El palacete de la finca Lo de Die.ALICANTE. La actividad del grupo Vectalia en el sector de la hostelería sigue en expansión tras hacerse con la gestión de otro palacete dedicado a la celebración de eventos: la finca Lo de Die. El holding controlado por la familia Arias ha cerrado un acuerdo con los propietarios del inmueble para asumir las riendas de su restauración con la experiencia y la oferta gastronómica del restaurante Maestral.
El inmueble, situado en la avenida de Dénia, fue construido en el siglo XVIII como hacienda asociada a la producción vitivinícola y se encuentra situado a menos de diez minutos de desplazamiento en coche desde el centro de Alicante. Cuenta con aparcamiento para 250 vehículos y capacidad para organizar todo tipo de reuniones con servicio de cocina de hasta 600 personas. Al menos hasta 2015, la gestión del complejo corría a cargo de la empresa Salones Proamar.
EL GRUPO TAMBIÉN GESTIONA LA FINCA DE LA TORRE BURGONYÓ, JUNTO A LAS ATALAYAS, IGUALMENTE DEDICADA A LA CELEBRACIÓN DE EVENTOS
El aterrizaje de Vectalia, a través de Maestral, se ha concretado hace menos de dos meses, según fuentes conocedoras del acuerdo. De hecho, hasta ahora Maestral-Lo de Die no ha pasado de organizar algún pequeño evento, con aforos muy reducidos, hasta poder completar sus necesidades para poder operar a pleno rendimiento como salón de banquetes con ambientación musical.
Vectalia, igualmente a través de Maestral, también asume la explotación hostelera de otra conocida finca de Alicante, la de La Torre Borgunyó, situada en el entorno del polígono de Las Atalayas. Se trata de otro palacete de especiales características (está declarado Bien de Interés Cultural y contemplado en la propuesta de catálogo de protecciones del Ayuntamiento de Alicante) dedicado a la celebración de eventos de todo tipo.
El grupo también está al frente de la oferta gastronómica del restaurante Aldebarán y completa su imperio hostelero con otra conocida finca vinculada a la producción de vino, Casa Cesilia, en Novelda, con bodega propia.
El acceso a la finca. Foto: RAFA MOLINA
