Vecinos de San Miguel de Salinas reclaman que se restituyan los contenedores de reciclaje eliminados

SAN MIGUEL DE SALINAS. La Asociación de Vecinos y Vecinas de San Miguel de Salinas ha denunciado que desde el  mes agosto, la empresa concesionaria de la gestión de las basuras ha precintado buena parte de los contenedores soterrados y, en su lugar, ha colocado contenedores de color marrón. Esta medida obliga a mezclar residuos, que antes se depositaban de manera separada en los contenedores soterrados, y a utilizar de manera inapropiada el contenedor marrón, que es el destinado a recoger, únicamente, los residuos orgánicos.

La asociación “San Miguel Arcángel” cuando detectó estos hechos advirtió al ayuntamiento de esta anomalía.  El mismo día que se tramitó la queja, el primer teniente de alcalde contestó, que había dado parte de la incidencia a la empresa concesionaria para que resolviese el problema. Sin embargo,  la situación lejos de solucionarse  se ha generalizado en numerosos puntos de recogida del casco urbano.

Este paso atrás en la recogida separada de residuos "supone un hito más en una deficiente gestión del servicio de limpieza viaria y de recogida de residuos. La falta de higiene y salubridad de las calles, de los contenedores y emplazamientos, donde estos están ubicados, ha sido  causa de una queja constante por parte de vecinas y vecinos.  El gobierno municipal no interviene para solventar esta situación y parece ser que deja manos libres  a la empresa", critica la entidad.

La queja "no es una cuestión baladí. La basura mezclada contamina el subsuelo, evita la reutilización y el reciclaje, lo que supone una pérdida de recursos y; además, desde el 1 de enero de 2023 este ayuntamiento, como todos, en aplicación de la Ley de Residuos y suelos contaminados, paga una tasa de 40 €/ por tonelada de basura mezclada depositada en vertedero, lo cual supone para San Miguel, según datos del Consorcio de Residuos de 2021 sobre las toneladas de basura generada, una penalización estimada para el año en curso de 150.000".

Los vecinos señalan que "al despilfarro económico, se une lo más grave,  el mensaje negativo que se lanza a la población: No importa que l@s usuari@s se molesten en separar los residuos ni el  contenedor donde los vierten porque al final da la impresión de que su destino es, únicamente, enterrarlos  en el vertedero".

Un "retroceso mayúsculo que nos retrotrae al siglo pasado, que, además del perjuicio económico causado a l@s contribuyentes, choca frontalmente con la Agenda 2030, las Directivas europeas y la legislación estatal y autonómica de residuos", concluyen