ALICANTE. La Junta General del Teatre Principal ha hecho su tradicional balance del curso y ha aprobado las cuentas del 2018. La entrada de la Generalitat en el accionariado del centro participado por igual entre Ayuntamiento de Alicante y Banco Sabadell sigue pendiente de concretarse.
El alcalde, Luis Barcala, ha comentado el estado de las negociaciones con el gobierno autonómico en la junta. Ahí ha destacado "la intención de cerrar el proceso para la incorporación de la Generalitat a la comunidad de bienes del Teatro" que mantiene con el presidente Ximo Puig. Los motivos del retraso son "flecos técnicos" que aún están pendientes de resolver. Según han apuntado desde el Ayuntamiento, la previsión es que el tema se cierre "antes de que finalice el año".
La regidora de Cultura Dolores Padilla niega que se trate de un retraso. Y por ello subraya que "una acción de semejante calado como es la participación de la Generalitat no es algo que se pueda hacer en un folio, hay un gabinete jurídico que lo está estudiando". Además, Padilla ha recordado que aún están los técnicos de patrimonio con sus estudios sobre el edificio. De ahí que reitera que "las intenciones continúan y que solo hay que continuar con los flecos. Estamos sin parar y todo está avanzando muy bien, soy muy optimista".
Este ha sido un curso movido para todo el Ayuntamiento puesto que empezó con un gobierno tripartito, continuó con uno socialista y ahora está con uno popular. La propia Padilla, que antes trabajaba como jefe de Administración-Contable dejó su cargo para ejercer de concejala del equipo de gobierno. Por ello, se abrió una convocatoria para cubrir esa plaza vacante. Según explican desde el Ayuntamiento, el proceso se ha realizado a través de la Agencia local de desarrollo. La concejala señala que la Junta ha aprobado las dos candidaturas finales y que se ha dejado en manos de la dirección, a cargo de Francesc Sanguino, que se elija la persona oportuna.
En el repaso a los números, destaca la confirmación de la subida que aportan cada una de las partes al presupuesto. Se pasa de los 120.000 euros de los últimos años a los 140.000. La subida de 20.000 estaba prevista desde el año pasado, cuando se presentó la entrada de la Generalitat. Padilla puntualiza que "cuando llegué en abril, en el presupuesto municipal se consignaron esos 120.000, solo había eso, no le podíamos dar 140 si no se hacía ampliación de crédito". Una vez realizado ese trámite, "ya nos podemos comprometer a eso", indica.
Esa cantidad es la que aporta cada uno de los dos propietarios para el funcionamiento del centro. Eso se traduce en que se mantiene el problema de las cuentas al ser los costes operativos mucho mayores que 280.000 euros, ya que se cuenta con unos gastos fijos de 414.200 euros y otros gastos según la actividad de 564.600. "El presupuesto que se ha aprobado es el que tenemos que cumplir porque a día de hoy no hay otros datos", subraya. Para resolver esa cifra siempre se ha contado con los ingresos por taquilla. Con lo que "hemos de intentar que la programación atraiga a los espectadores para que las cuentas sean buenas e intentar mejorar la asistencia del público, es importantísimo".
Esta es una de las bases de la discusión sobre el Teatre Principal desde que se inició la legislatura, el criterio con el que se debía programar. El que se convirtió en emblema, involuntario, de esta politización de lo ofrecido es el actor Arturo Fernández. El veterano intérprete contó en una entrevista a Información que "mientras esté Sanguino no piso el Teatro Principal". Aquella polémica quedó superada por ambas partes a principios de este año, en un encuentro en Madrid. Ahora su obra Alta seducción estará cuatro días de septiembre en el Principal. "Arturo Fernández no viene porque un director esté o no. Viene porque los espectadores le quieren y por eso vuelve a Alicante", remacha Padilla.
Todos estos vaivenes no se traducen en un "cambio de programación", considera la concejala. Padilla recalca que ella habla "de programar para todos los alicantinos". De que eso se cumpla se encarga el consejo y la junta del Teatre, ya que han de aprobar las propuestas. "Considero totalmente lícito que los propietarios del Teatro Principal quieren recuperar a los espectadores y que cuanta más gente vaya eso es lo más deseable —recalca—, desde la corporación municipal y desde el Banco Sabadell es lo que queremos".
"Por parte del Grupo Popular nunca ha habido presión política, nunca hemos criticado la programación de nadie", señala. E insiste en que su objetivo es "recuperar a los espectadores" para lo cual el director del centro, "como es su obligación, tiene que trabajar para que tengamos espectadores; es normal, digo yo. Y no condicionamos ninguna programación, solo que atraiga a los alicantinos". De hecho, Padilla apunta una idea al respecto, "la programación no es buena o mala porque ese es un dato subjetivo. Yo no me atrevería a decir eso. El público decide cuándo entra y en qué obra. Nuestro trabajo es que entren la mayor cantidad y que estén encantados y es en lo único en que mostramos interés". De ahí que concluya otra vez que "por parte de la corporación actual no hay ninguna consigna política, en absoluto".
"¿Debería notarse en la programación del Teatro si hay un partido u otro? Esa pregunta se la deberíamos hacer a los alicantinos y estoy segura de que dirían que traigamos cosas atractivas y que sean éxitos que han pasado por otros teatros: gran formato, estrenos nacionales y obras internacionales". Así de contundente se muestra Padilla, quien fue anteriormente responsable del Principal. Ella se define creyente "en lo que deciden los alicantinos; y lo deciden con su asistencia. Como cargo público trabajo para los alicantinos y no puedo entenderlo de otra manera".