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cada vez más espacios buscan ser amables con el infante

Una escuela prefabricada como ejemplo de la arquitectura que ayuda a crecer y jugar

14/11/2022 - 

CASTELLÓ. Un fuerte temporal dejó a Benadressa, en julio de 2021, con su escuela municipal totalmente dañada. No solo por la parte de la cubierta, a la que impactó la lluvia y la piedra sin cesar, también su interior se vio afectado por las filtraciones que entraron en las aulas. Por ello, no quedó otra que reparar el centro. Lo que quizá no esperaban los alumnos, por entonces, es que en su vuelta iban a toparse con una escuela totalmente distinta.

"El colegio de Benadressa es un colegio prefrabicado. Su interior era muy blanco, con líneas rectas y sin apenas color. Así que aprovechando que desde la Dirección Territorial de la Conselleria de Educación nos encargaron las obras de emergencia, repensamos algunos espacios", cuenta el arquitecto Manuel Miralles. Uno de esos lugares fue la biblioteca, que "pasó de ser una aula más", a ser un espacio abierto y de relación. "La biblioteca estaba concebida igual que un aula. Era un espacio cerrado entre cuatro paredes y pensamos que sería bonito abrirla directamente al pasillo. Descomprimimos este y ofrecimos así sus contenidos a todos los alumnos", explica Miralles. Ahora, según le han contado desde la propia escuela, a los niños les apetece más entrar.

"Antiguamente las escuelas se fabricaban un poco en serie. Cada aula era un cubículo cerrado, pero cada vez se piensa más en los usuarios. Los niños y niñas van a pasar ahí unos de los años más importantes de su vida". En este sentido, además de la biblioteca también se ha intervenido la zona infantil, la cual está dividida en tres aulas, una para cada edad, pero al mismo tiempo pueden convivir todas juntas gracias a dos tabiques móviles que el estudio ha instalado. "Pueden trabajar de manera independiente o abrirse totalmente y funcionar como solo una", añade Miralles.

Espacios para crecer y jugar

La covid-19 fue una enseñanza en muchos sentidos, nos enfrentó de una forma directa al espacio. Ya no valía tener la casa de cualquier modo. Necesitábamos un lugar en el que sentirnos a gusto, pero también estimulados. Un hogar en el que las horas pudieran pasar más rápido, porque no había otro sitio al que ir. 

Con la vuelta a la normalidad, este sentimiento podría haber desaparecido, pero no lo ha hecho. Menos si cabe entre los pequeños de la casa, que continúan necesitando espacios donde crecer y jugar. En efecto, son cada vez más los negocios dedicados a infantes y adolescentes que están reformulándose. 

La guardería Los Gorriones, ubicada en Nules, encargó al estudio de arquitectura Sanauja en 2021 la reforma de su interior. No solo por deficiencias generales en sus instalaciones y en los revestimientos, también porque existía "un problema grave de funcionamiento del edificio para el uso al que se destinaba". Así que, con el deseo de reinventarse, los profesionales hicieron una remodelación integral del diseño de edificio, se adaptó la guardería a las nuevas necesidades, se reubicó el comedor y se crearon nuevas aulas. 

Pero no solo las escuelas y guarderías están cambiando, también lugares tan "inquietantes" -para niños y adultos- como puede ser el dentista están teniendo en cuenta el impacto postivio que un espacio bien diseñado tiene en el usuario. Un caso destacado es el de la clínica odontopediátrica, Isabel Cadroy, diseñada por el estudio Vitale y la cual fue reconocida por los Premios ADCV 2022 por su "impacto postivo" en el cliente.

Cuentan desde Vitale que, la doctora Cadroy buscaba crear una clínica que fuera amable y acogedora, que transformara el estrés y el miedo -habituales en las visitas al dentista- en confianza y tranquilidad, pero que no tuviera una estética infantil. Bajo esta perspectiva, el estudio castellonense tomó los juegos de construcción de madera y los puzzles geométricos, que utilizan los pequeños para aprender, como eje creativo. 

"La clínica sorprende tanto a niños como adultos con reconocibles elementos que remiten al aprendizaje infantil como enormes pórticos, lámparas en forma de móviles de madera o panelados a modo de rompecabezas. El resultado es un espacio evocador que conecta con el niño que llevamos dentro y te transporta", aseguran desde Vitale. Y es que lejos de parecer un lugar aterrador, la clínica se llenó de túneles que conducían a diferentes instancias, cada cual más llena de color.

Foto: Hilke Sievers

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