ALICANTE. El año que queda atrás ha sido un ejercicio marcado por la repetición de las elecciones generales y el proceso de asentamiento del Consell formado por PSPV y Compromís bajo el paraguas del Pacto del Botánico. 2016 también ha sido además una etapa de transición en el ámbito orgánico, el preámbulo a un intenso año de congresos con los movimientos estratégicos correspondientes y la clásica excavación de trincheras que preceden a las batallas políticas.
Como cada año, la redacción de Alicante Plaza elabora su particular termómetro con el que mide la temperatura de 22 políticos destacados de la Comunitat Valenciana. Los dirigentes 'on fire' son los que poseen un color intenso y ocupan un puesto de calor por haber cerrado un ejercicio positivo y con buenas perspectivas de cara a 2017. Bien es cierto que ha sido complicado designar quiénes debían ocupar los puestos más destacados, dado que ha descendido la intensidad tras el año electoral y prácticamente todos los referentes destacados han tenido sus sinsabores. Mientras, en la zona más templada se encuentran los dirigentes que han sufrido alegrías y decepciones de forma más equilibrada.
Por otro lado, en los puestos azulados más fríos se hallan políticos que, en líneas generales, han perdido enteros respecto al inicio del año o que, en algunos casos, han terminado el ejercicio con malas sensaciones de cara a 2017. Para bien o para mal, estos son 22 de los protagonistas políticos del año de Alicante Plaza.
1. Mónica Oltra (Compromís). En un año en el que ningún dirigente ha destacado especialmente, la número dos del Ejecutivo ha mantenido el tipo sin un desgaste excesivo a pesar de la exigente rueda de prensa del Consell de los viernes. Su apuesta personal, el pacto con Podemos, esta vez con la inclusión de Esquerra Unida, rebasó de nuevo al PSPV aunque con un resultado peor de lo esperado. En cualquier caso, y sin ser su mejor año, Oltra sigue manteniendo intactas sus opciones de cara a la Generalitat en 2019. La patas de la coalición no tienen ante sí citas orgánicas de relevancia más allá de arreglar el papel en la formación de Gent de Compromís.
2. Isabel Bonig (PPCV). La líder de los populares valencianos acaba el año mejor de lo que lo empezó, sufriendo el estallido de la Operación Taula. La cita con las urnas puso de manifiesto una cierta recuperación de su partido que incluso le permiten soñar con un vuelco en 2019. Además, y aunque los últimos rescoldos de la anterior generación del PP siguen avivándose de cuando en cuando, parece claro que la actual presidenta no tendrá problemas para reafirmar su poder en el congreso que tendrá lugar en primavera. Así pues, pese a los problemas judiciales que envuelven a su partido, el año en líneas generales ha sido bueno para Bonig. Solo el importante revés de no situar a ningún valenciano en el Gobierno de Mariano Rajoy le ha impedido disputar la primera plaza del termómetro VP.
3. Ximo Puig (PSPV). El presidente de la Generalitat y secretario general de los socialistas valencianos se ha asentado como jefe del Consell en 2016 aunque sin rentabilizar con claridad su puesto hegemónico frente a Compromís. Aunque se dice a menudo que Puig es un motor diésel y todavía queda mucha legislatura, su estrategia de comunicación es a menudo discutible y, hasta el momento, tampoco está ofreciéndole la visibilidad necesaria. Por otro lado, también ha tomado parte de forma directa en la batalla interna del PSOE, contribuyendo a la caída de Pedro Sánchez y desatando una crisis interna también en la Comunitat Valenciana ante el congreso de su partido en 2017.
4. Javier Moliner (PPCV). El presidente de la Diputación de Castellón y líder provincial del partido ha tenido un 2016 tranquilo. Su poder orgánico se encuentra más que estabilizado e incluso ha conseguido sacar adelante los presupuestos de la institución con la abstención de PSOE, Compromís y Ciudadanos. Además, Moliner también llegó a un acuerdo con la Generalitat acerca del Fondo de Cooperación Municipal, lo que evidencia la intención del dirigente popular de colaborar y alejarse tanto del gobierno 'rodillo' como de la oposición intransigente. Despacio, sigue avanzando.
5. Àgueda Micó (Compromís). La coordinadora general del Bloc ha elevado su posición este año tras el congreso de la formación nacionalista celebrado en mayo. Aunque su liderazgo es compartido con el portavoz Rafa Carbonell, la dirigente de L'Olleria se ha convertido en la referencia orgánica para un numeroso grupo de jóvenes valores del Bloc y de Compromís en general. Bien es cierto que en el partido conviven diferentes sensibilidades y liderazgos, pero pocos son los asuntos relevantes que de una u otra manera no pasan por la mesa de Àgueda Micó.
6. Sandra Gómez (PSPV). La concejal ha sido ascendida en 2016 a portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Valencia en sustitución de Joan Calabuig. Desde su llegada, los rifirrafes con Compromís han sido constantes a la búsqueda de su espacio. Todavía se desconoce si Gómez será la líder del PSPV en la capital y tampoco si será candidata a la Alcaldía en 2019, lo que sí se ha evidenciado es que el alcalde Joan Ribó vive más incómodo ahora dentro del pacto de gobierno y los socialistas son capaces de sacar más la cabeza, algo que incrementa la moral de la militancia. Gómez deberá combinar su persistencia con la visibilidad en la gestión y acción de gobierno para consolidarse.
7. Eva Ortiz (PPCV). La coordinadora general del PPCV se ha ganado en 2016 los galones que le fueron otorgados en el pasado ejercicio. Próxima al presidente provincial de Alicante, José Císcar, quien viene desempeñando un papel más discreto en el ámbito autonómico, Ortiz se ha convertido en la mano derecha de Bonig: apaga fuegos, afronta coberturas mediáticas y, en definitiva, adopta un papel de báculo de la presidenta regional para evitar su desgaste. Indudablemente, la número dos del PPCV ha firmado un ejercicio de consolidación en el ámbito orgánico de la formación popular.
8. Joan Ribó (Compromís). El alcalde de Valencia ha atravesado su primer año completo de gestión con corrección aunque no sin turbulencias. Tal y como informó este diario, el primer edil empieza a ser discutido internamente dentro de la coalición, además de las diversas situaciones de tensión vividas con sus socios de gobierno. No obstante, Ribó es un político con una experiencia y cualidades destacadas para saber navegar en aguas agitadas. 2017 será un ejercicio interesante para observar cómo evoluciona el Govern de la Nau, algo fundamental para la continuidad del alcalde, quien ya ha anunciado que volverá a presentarse en 2019.
9. Vicent Marzà (Compromís). El conseller de Educación y Cultura tiene un área complicada de manejar y gestionar, tanto por la oposición armada desde el PPCV como por las dificultades en ocasiones de mantener el equilibrio sobre lo que buena parte de su partido, el Bloc, desearía, y las políticas más progresivas e intermedias que le permitan ir ganando terreno y consolidación. Marzà, no obstante, sigue apuntando en general buenas maneras como líder político, algo valorado en la formación nacionalista, donde muchos le ven como el claro referente para el futuro. Pese a las polémicas con la concertada, los barracones o el decreto de pluringüismo, no se percibe que el conseller de Educación haya pasado apuros y desesperación.
10. Gabriel Echávarri (PSPV). El alcalde de Alicante ha ido experimentando mejoría en la recta final del año. Su acuerdo en el gobierno local está siendo complicado pero poco a poco está consiguiendo lograr cierta estabilidad. Termina el año con mejores sensaciones de lo que lo empezó. En el ámbito orgánico, la caída de Pedro Sánchez fue un duro golpe dado que mantienen una buena relación, algo que le había distanciado de Ximo Puig, si bien esta situación también fue reconducida en la segunda mitad del año.
11. César Sánchez (PPCV). El presidente de la Diputación de Alicante no ha querido tener excesivo protagonismo más allá de lo institucional. Quiere mantener la tensión con la Generalitat en público, pero la relación con Ximo Puig es cordial en privado. Genera mucha política de ideas y marketing que no traslada al día a día. En lo interno, se mantiene en una segunda línea a la espera de los pasos de José Císcar. De momento, no juega sus bazas en el PP ni en Alicante ni en la Comunitat.
12. Joan Baldoví (Compromís). El portavoz de la formación valenciana en el Congreso ha sabido alcanzar ciertas cotas de protagonismo con inteligentes maniobras en Madrid. No obstante, y pese a que el resultado electoral fue bueno, no sé logró en ninguna de las dos convocatorias el objetivo de conseguir un grupo propio en el Congreso. De hecho, la sensación a posteriori es que en todo momento fue inalcanzable. A ello hay que sumar que Compromís, al menos de momento, no está entrando en la ronda de negociaciones presupuestarias.
13. Luis Santamaría (PPCV). El diputado popular comenzó el año entrando directamente en primera línea al ser la persona de confianza elegida por Isabel Bonig para presidir la gestora del partido en Valencia ciudad. Una posición interesante de cara a una posible candidatura a la Alcaldía en el Cap i Casal. Ahora bien, Santamaría está sufriendo las dificultades propias que se viven el ámbito orgánico municipal fruto de las tensiones con los concejales investigados por el caso del presunto 'pitufeo' en la Operación Taula, lo cual augura problemas en el congreso local.
14. Juan Carlos Moragues (PPCV). El delegado del Gobierno ha continuado en su cargo merced a la victoria electoral de Mariano Rajoy. Aunque sin gozar de una tropa notable y sin una especial sintonía tampoco con Bonig y su entorno, se ha ganado un espacio propio como máximo representante del ejecutivo central en la Comunitat Valenciana. Ahora bien, las aspiraciones de Moragues podrían haber sido colmadas con un cargo de relevancia dependiendo del Ministerio de Hacienda que no ha llegado. Una decepción para acabar el año.
15. Àngela Ballester (Podemos). La diputada de Podemos y portavoz del ala valenciana de la formación morada en el Congreso goza de confianza especialmente por la rama 'errejonista' del partido. De hecho, algunos dirigentes han especulado internamente que Ballester podría haber sido promocionada incluso como relevo del propio Antonio Montiel. Ahora, sin embargo, parecen actuar como aliados frente a los sectores críticos del partido. La diputada está haciéndose su espacio en Madrid poco a poco, pero la sensación de 2016 es que en la Comunitat Valenciana no posee demasiada tropa de respaldo.
16. José Luis Ábalos (PSPV). El secretario general provincial del PSPV y diputado nacional ha apostado muy fuerte por Pedro Sánchez. Si bien consiguió mantener su puesto en las listas y en el Congreso, su implicación por el caído líder del PSOE le ha dejado en una posición delicada ante el próximo congreso federal del partido. Si el regreso de Sánchez -o el candidato que se impulse desde ese sector- no triunfa, tendrá que poner en marcha todas sus habilidades para resituarse.
17. Alexis Marí (Ciudadanos). El portavoz de C's en Les Corts está lidiando una batalla difícil. El enfrentamientocon el sector rival en la formación naranja ya se ha trasladado a la prensa y la situación es cada vez más complicada. Más aún cuando la eurodiputada Carolina Punset, pareja de Marí, se ha atrevido a plantarle cara públicamente al mismísimo Albert Rivera. El síndic de C's ha vivido, sin duda, un año complicado, cuyas consecuencias amenazan con prolongarse en 2017.
18. Jorge Rodríguez (PSPV). El presidente de la Diputación de Valencia ha conseguido este último jueves del año una de las pocas buenas noticias de los últimos meses: conseguir el respaldo de todos los grupos excepto del PP para aprobar los presupuestos. No obstante, deja atrás un año en el que, pese a presidir la corporación provincial, no ha ganado apenas espacio dentro del PSPV. Por si fuera poco, las erráticas decisiones respecto a la empresa pública Divalterra amenazan con crearle un problema cada vez más grande con Compromís y con la dirección de su propio partido.
19. Antonio Montiel (Podemos). El secretario general de la formación morada y portavoz en Les Corts no ha tenido demasiada suerte en 2016. El proceso -complejo, bien es cierto- que lideró sobre RTVV se enquistó y dio munición a PP y a Ciudadanos. Internamente, la polémica destitución de la secretaria de Organización de Podemos, Sandra Mínguez, hizo estallar al sector crítico latente. A todo ello hay que añadir que su objetivo de entrar en el Consell fue frustrado al encontrar poca empatía dentro de su propio partido y también por parte de sus socios del Botánico. Ante sí, Montiel tiene la ocasión en 2017 de ser reelegido como líder o perder su puesto.
20. Fernando Giner (Ciudadanos). El portavoz de C's en el Ayuntamiento de Valencia ha desaprovechado por segundo año el liderazgo de la oposición a Joan Ribó que podría asumir ante los problemas judiciales que tiene el PP, con nueve de sus diez concejales imputados. Giner apenas inquieta al alcalde, hasta el punto de que Ribó se siente más incómodo frente a Sandra Gómez, su socia de gobierno. Como portavoz autonómico de Ciudadanos, tampoco ha podido evitar que el partido sea una jaula de grillos y solo se ha visualizado su papel orgánico como acompañante de Albert Rivera cuando viene a Valencia. Necesita reenfocarse.
21. Rafael Climent (Compromís). El conseller de Economía no ha tenido un buen año. Su nombre ha estado en la cuerda floja varios meses respecto a una posible remodelación del Gobierno valenciano y, aunque ha continuado en el puesto por la protección del Bloc, su pírrica victoria en la reforma de su departamento no ha mejorado apenas su propia situación de debilidad. En el campo de la gestión, 2016 tampoco ha sido un gran ejercicio para Climent. El conseller ha pinchado en hueso dos veces en su afán de restringir los horarios comerciales, apenas ha logrado ejecutar una parte del presupuesto previsto para el IVACE o para emprendedores y ha sido duramente criticado por el desigual reparto de las ayudas industriales previstas para 2017. La sensación es de que el año que se inicia es su última oportunidad.
22. Carmen Montón (PSPV). La consellera de Sanidad ha tenido dificultades tanto en la gestión como en el ámbito orgánico. Al margen de la problemática respecto a la reversión del modelo Alzira, su política de nombramientos ha ofrecido un buen número de titulares y debate, hasta el punto de designar a un periodista como director técnico sanitario, posiblemente para reforzar su imagen. En cuanto al PSPV, decidió desmarcarse de la decisión de Puig para forzar la dimisión. Una acción que algunos en la cúpula del partido consideran una "imperdonable deslealtad" que debería costarle, tarde o temprano, su relevo en el Consell. Puig deberá decidir si toma esa medida en la próxima remodelación del Gobierno valenciano que decida acometer.