VALÈNCIA. El proceso socialista de primarias para elegir al próximo secretario general del partido sigue abriendo una brecha de difícil resolución en el PSPV. Si bien se ha bajado en cierta medida el tono en las declaraciones públicas en los últimos días, la guerra soterrada empieza a salpicar a la formación socialista en tierras valencianas.
Uno de los últimos episodios de la batalla se centra en la recogida de avales. Una lucha que se está produciendo entre aparato y aparato: por un lado, la cúpula nacional del PSPV, próxima al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que trabaja para el triunfo de Susana Díaz y, por otro, la dirección provincial de Valencia que lidera José Luis Ábalos, que busca la victoria de Pedro Sánchez en el proceso.
Así, desde hace días, fuentes próximas al 'susanismo' en la provincia de Valencia y en la propia capital, vienen denunciando internamente -algunos incluso lo han hecho público en redes sociales- las llamadas que reciben afiliados para solicitar el aval a favor de Pedro Sánchez. Una maniobra por la que, critican, se desliza el uso del censo que se está haciendo desde el equipo de Ábalos. De hecho, incluso algún dirigente del partido señala que ha vivido esto de primera mano al ser contactados familiares directos suyos que se encuentran afiliados.
No obstante, en la otra orilla, fuentes próximas al equipo de Sánchez en la Comunitat -que no confirman ni desmienten esas actuaciones- aseguran que desde Blanquerías se están haciendo llamadas en una línea similar buscando avales para Díaz, unas gestiones que, según dirigentes consultados, indicarían la "implicación total" del aparato de Blanquerías en el proceso a favor de una de las candidatas.
La batalla de los avales es, por así decirlo, el primer pulso orientativo para que las distintas fuerzas midan cuánta tropa les respalda. No es definitivo, dado que, según fuentes socialistas, en este tipo de procesos las firmas recogidas suelen situarse en torno a un 50% o 60%. Además, cabe recordar que el propio juego de equilibrios dentro de un partido hace que determinados dirigentes o cargos locales avalen a un candidato para no desairar a algún superior pero luego ejerzan su voto en otra dirección. No obstante, es una buena prueba de fuego para ver la fuerza númerica de cada bando y la solidez de sus equipos de campaña.
Aunque la tensión existe en las tres provincias, posiblemente la de Valencia es donde las disputas son mayores dado que es el feudo de Ábalos y donde parece que el 'sanchismo' ha calado más profundamente. En este sentido, en el grupo 'susanista' próximo a la cúpula del PSPV se contempla dentro de los posibles escenarios no ser la opción mayoritaria en la capital, donde siempre ha existido un voto perenne a la contra y donde el propio Ábalos todavía goza de músculo en varios distritos. Una situación que, no obstante, los 'susanistas' confían superar con los apoyos en el resto de la provincia y, especialmente, con las firmas de Alicante.
Ahora bien, nadie duda de que el proceso va a ser muy complicado para el PSPV. Una victoria de Sánchez en las primarias -aunque solo fuera en el balance de la Comunitat Valenciana- dejaría contra las cuerdas a Puig y los suyos de cara a la siguiente cita: el congreso nacional que debe ratificar al presidente de la Generalitat, que por cierto ha mostrado en varias ocasiones su nula sintonía con Sánchez. Por otro lado, una victoria 'susanista' en España y en la Comunitat Valenciana contribuiría a la solidez de la dirección de Puig pero, dependiendo del porcentaje de apoyo recogido por los 'sanchistas', podría obtenerse una victoria meramente orgánica que evidenciara la división en las bases.