21 días

ALICANTE. Como el programa de televisión: 21 días. Ese es el tiempo que ha transcurrido desde la derrota en Cádiz y descenso del Elche al pozo de Segunda División B.

Dicen que la vida se parece al boxeo en que hay que saber encajar los golpes y seguir adelante; una lección que, hasta la fecha, el club franjiverde parece tener bien aprendida (no es para menos, tras dos descensos en poco más de dos años).

Es cierto que el Elche tiene todavía que resolver importantes problemas: la millonaria deuda con la Agencia Tributaria (cerrar un acuerdo de aplazamiento para el pago de 9,3 millones no va a ser nada fácil); pasando por lograr que el convenio de acreedores salga adelante de una vez, algo que no está nada claro (como vengan mal dadas para el consejo en los próximos días, en la forma de reveses judiciales, no solo José Sepulcre se puede quedar sin 'su' ampliación de capital, es que el Elche puede perder un ingreso de más de 2,2 millones de euros, la famosa ayuda del descenso); y la decisión de recuperación de la Comisión Europea que reclama 4,1 millones y que en cualquier momento puede salir del cajón.

Pero no lo es menos que, pese al chasco monumental que supuso la pérdida de categoría para un club que aspiraba este curso a regresar a Primera, la entidad de la partida de Altzabares reaccionó con diligencia y, aunque el fútbol es muy caprichoso, parece que en lo que se refiere a la planificación deportiva está haciendo lo posible para que su penitencia, el militar en el tercer escalón del fútbol español, sea lo más breve posible.

Llegó Jorge Cordero para hacerse cargo de la dirección deportiva, algo que despertó el lógico recelo en un amplio sector de la sufrida afición franjiverde porque se trata de un técnico que siempre ha estado relacionado de una u otra manera con Quique Pina, enemigo público número uno a las orillas del Vinalopó desde el 2010; sin embargo, la rápida contratación de Vicente Mir (guiño del destino mediante, al ser eliminado del 'play-off' el Real Murcia en la segunda eliminatoria) y que se hayan cerrado también con celeridad los fichajes de Gonzalo Verdú, José Juan y Peris, unido a que se hayan formulado ofertas de renovación (lo suficientemente atractivas para que todavía las estén estudiando) a Pelegrín y Nino, dos hombres más que interesantes para cualquier equipo, incluso de Segunda División A... Demuestran que el club sigue con pulso.