Y ahora, qué

Foto: EFE
13/06/2017 - 

ALICANTE. La enésima respuesta negativa de la Agencia Tributaria a una propuesta de convenio singular formulada por Juan Carlos Ramírez (que no olvidemos que se refirió a ella como "la última", vinculando incluso su continuidad en el cargo de presidente a que fuera aceptada), y la más que posible denegación inminente por parte del Tribunal General de la Unión Europea de la solicitud de suspensión cautelar de la obligación de pagar los 6,9 millones de euros que la Comisión reclama al Hércules, mantienen al club al borde del precipicio. 

No es que la situación sea nueva; desde que Enrique Ortiz se hizo cargo de la entidad, el herculano medio ha vivido con el corazón en un puño, pero sí es cierto que con el paso de los días el suelo por el que deambula el club blanquiazul es más abrupto y resbaladizo, como profunda la sima en la que corre riesgo de caer.

Nadie con un mínimo de responsabilidad puede negar que todo lo anterior, tanto la bofetada del fisco como el revolcón judicial, se intuían desde hace semanas, a juzgar por lo que se susurraba por muchos despachos, tanto de Luxemburgo, como de Madrid, València e incluso Elche donde, todo y el lío que hay formado, parecen tener infinitamente más claro que los 4,1 millones de euros que en su caso les reclama Bruselas hay que pagarlos a tocateja, como también que resulta clave para su supervivencia el cerrar un convenio singular con el fisco acatando lo que pida. 

La Comisión Europea exige el abono inmediato y efectivo de las decisiones de recuperación e incluso la legislación española, concretamente la tributaria dejan meridianamente claro que dichas deudas no admiten fraccionamiento alguno. Lo anterior, con otras palabras, es lo que le dijo ayer la Agencia Tributaria al Hércules. Algo que estaba cantado, como también que desde la Delegación Central de Grandes Contribuyentes no solo iban a hacer oídos sordos a las furibundas amenazas de liquidación y denuncias de agravios varios, también que ni siquiera contestarían (ha tenido el club que preguntar) a una propuesta, mejor que las anteriores pero que no se ajustaba a lo que el fisco dejó negro sobre blanco allá por marzo, en el mismo papel en el que concedía diez días para pagar el total de la deuda, bajo amenaza de embargo.

Hacienda no van a solicitar la liquidación; la Comisión Europea, de acuerdo con su política de recuperación, sí como no se le pague todo de una tacada. Nadie podrá también entonces negar que lo desconocía. Será esta semana o la que viene pero el chicle ya no se puede estirar más; se trata de pagar de una vez, empezando por Hacienda, o mirarle a los ojos a los herculanos y explicarles que no se puede y que hay un 'plan B'. Otra cosa es que lo acepten.

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