VALÈNCIA. Blondi es una madre joven, divertida, impulsiva, enérgica y soltera que comparte casa y vida con su hijo Mirko. Ambos parecen mejores amigos. Van a bailar, a conciertos, escuchan la misma música, ven las mismas películas, comparten amigos, cigarrillos, aventuras… por momentos podría parecer que son de la misma quinta, pero no dejan de ser madre e hijo.
Esta es la historia que cuenta Blondi, la ópera prima de la argentina Dolores Fonzi (conocida como actriz de películas como Truman, Distancia de rescate o sobre todo Paulina, por la que obtuvo, entre otros muchos premios, el Platino a la mejor actriz), escrita junto a Laura Paredes, presentada en la Sección Horizontes Latinos del pasado Festival de San Sebastián y que acaba de estrenarse en los cines españoles.
Protagonizada por la misma Fonzi junto a Tito Rovito (en el papel del hijo), Rita Cortese
Carla Peterson y Leonardo Sbaraglia, desde la comedia con ciertos tintes de tragedia, la película habla de la familia, de las posibilidades de familia más allá de las estructuras tradicionales y patriarcales, de los pequeños conflictos, desencuentros y trapos sucios que siempre hay en ellas, de los miedos y paradojas que encierran, de la capacidad de amarse y al mismo tiempo herirse unos a otros, de cómo a menudo nos mentimos por ese miedo a herir.
Fonzi se adentra en el universo de la familia protagonista a través de su día a día, reflejando la complejidad y a la vez solidez de sus lazos afectivos a partir de pequeños momentos de vida en los que la pareja protagonista fuman porros juntos, salen de fiesta o conversan sobre su vínculo y se confiesan lo que ambos sienten el uno por el otro.
Precisamente, en esa capacidad de reflejar lo profundo de la relación desde una ligereza aparentemente sencilla reside una de las grandes virtudes de la película. La directora logra una ópera prima honesta, llena de humor y de vida, desenfadada, tierna pero sin volverse cursi, clásica en sus formas, repleta de diálogos y secuencias hilarantes que recuerdan a lo mejor de la comedia argentina contemporánea (especialmente memorables las secuencias de road movie donde se transmite con verdad la complicidad entre ambos protagonistas).
Gran parte de esa autenticidad y sinceridad que destila la película también procede de las interpretaciones de sus personajes (Fonzi brilla en el papel de madre coraje y alocada) y de los temas musicales que la acompañan (desde clásicos de The Velvet Underground & Nico a un exitazo de la mítica banda sonora de Debbie Harry que da nombre a la película).
Blondi es una película muy grata de ver, un debut con alma que busca divertir y emocionar (y lo consigue) desde una sencillez y una humanidad que, de distintas formas, nos acaba tocando a todos.