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Cancelaciones y celebraciones recientes con diferentes varas de medir

Vuelven las suspensiones por la covid en Elche, pero también las contradicciones en su gestión

24/12/2021 - 

ELCHE. Este jueves volvía a confirmarse lo previsible, la suspensión de la romería de la Venida de la Virgen, así como la representación del hallazgo y el pregón, ante la subida de la incidencia por la covid-19 en la ciudad. Una situación extrapolable a la mayoría de la comunidad y del país. Sin embargo, apenas dos días antes, el martes, y después de haber suspendido ya la pasada semana la fiesta de Nochevieja en la Plaça de Baix y la San Silvestre, el alcalde aseguraba que se iban a mantener las actividades previstas porque "en todas ellas se puede garantizar el cumplimiento de las medidas y de las recomendaciones sanitarias sin que ello suponga que no haya preocupación por la evolución de la pandemia". Otra decisión repentina, pero que no ha sido la único en las últimas fechas, con bandazos de varios colores a pesar de situaciones similares.

En este sentido, cuestionado ese mismo martes sobre por qué se mantenían las celebraciones de la romería de la Virgen y se había suspendido la San Silvestre, también al aire libre, Carlos González señalaba que eran diferentes parámetros y no vinculados a la afluencia: "Es garantizar o no el uso de la mascarilla. En la San Silvestre se puede llevar a cabo una concentración superior a las 5.000 o 7.000 personas entre participantes y público y los corredores no llevan mascarilla en plena carrera. No poder garantizarlo desentraña un riesgo alto que no debemos correr". Ese fue el motivo de haberla suspendido, y señalaba que "la Venida de la Virgen es una actividad en la que se puede y se debe garantizar el uso de la mascarilla, con una naturaleza totalmente distinta". 

Una diferencia "sustancial" para el regidor al considerar que se podía garantizar la prevención. Sin embargo, la alta incidencia también en Elche (566,10 por cada 100.000 habitantes), ahora ha provocado que viendo la velocidad de nuevo exponencial de los contagios, con 1.329 casos en los últimos 14 días, se haya optado por cancelar la celebración de la mano de la Sociedad Venida de la Virgen. Obviamente, y gracias a las vacunas, una incidencia muy alta que no se traduce en la mortalidad anterior —aunque el pasado fin de semana fallecieron tres personas— ni en la misma cantidad de ingresos en UCI. De 28 ingresados en los dos hospitales públicos, 7 están en Cuidados Intensivos (dos en el General y cinco en el Vinalopó). Existe, en cualquier caso, el temor a un posible colapso de nuevo de los centros, así como de la Atención Primaria, que están generando de nuevo retrasos en las atenciones y problemas laborales según los sindicatos

Contextos similares, respuestas muy diferentes

La paradoja llega en que la vara de medir no ha sido la misma atendiendo a los datos, lo que ha generado críticas y quejas en redes sociales o incluso de la oposición, algo extrapolable a las medidas en general de las administraciones públicas ante las dinámicas de la pandemia. Si bien la pasada semana Elche entraba en riesgo alto el martes 14 de diciembre, y el propio primer edil hablaba de una expansión "vertiginosa", se optaba por recomendaciones individuales. Poco después de estas declaraciones, el miércoles 15, se suspendían la fiesta de Nochevieja y la carrera de la San Silvestre. Ante el peligro y el riesgo de colapsar el sistema sanitario, se decidió cancelar, y aun sabiendo de las aglomeraciones de las festividades próximas —con el preludio de las campanadas para los mayores esta misma semana—, no se ha decidido suspenderlas hasta a cuatro días vista por la velocidad de la curva. 

Eso sí, el mismo día que se decidía suspender esta carrera, tan solo habían pasado tres de la subida al Racó de la Morera, en la que participaron 1.000 corredores y que se celebró con normalidad. Bien es cierto que sin la misma afluencia y aún sin la entrada en el riesgo extremo (pero con una tendencia clara). Pero fechas más atrás, el 16 de octubre, se suspendía la tradicional Romería de San Crispín prevista para el 25 de dicho mes, cuando la incidencia era mucho menor, de unos 18-20 casos por cada 100.000 habitantes, lo que se traducía en una media de 6-8 ingresados en total en los hospitales. De hecho, ese mes de octubre se entró en riesgo bajo por incidencia. Sin embargo, también se celebró la marcha de Amacmec del 28 de diciembre, aún con cifras bajas de incidencia, de unos 33 casos por cada 100.000 habitantes, con una media similar de ingresos en hospitales. En ella participaron más de 3.000 personas. 

Ahí están por tanto, algunas decisiones contradictorias en la gestión de las restricciones de la pandemia en las últimas fechas. Aunque las decisiones de la administración con estas situaciones son complejas por las variables y posible coste político ante hipotéticos brotes, y teniendo en cuenta la incertidumbre ante la nueva variante, los últimos son ejemplos de situaciones medidas con diferentes varas de medir: para actos o celebraciones similares en un corto espacio de tiempo ha habido actividades pero también suspensiones, algunas incluso con baja incidencia mientras que hasta hace escasos días, se intentaban celebrar grandes eventos en una situación de riesgo alto y con una coyuntura mucho más sensible a nivel de capacidad hospitalaria.

En definitiva, decisiones erráticas, confusas o precipitadas; según se mire, ante el miedo también de volver a tener que suspender fiestas esperadas y de gran tradición. Ahora todas las miradas se centran en la Cabalgata de Reyes, en el aire, y de la que aún no se ha tomado la decisión sobre su celebración. Eso sí, es harto difícil que con las reuniones familiares de Nochebuena, Navidad o Nochevieja de por medio, y sin restricciones más allá del uso de la mascarilla en exteriores, los contagios bajen. Fechas para seguir vigilando la curva y que en otras ciudades se aborda de diferente manera según la situación; en Alicante mantienen la Cabalgata  y en Alcoy también, con adaptaciones. Como ya pasó el año pasado, el puente de la Constitución ha vuelto a disparar las alarmas con la movilidad y las aglomeraciones. Aunque esta vez la vacuna está evitando aquellos estragos.

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