ALICANTE. No eran precisamente legión pero sí estaban más que legitimados para exigir una disculpa. Medio centenar de aficionados del Hércules, la mayor parte procedentes de La Nucía donde habían asistido a la octava derrota del curso de su equipo, se daban cita a primera hora de la noche del domingo en la puerta cero del estadio José Rico Pérez para transmitir "su malestar y preocupación por la situación" a los jugadores blanquiazules a su regreso tras el partido desde la localidad de la Marina Baixa.
Ante un discreto dispositivo de seguridad, los aficionados sobre la acera de la calle Foguerer Romeu Zarandieta y, ya dentro del patio de caballos pero con la puerta abierta, el equipo con el técnico, Jesús Muñoz e Ismael Falcón al frente, mantenían un respetuoso intercambio de opiniones. "Lo preocupante hubiera sido que no hubiera nadie aquí", decía Quique Tébar, presidente de la Asociación Herculanos y uno de los primeros en tomar la palabra para trasladar a los jugadores el clima de incertidumbre instalado en la masa social por la situación clasificatoria del equipo (cuarto por la cola, en puestos de descenso a Tercera División) que no solo amenaza con agudizar aún más su crisis deportiva protagonizando el enésimo descenso, también provocar con esto último su desaparición.
"No sabemos si el problema es de preparación física, táctico o psicológico, pero tenéis la responsabilidad de salvar esta situación", manifestaban los aficionados. Tanto Muñoz como Falcón tomaron la palabra para no solo "agradecer el apoyo" en los partidos, también la presencia de los aficionados a las puertas del Rico Pérez y dejar claro que son más que conscientes de la delicada situación en la que está el equipo y que han de revertirla: "Hemos tocado fondo", sentenciaba el meta gaditano que junto al técnico moteño reafirmaban su compromiso para salvar al Hércules.
Por cierto, en la rueda de prensa posterior al partido Muñoz dijo "no estar satisfecho con su trabajo y el del equipo", pero también "sentirse con fuerzas" para seguir al frente del mismo y que no estaba dispuesto "a gastar esfuerzos en algo que no controla". Para el entrenador blanquiazul la expulsión había condicionado el partido ("Si intentamos paliar las carencias que tenemos y te encuentras con uno menos con tantos minutos"), pero tampoco quiso poner muchos paños calientes: "La realidad es la que es, los puntos son los que son, tenemos que asumir nuestra responsabilidad (...) con el número de goles encajados es muy difícil ganar partidos, esa una prueba clara de la situación en la que estamos".
Tensión en La Nucía
La concentración se había organizado de manera espontánea, en las redes sociales, tras un partido en el estado Olímpico Camilo Cano al que asistieron desde su grada de preferencia cerca de medio millar de herculanos que mostraron su indignación a lo largo del mismo con gritos de "fuera, fuera" y pidiendo la marcha del director deportivo Javier Portillo, pero especialmente al final del mismo cuando recibieron a los jugadores (alguno llegó a llorar sobre el césped) con reproches en el momento en que iban a saludarles.
Además, en la grada de tribuna del coliseo rojillo se vivieron momentos de mucha tensión, con rifirrafes entre familiares de algunos jugadores y aficionados (como el que se produjo coincidiendo con la sustitución de Alejandro Alfaro); situaciones de conflicto a las que no escapó el palco de autoridades (hubo algún que otro gesto de invitados del club local que no gustó) donde se encontraban además del presidente Carlos Parodi (que declaraba tras el choque "que había sentido vergüenza y ganas de irse"), Juan Carlos Ramírez (que le había leído la cartilla al vestuario durante la semana) y Portillo (al que muchos echaron en falta luego en la puerta cero).
El encuentro entre aficionados y el equipo en imágenes