ALICANTE. De entre los restaurantes que han superado el impacto de la pandemia del coronavirus, retoma su actividad Wasamole, el proyecto de Nuria Suárez (100% mejicana, chilanga como se define ella) y Andrés González (de origen alicantino, con alma de mejicano, pero también de otros países en los que ha residido y cocinado). Se trata de un establecimiento de cocina fusión -no podía ser de otro modo- ubicado en pleno centro de Alicante, en la calle José Gutiérrez Petén, 5.
El nombre del local es en sí mismo una declaración de intenciones, ya que resume a priori el concepto de gastronomía que ofrecen, teniendo como símbolo la combinación entre el wasabi y el guacamole. Pero, si algo distingue a Wasamole de otros restaurantes que proponen fusión de cocinas de distintos países, es el perfecto tándem que componen Nuria y Andrés, lo cual se traduce, no sólo en las elaboraciones que ofrecen, en las que hay detalle, honestidad y pasión por lo que se hace, sino también en la forma en que hacen sentir al comensal.
Su cocina es el resultado del saber hacer y la experiencia de su chef, Andrés González, quien ha tenido la oportunidad de hacer estancias en reputados restaurantes de inspiración asiática, como Dos Palillos (Barcelona) o Sudestada, así como de cocinar en multitud de lugares del mundo como Berlín, Japón, Korea, Argentina y México. Fue allí donde conoció a su complemento perfecto, la jefa de sala Nuria Suárez, quien se encarga de guiar al comensal con profesionalidad y desparpajo.
Antes de la pandemia, su restaurante apenas tenía unos meses de vida, pero estos fatídicos meses ha propiciado su evolución e incluso un regreso con más fuerza, adaptándose a la situación actual con una nueva versión de carta a la que han denominado Wasamole Street. Se trata de dar la oportunidad de probar la esencia de su sabor, pero en una versión más callejera que sus gestores pretenden que sea el germen de un segundo proyecto en nuestra ciudad.
En palabras de su jefa desala, "Wasamole es una forma de aprender recetas del mundo, entender la lógica de una receta y la química de los alimentos, de tal manera que se puedan combinar las de unas regiones con otras". Como afirma, "la comida migra con las personas y las personas se integran a través de la comida, lo que ayuda enormemente a la convivencia y, teniendo en cuenta el momento tan complicado que vivimos, es interesante comprender que, cuando nos sentamos a la mesa, todos somos iguales".
En su carta actual de "Wasamole Street" destacan platos como la Karaage Burger (crujiente pollo al estilo japonés con un brioche, salsa César y encurtidos), las Quesadillas Taiwán (no desvelaremos el secreto de las quesadillas) y, cómo no, su memorable taco de cochinita. También las joyitas que puntualmente ofrecen fuera de carta, como el temaki de pulpo al estilo coreano con alficoz encurtido y pesto de menta.
De la anterior carta de Wasamole destacan platos como el tiradito de corvina con puré de boniato, el chipirón karaage en su tinta, los tacos de carnitas con salsa de turrón o la carrillera de ternera servida con pan bao al vapor. Actualmente, su comida es la mejor forma de viajar a otras partes del mundo a través del paladar y lo mejor, es dejarse llevar al Mercado de San Camilito, o a un callejón de Shinjuku por medio de los sabores.