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Carlos Mazón de 'virrey' y César Sánchez, en la lista de La Toscana: ¿quién va ganando el pulso en el PP?

18/04/2019 - 

ALICANTE. El Partido Popular es un partido de jerarquía, tradición y de simbolismo. Y en el caso de Alicante, tradicionalmente, el número dos de la lista municipal de la capital -o el tres- ha sido la persona que ha encabezado la candidatura oficiosa a presidir la Diputación Provincial. Pero esta vez, el cargo lo ocupará otro, el actual director-gerente de la Cámara de Comercio de Alicante, Carlos Marzón, aunque el candidato sea César Sánchez. Todo esto se ha desvelado este miércoles, en una conjunción de decisiones que mucha gente en el seno del PP, por la propia cultura interna del partido, no entiende, o no acaba de entender. Y si lo entiende, lo interpreta como una derrota clara de alguien. 

¿Por qué? Pues porque esa doble decisión ha obligado a César Sánchez a presentarse por el municipio de Llíber, de 500 habitantes, emplazado en el interior de la Marina Alta, La Toscana alicantina, como él mismo la ha bautizado horas después de hacer el anuncio. Y la otra razón, porque con la llegada de Carlos Marzón a la lista local (ya figuró en la autonómica en 2011, pero no entró de diputado) y, por si fuera poco, de número dos, también se confirman muchos de los virajes que va tomando este PP de Pablo Casado

La primera, que los zaplananistas (o aznaristas, o ripollistas, como se les quiera etiquetar) han cerrado su círculo de entrada. Y además con mucho protagonismo, no en puestos de relleno. Macarena Montesinos es la segunda en la lista del Congreso; José Antonio Rovira, el sexto en la autónomica, y José López Garrido ha encontrado acomodo como asesor de la Diputación de Alicante.

Y la segunda, que el alcalde de Alicante, Luis Barcala, se erige como uno de los principales interlocutores con Génova: con su decisión de dar el número dos a Mazón salda con creces el sumo interés que tenía Génova, no sólo de colocarlo en la lista, como pretendían el entorno del presidente del Gobierno, sino que además le da el puesto que el partido suele reservar para el candidato a la Diputación de Alicante. Hay más, por supuesto, pero esta vez ha sido Barcala quien ha conveniado la operación con Génova, sin intermediarios.

La pregunta que todos se hacen es por qué no ha ido César Sánchez como número dos por Alicante, o incluso por Calp, su municipio. Lo de Calp es una promesa (familiar); dijo que no se presentaría, ni siquiera de concejal -aunque podría haberlo hecho- y, por lo tanto, cumple con lo dicho. Y en el caso de Alicante, los intereses de Luis Barcala y César Sánchez no convergían: Barcala ha querido elegir su propio equipo de gestión, con el propósito, claro está, de ser elegido. El primer edil alicantino sabe que los resultados estarán ajustados, y no se podía permitir el lujo de tener un concejal, César Sánchez, en barbecho, sin competencias de gobierno, en caso de que el PP tenga opciones de gestionar. Es decir, los intereses no casaban, y además, Sánchez se veía como un paracaidista en un equipo ajeno. 

Ante esta tesitura, y el discurrir de los días sin confirmarse nada, Sánchez era sabedor del acuerdo entre Génova y Luis Barcala con el nombramiento de Carlos Mazón como número dos y que iba a hacerse público en breve. Así que para adelantarse a los acontecimientos, filtró al diario Información que iría por el municipio de Llíber, en la Marina Alta. De esta manera, su nuevo cometido político no parecía una reacción al anuncio de Barcala, de quien se dice que ha gozado de la confianza de Génova para confeccionar su propio equipo con completa autonomía. 

El futuro no está escrito

Si en estos momentos, se pregunta a los mayoría de los dirigentes políticos del PP, todos coincidirán en decir que César Sánchez será el candidato a la Diputación de Alicante. Pero esa decisión la debe ratificar la dirección nacional del PP en Madrid, y no lo hará hasta que pasen, no solo las elecciones municipales, sino la elección de alcaldes, que está prevista para el 14 de junio. Es decir, que aunque Sánchez sea el elegido, serán los resultados (incluidos los de las nacionales) y las políticas de alianzas que se establezcan los que marcarán su nombramiento. 

La dirección nacional de Génova tiene varias posibilidades; es decir, jugará varias bazas en función de si gobierna en Madrid, o la Generalitat, y con qué socios. Ahora bien, en algunos círculos del PP se ve como un efecto de debilidad que Sánchez no haya hecho valer su posición para ir por Alicante y, en cambio, se haya refugiado en un municipio pequeño por feudo del PP (o bonito), que sea.

Algunos círculos del partido interpretan que Mazón podría jugar un papel importante en la futura composición de la corporación provincial de Alicante, así como otros líderes casadistas, que también irán en las listas municipales.

De momento, esto va por ciudades, candidaturas y procesos. Barcala se acaba de apuntar un buen tanto con la incorporación de Mazón: Génova está en deuda con él. Hace tiempo que iba pregonando en sus círculos internos que Génova le estaba apretando con una incorporación. Esa incorporación la podía haber gestionado directamente la dirección provincial, pero la relación entre sus actuales gestores y Génova no es la mejor. De momento, el alcalde la ha salvado y, además, ha desecho un entuerto que tenía el partido con la lista de Alicante ciudad, lo cual también le ha valido para ir tapando huecos y armando su equipo. Cuando las listas estén ratificadas, por el partido y ante el juzgado, la partida quedará en manos de las urnas y los futuros pactos. Y tras las elecciones generales, todo es posible.

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