VALÈNCIA (EFE/Inmaculada Martínez). Vicent Soler, responsable de las cuentas de la Generalitat, deja su cargo a punto de cumplir 73 años con la reforma de la financiación autonómica pendiente, el gran caballo de batalla que ha reivindicado como urgente y necesario para los valencianos, junto a la reclamación de una solución a la deuda histórica de la Comunitat Valenciana.
Tanto es así que este mismo viernes remitió una carta a la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, para que compense la deuda autonómica derivada de la infrafinanciación en la que pide de forma urgente un fondo de nivelación transitorio.
Recientemente manifestó que en la reforma del sistema de financiación autonómica se debe buscar un punto de encuentro en que todas las comunidades autónomas salgan beneficiadas y, aunque no será un camino fácil, "sería un fracaso colectivo no intentarlo".
Siete presupuestos ha elaborado este socialista de Rocafort (Valencia) -que ya fue conseller en el Gobierno de Joan Lerma en 1985- para el Gobierno del Botànic, con una partida de ingresos "reivindicativa" de algo más de 1.300 millones de euros, que es a lo que alcanza cada año esa infrafinanciación, según sus cálculos.
Catedrático de Economía Aplicada por la Universitat de València, Ximo Puig le llamó a su lado cuando entró en el Gobierno valenciano en 2015 y ahora deja una Conselleria que tiene por delante la gestión de los fondos europeos para la recuperación económica de la Comunitat Valenciana tras la pandemia y con una guerra en Ucrania en marcha.
Uno de los ejemplos de gestión de los recursos europeos es la ejecución de la línea 10 de Metrovalencia (que conecta la estación de Alacant con Natzaret-, dependiente de la Conselleria de Política Territorial, que se inaugurará la próxima semana con una inversión de 50 millones de euros, 20 de ellos cofinanciados por la Unión Europea.
Otra de las máximas de Soler ha sido establecer una fiscalidad progresiva, en la que los que más tienen paguen más; atacar el dúmping fiscal que ejerce la capital española; avanzar en la administración electrónica; y reconvertir el Instituto Valenciano de Finanzas en el banco público de la Generalitat.
Para atender las necesidades de las personas mayores, su Conselleria tiene en marcha un plan de formación para facilitar el acceso a herramientas digitales que les permitan realizar trámites bancarios, administrativos y de servicios en su día a día; y para dar servicio a municipios despoblados puso en marcha un plan de instalación de cajeros automáticos para garantizar la atención financiera.
Soler ha tenido que lidiar con una deuda que acumula unos 54.000 millones de euros, el doble que los Presupuestos de la Generalitat, que sitúa a la Comunitat en primer lugar en porcentaje de deuda en relación al PIB.
También ha afrontado el proceso de subrogación de la deuda financiera de Feria Valencia para dar paso a unas nuevas entidades feriales en València y Alicante transformadas en sociedades mercantiles, y la reconversión de la Sociedad de Garantía Recíproca en la marca Afín SGR.
Ha recuperado el edificio cedido a la Bolsa de Valencia, el Palau dels Boïl d'Arenós, en la calle Libreros de València, para Patrimonio de la Generalitat tras la resolución del convenio suscrito en 1995.
Su talante reivindicativo y conciliador reconocido por todos quizá tenga que ver con aquello que dijo una vez: "Voy a la cama con la conciencia tranquila de haber hecho lo que creo que es mejor para mis conciudadanos".
Después de siete años en esta responsabilidad, su cartera pasa a asumirla el hasta ahora conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España.