico: “Cuando las gaviotas siguen la red de arrastre es porque piensan que las sardinas serán arrojadas al mar”. Horas después se presentó en la alfombra roja con una bolsa de cartón en la cabeza donde podía leerse: “Ya no soy famoso”.

Este verano volvió a montarla, cuando fue arrestado en Georgia por ebriedad. Tras de sí dejó un rastro de improperios racistas, ya públicos en estos tiempos de grescas viralizadas.

Vidas ejemplares

Tampoco estará exento de controversia el documental Love Means Zero, sobre el entrenador de tenis Nick Bollettieri, maestro de leyendas como Jim Courier, Andre Agassi y Boris Becker. La disyuntiva que plantea la película de Jason Kohn (Gran Premio del Jurado en Sundance 2007 por su ópera prima Manda Bala) es si nos hallamos ante un genio o un tirano.

El programador de la sección de documentales en el TIFF, Thom Powers, asegura que Kohn es capaz “de profundizar hasta dar con el meollo humano en este cuento de ego, dinero y competitividad”.

En su sección también se ha incluido una conversación fílmica con el ocho veces jugador de la NBA Vince Carter. El documental lleva por título The Carter Effect, y hace referencia al papel de la leyenda del baloncesto en la gloria de los Toronto Raptors tras su llegada al equipo en 1998. El especialista en mates jugó un papel primordial en situar al equipo canadiense en el mapa. Y en ese aspecto, la película no es sólo un homenaje al deportista, sino también, a su multicultural ciudad de acogida. 

Con ellas llegó el escándalo

Toronto nos depara más raquetas. Y, en este caso, esperamos que los titulares se limiten a la gesta épica y no a personalidades explosivas. La batalla de los sexos gira en torno a la partida entre Bobby Riggs y Billie Jean King celebrada en 1973. El que fuera número uno mundial llevaba años retirado de la cancha y King, activista por la igualdad de derechos, quería probar que una mujer puede ser tan válida en el tenis como un hombre. Emma Stone y Steve Carrell ya suenan entre los nominados a los Oscar de este año por sus interpretaciones en la nueva propuesta de los directores de Little Miss Sunshine, el matrimonio formado por Jonathan Dayton y Valerie Faris.

La patinadora artística Tonya Harding también protagonizó titulares en la prensa, pero por motivos sórdidos. En enero de 1994 se descubrió que había urdido una trama junto a su marido para atacar a su compatriota y principal rival, Nancy Kerrigan. La deportista olímpica, que fue la segunda mujer en la historia que logró un salto triple Axel, fue suspendida de por vida por la federación estadounidense de patinaje. Después de aquello, Harding ha ido zozobrando, con incursiones recientes en el boxeo profesional y la lucha libre. La actriz responsable de darle vida es Margot Robbie, en un intento audiovisual por humanizar a la villana.

La tercera en discordia es Molly Bloom. No nos estamos refiriendo a la protagonista de Ulises, de James Joyce, sino a la esquiadora acrobática en la especialidad de mogul y posterior “princesa del póker”. 

Carreras truncadas

A las partidas organizadas por Bloom acudían, entre otros, Tobey Maguire, Ben Affleck y Leonardo DiCaprio. Su novelesca vida ha sido llevada a la gran pantalla por Aaron Sorkin en su debut como director, tras labrarse un nombre en mayúsculas como guionista de cine y televisión (El ala oeste de la Casa Blanca, The Newsroom, La red social...). En la piel de la deportista de élite devenida madame de las timbas clandestinas, la impecable Jessica Chastain, y en la de su acerado abogado, el no menos fascinante Idris Elba. Ver interactuar a esta pareja en pantalla ya es un repóquer de ases.

Terminamos el repaso con The Rider. Como Bloom antes del póker, el actor debutante Brady Jandreau también fue una promesa de su modalidad deportiva. En su caso, el rodeo. Tras una lesión que lo apartó del circuito, ahora protagoniza la ficción basada en hechos, sus hechos, reales, ganadora del Art Cinema en la Quincena de los Realizadores de Cannes. Su directora, Chloé Zhao profundiza en el duelo que implica renunciar a los sueños de gestas deportivas. ¿Qué puede hacer un cowboy si ya no puede cabalgar? La pregunta es planteada y respondida en un drama con trasfondo de western. 

Atención a estos nuevos títulos programados en el TIFF, que pasan a engrosar la larga historia del vínculo entre deporte y séptimo arte. Alguno puede alcanzar el estatus icónico de filmes precedentes como Olympia (Leni Riefenstahl, 1938), La gran evasión (John Sturges, 1963) Rocky (John G. Avildsen, 1976) o Carros de fuego (Hugh Hudson, 1981).

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