ALICANTE. Valentín Botella será el cuarto consejero del Hércules.
El empresario oriolano continuará formando parte del órgano de gobierno del club, algo que él mismo confirmaba a Alicante Plaza esta tarde y por lo que Juan Carlos Ramírez y Enrique Ortiz han abogado, tras no aceptar meses atrás Botella el ofrecimiento de que ostentase el cargo de presidente honorífico.
Así, en la Junta General que se celebra este jueves, dimitirán del cargo de consejeros Carlos Parodi, Francisco Méndez y el propio Botella que a continuación volverá a ser nombrado, con permiso de los accionistas, consejero junto con Juan Carlos Ramírez, que será el nuevo presidente. El órgano de gobierno del club blanquiazul que pasará a estar formado por cuatro miembros, estará también integrado por Miguel Ángel González, persona vinculada a los negocios en el mundo del motor del empresario vasco, y José León, apoderado de la Fundación del Hércules (todavía la máxima accionista del club) y hombre de plena confianza de Enrique Ortiz (es administrador de la consultora Dreamview, participada por el Grupo Cívica), para el que esta no será su primera experiencia como consejero del club blanquiazul ya que ostentó esa condición entre 2006 y 2011.
Tercer máximo accionista a través de Promoval con 1,9 millones en acciones
Los 23.936.194 euros que integran el capital social del Hércules se reparten a día de hoy de la siguiente manera: la Fundación es la máxima accionista con el 72,69% de los títulos; como segundo accionista, tenemos desde esta semana a Zassh Tecnológica con el 15,07% de las acciones; en tercer lugar queda Valentín Botella por medio de Promoval Inversiones Inmobiliarias que ostenta el 8,04%; Enrique Ortiz e Hijos Contratista de Obras tiene el 3,11% de las acciones; y el restante 1,09% se lo reparten unos 2.700 pequeños accionistas.
Promoval Inversiones Inmobiliarias, cuyo administrador único es la Corporación Empresarial Procumasa, se convirtió en accionista del Hércules en noviembre de 2013.
El día 20 de ese mes se celebró una junta general ordinaria de accionistas en la que se aprobaron cuatro ampliaciones de capital: dos, por un global de tres millones de euros, que debían cubrirse mediante aportaciones dinerarias en los siguientes meses (terminaron en un sonoro fracaso), y otras tantas, por casi dos millones de euros, consistentes en una compensación de créditos automática y por las que la citada mercantil y Estudio Lamela entraron en el accionariado del Hércules.
Mientras que el afamado despacho de arquitectura, autor de uno de los faraónicos proyectos de reforma del estadio Rico Pérez que no se llevaron a cabo, canjeaba una deuda de 30.160 euros por igual número de acciones de un valor nominal de un euros, la empresa de un Valentín Botella que, pese a ser entonces vicepresidente del club y antes presidente, no era titular (sigue sin serlo como persona física) de una sola acción, se convertía en accionista al aceptar canjear los 1.924.441 euros por títulos de también un euro de valor nominal.