ALICANTE. La asociación de vecinos El Templete de Benalúa de Alicante reacciona frente a la posición mantenida por el equipo de gobierno, del Partido Popular (PP), en el pleno ordinario de noviembre respecto a la construcción del centro social comprometido para el barrio desde hace 24 años para insistir en la urgencia de su construcción. En esta línea, el colectivo reclama su desarrollo de forma urgente, sin más aplazamientos, a través de un comunicado en el que incide en la necesidad de esa dotación pública. "En Alicante hay 19 Centros Sociales; el de Urbanova se inauguró en 2014 para unos 500 residentes habituales; el de Benalúa, para unos 10 000 vecinos, todavía no ha llegado", apunta la nota pública.
"En el pleno municipal del jueves pasado, 30 de noviembre, esperábamos (confiábamos) que se iba dar un primer paso para acabar con una discriminación histórica. En lugar de eso se añadió un eslabón más en la cadena de despropósitos que hacen que Benalúa siga siendo una anomalía, un agujero en el mapa de los equipamientos sociales municipales", argumenta el colectivo.
"Pero la paciencia no es ilimitada y cuando las situaciones de agravio se estiran en el tiempo provocan que aumente la temperatura del descontento y fermente la indignación. En eso estamos. ¿De dónde venimos? En 1999 el entonces alcalde Luis Díaz Alperi ya llevaba en su programa electoral el compromiso de la construcción de un centro social en Benalúa. En aquel momento ya era tarde; ahora vamos a entrar en 2024 y aún no tenemos nada", insisten portavoces de la asociación.
En esta línea, los residentes de Benalúa recalcan que "entre uno y otro hito hay un largo viacrucis en el que se ha flagelado la confianza de la gente con medias verdades, promesas falaces y alargando justificaciones estrambóticas como la del ficus. El resultado es palmario: por fas o por nefas, Benalúa sigue sin centro social.
En el año 2003 el Patronato de la Vivienda presentó un primer 'proyecto' de construcción de un centro social. En 2007 se sacó a pasear un borrador de un proyecto del futuro centro social y viviendas intergeneracionales, según el cual 'El centro cívico tendrá unos 2.000 metros cuadrados y las casas ocuparán 5.000 metros'". "Y así, como si de un Guadiana se tratara, asistimos al espectáculo de un largo rosario de apariciones espectrales en períodos electorales seguidas de desapariciones burocráticas. Casi un cuarto de siglo jugando con la buena fe y los derechos y necesidades de las personas", prosigue el colectivo.
"El 30 de noviembre recordamos al pleno algo evidente: "... en estos tiempos, un centro social comunitario debe ser el núcleo dinamizador de la vida del barrio. Un lugar que facilite que las personas se relacionen, cosa que repercute en beneficio de la salud física, emocional y mental. Pasamos de puntillas sobre la soledad, las personas que mueren solas, los suicidios camuflados... Es también muy necesario un centro de día para atender a las personas que van perdiendo autonomía. Y por aquello de optimizar recursos debe haber también espacio para la biblioteca, ahora en un bajo con dependencias no accesibles, por el que se pagan 1.467 euros mensuales", continúa la asociación.
A juicio de los residentes, "este edificio, integrado por espacios polivalentes, podría estar en una parte del solar que ocupaba el Grupo Escolar; es suelo municipal y está centrado en el barrio. Esta ubicación es la más apropiada para todos, y sobre todo para las personas con movilidad reducida". "En el pleno del 23 de febrero se aprobó una declaración institucional respaldada por todos los grupos municipales que instaba a que el Ayuntamiento iniciara los trámites para que Benalúa disponga de un Centro Social comunitario. Y estos días, en pleno proceso de confección del presupuesto municipal para 2024, es la hora de consignar una partida presupuestaria para pasar de las palabras a los hechos, para hacer que las declaraciones toquen tierra y, en breve, podamos abrir la puerta y entrar en el Centro Social comunitario. Está en sus manos que así sea", expone la asociación.
No obstante, la asociación incide en que, en el debate del pleno de noviembre, "el resultado de la votación fue decepcionante: No 14, PP; Si 11, PSOE, Compromís y EU-UP; Abstención 4, Vox". "Los argumentos esgrimidos para un nuevo aplazamiento fueron bastante peregrinos, simplemente buscaban aparcar el tema para lo cual hilaron cuatro frases con apariencias justificatorias. Se pretendió justificar la abstención alegando que, de construir el centro social en la parcela del Grupo Escolar, se despilfarraría el dinero que en su momento se invirtió en el arreglo del solar donde estaban los barracones; la inversión en realidad fue muy exigua porque la actuación se limitó a un mínimo adecentamiento después de desescombrar, y poco más", insiste el comunicado.
De igual modo, el colectivo señala que "el concejal Carlos de Juan, responsable de Vivienda, aseguró que el equipo de gobierno mantiene el compromiso con esa futura dependencia, que se prevé levantar en la avenida Catedrático Soler. Se incluirá dentro del proyecto de las viviendas intergeneracionales y estará cofinanciado por distintas administraciones, pero aún está pendiente de definir, entre fondos Next Generation y autonómicos. Por eso aún no se puede definir consignación en el presupuesto municipal". "Es decir, haciendo malabarismos el grupo popular encontró la manera de votar no. Dicho de otra manera: el compromiso con esa futura dependencia se coloca en un mañana impreciso, nebuloso".
"Después de 24 años de aplazamientos, de haber sido relegados una y otra vez, son muchos en Benalúa los que empiezan a decir que huele a cuerno quemado.
Hay cosas poco claras. El 2 de mayo de 2000 se procedió a demoler a toda prisa el Grupo Escolar alegando ruina técnica. Muchos técnicos consideraron injustificada
una decisión que se llevó por delante una valiosa muestra del racionalismo arquitectónico. A cambio durante más de 10 años varias generaciones pasaron su período escolar en barracones", abunda la nota pública.
"Es llamativo que se fíe la construcción de las tan traídas y llevadas viviendas intergeneracionales a una financiación poco menos que caída del cielo. Y esto nos lleva a preguntarnos qué pasa con los impuestos que pagamos los benaluenses.
Estamos a final de año y sigue el mismo juego: se prorroga otra vez la espera sin comprometer plazos ni concretar previsiones. En Benalúa se relegan los derechos de miles de ciudadanos y se desatienden sus necesidades. 24 años, uno detrás de otro, de esperas, de decepciones y de apechugar con las consecuencias de la discriminación. Es inevitable preguntar: ¿Qué estamos subvencionando? ¿Qué intereses se priorizan? ¿A qué se debe esta pertinaz sequía? ¿Qué pasa en Benalúa?", se cuestiona la asociación.
"El señor alcalde pregona enfáticamente que tiene 'un mandato que cumplir de los grupos municipales y de los alicantinos'. Pero cuando dice eso está mirando hacia otro lado y se le olvida que también tiene el mandato del Pleno de 23 de febrero de iniciar los trámites para que Benalúa disponga de un Centro Social comunitario, el mandato de poner fin a una discriminación histórica. ¿Qué hacemos? Unas sesenta personas estamos saliendo a la Plaza de Navarro Rodrigo todos los sábados de 12 a 13h; el próximo sábado sumaremos 32 convocatorias. Unas 150 pancartas cuelgan de vallas y balcones recordando que BENALÚA NECESITA CENTRO SOCIAL. Y cada lunes enviamos la foto del sábado al alcalde y demás concejales", continúa el colectivo de residentes.
"El tiempo pasa y cuando las situaciones de agravio se van estirando provocan un aumento de temperatura con lo que sube el grado de descontento y de indignación. Sobre todo cuando nadie explica el por qué de esta larga travesía del desierto. Como lo que reclamamos es justo de toda justicia, al recordar las ausencias de las personas que en todos estos años se han ido quedando por el camino reforzamos nuestro propósito de persistir. Habrá que levantar la voz para que nos escuchen. Ya no nos valen promesas. Exigimos respuestas solventes: compromisos firmes, documentados, presupuestados y licitados", concluye la asociación.