VALÈNCIA. A menudo caemos en la tentación. Están ahí, y es normal. Se ofrecen con la seguridad que dan las frases que giran en torno al pensamiento único, y se visten con la sinceridad del que acepta que las cosas sólo pueden ser de una forma. Muchas veces salen sin que uno lo quiera. Los tópicos, las frases hechas y los lugares comunes se presentan como tus amigos más leales a la hora de construir un argumento o redactar una opinión. Desestiman por completo el hecho diferencial -el contexto- y se despojan de toda profundidad e interpretación para ofrecer una realidad superficial. Esto hace que, cuando de verdad son necesarias, cuando la situación sí requiere de su presencia para determinar un discurso, entonces tienen la verosimilitud de una película del tal Wismichu.
A pesar de todo, no hay que ceder ante la imponente deriva de los hechos. Digámoslo si lo creemos: la quinta edición del Truenorayo es la de la consolidación. Después del año de transición con el cambio de sede -de Port de Sagunt a València- y supresión de la gratuidad en la entradas, la celebración del lustro de vida coincide con la asexuación de un proyecto que València no debería dejar escapar. El festival ideado y gestionado por el colectivo Hits With Tits se celebrará en las instalaciones de La Mutant, en Las Naves, el 19 y 20 de octubre, y dispone de un buen puñado de razones para rendirle visita.
Por qué el Truenorayo es el futuro
El Truenorayo es ciencia ficción. Es el futuro. Concretamente, el futuro que queremos. Desde su primera edición en 2014, Ada Díez y Lu Sanz han pulido un concepto de festival que se ha ido adaptando alas condiciones de cada episodio, pero que en todos ha sabido mantener una filosofía que deberíamos querer en todos los estratos de nuestra vida social en el futuro. La naturalidad de una sociedad plural y de una oferta cultural abierta, alejada de los sectarismos y de la agenda capitalista que manda el mercado. Que el Truenorayo haya podido sobrevivir -y crecer- a partir de la más sólida de las lógicas significa que,quién lo iba a decir, se puede crear un proyecto que no esté relacionado con la paternalista burbuja de festivales.
El público no es tonto, ni se mueve con la relajada convicción de una oveja en el grupo. Esa es la teoría. Hoy en día es una premisa revolucionaria, en tanto en cuanto la mayoría de productos de la misma cuerda parecen partir de las antípodas de ese planteamiento. La brújula del Truenorayo no depende de modas, ni de lo que este año haya capitalizado revistas o la cuota indie de Radio 3; tampoco fía el arreón de entradas a la boutade de turno para conseguir la notoriedad agolpe de noticias sobre el esperpento y el absurdo en medios de comunicación. Desde Hits With Tits ofrecen un festival con un corte cristalino, no se esconden, y lo mezclan con reflexión e ilustración -el mural de Genie Espinosa, por ejemplo-.
Por qué Soleá Morente es como Las Grecas… hoy
Entrando en lo estrictamente musical, la mezcla entre pop, garage, folk y rock se articula en su cartel a partir de un enfoque independiente -ajeno al sentimiento indie en su concepción de género, no de m odus operandi-. Al frente de todo esto en el cartel está, inevitablemente, Soleá Morente (acompañada por Napoleón Solo). Formal y estéticamente al margen del resto de grupos de la selección, la andaluza defenderá en directo uno de los discos más interesantes de la cosecha nacional que la ha situado en una posición privilegiada en la carrera por la actualización de un referente jamás justamente ponderado: Las Grecas. A Soleá Morente ya no le pesa el apellido.
… y Júlia siguen en estado de gracia
Era cuestión de tiempo que Júlia fueran llamadas a filas por el Truenorayo. Sus méritos se construyen a partir de la teoría de las cosas que se construyen con solidez y tranquilidad. Su último disco, Pròxima B, las hizo ascender súbitamente de categoría gracias a su propia interpretación de la evolución. Con el mejor dream pop del momento, reestructuradas en dúo y protegidas por un paraguas electrónico de sintetizadores -del que Carasueño tiene mucho que decir-, el proyecto con raíz en Alcoi se ha ganado un papel preponderante en la fiesta del Truenorayo.
Por qué la distribución de género es NORMAL
Desde su primera edición en 2014, el Truenorayo ha sido un ejemplo de coherencia en cuanto a la lectura de género de su programación. Desde sus inicios han llevado a rajatabla esa pretensión de acercarse a “mujeres que destacan en muy diferentes ámbitos de la creación,ya no sólo de cara al público, también como técnicas y profesionales en el backstage”. A años luz de la pose o de la mercantilización y la explotación económica de lo exótico, la organización del festival ha desarrollado una filosofía que ya hoy ofrece su mejor versión en cuanto a la “normalización dela mujer en los escenarios”; su objetivo, “alcanzar una igualdad real”, se lleva a cabo a partir de un enfoque de normalidad sobresaliente que ha de escocer al estridente.
El repaso al cartel de la quinta edición del Truenorayo evidencia, otra vez, que las cosas se pueden hacer de otra forma. Sin ademanes exagerados, sin la publicidad del que se maneja siempre con la agenda de los medios en la mano. De los doce grupos que forman el cartel del festival, dos ofrecen protagonismo femenino absoluto -Soleá Morente y Julie Doiron- y conviven con cuatro grupos formados íntegramente por mujeres (Melenas, Cariño, Rayo, Júlia), dos sólo por hombres (Black Islands, Perapertú) y otras cuatro bandas mixtas en su formación: Terrier, Sierra, AxolotesMexicanos y Jump To The Moon. A lo que hay que añadir las figuras de las dos djs, ValleNova y Lucía Gea.
Por qué nos hace mejores
El Truenorayo tiene algo que,inevitablemente, lo diferencia de la gran mayoría de propuestas del mercado: la inquietud por crear comunidad (igualitaria) y reflexión a partir de la cultura.Ese “experimento de comunidad en el que lo realmente importante son los músicos y los profesionales que forman parte de él” del que Díez y Sanzhablan siempre no se queda en las palabras. La prueba más evidente este año la encontramos con toda seguridad en la charla que tendrá lugar el sábado 13 entre Carme Mésdemil, Vanessa Giner y Jorge Tórtel -moderada por Monty Peiró-. Bajo el epígrafe ‘El postureo y la medallita contra lo que realmente necesitas’, miembros activos de la escena valenciana debatirán sobre “temas trascendentales, sensibles y en ocasiones tabú”. Temas trascendentales y postureo, a debate… ¡en un festival!