ALICANTE. Jarro de agua fría para las expectativas que había levantado la llegada de Uber a las ciudades de Alicante y Elche en los próximos días. El anuncio del Consell de introducir un período mínimo de precontratación para los VTC de 15 minutos, siguiendo el ejemplo de Barcelona, en su futuro decreto de regulación del sector, sume en la incertidumbre la implantación de la conocida empresa de alquiler de vehículos con conductor en la Costa Blanca. De momento, no obstante, Uber sigue adelante con sus planes, a la espera de que la propuesta de la Generalitat, tras el periodo de consultas públicas, tome forma.
Tal como adelantó este diario el pasado 29 de enero, Uber tiene previsto empezar a operar en la ciudad de Alicante a mediados de este mes, y en Elche aproximadamente en las mismas fechas. Para ello, la empresa de VTC ha desarrollado en las últimas semanas la selección de personal con entrevistas presenciales en la capital alicantina, donde tiene previsto establecer también una infraestructura administrativa y logística. La idea inicial es empezar a prestar el servicio en Alicante con veinte conductores, pero el número de vehículos podría quintuplicarse a medio plazo en función de la demanda.
A pesar de las advertencias de la patronal Unauto, que tras conocer las "líneas generales" en las que trabaja la Conselleria de Transportes advirtió de la pérdida de 500 empleos en València, lo cierto es que Uber continuó este martes los preparativos para su desembarco en Alicante con relativa normalidad, según ha podido constatar Alicante Plaza. En este sentido, la selección de personal sigue adelante, y este mismo martes se llevó a cabo una jornada de formación de los nuevos conductores de la empresa. En este sentido, es conocida la política de Uber de ofrecer vehículos impolutos, conductores uniformados y un trato exquisito a los clientes, más allá de las ventajas comerciales de la app de reservas y la geolocalización.
De esta forma, todo apunta a que la empresa empezará a operar en la provincia de Alicante a la espera de que la propuesta del Consell se concrete en un decreto regulatorio que, si sigue el curso legislativo habitual, entraría en vigor en torno al mes de mayo, o incluso después de las elecciones. Eso sí, si dicha regulación entra en vigor tal como se ha planteado (o con fórmulas aún más restrictivas), la lógica apunta a que tanto Uber como Cabify abandonarán también la Comunitat Valenciana, tal como ha sucedido con Barcelona.
La propuesta del Consell, tal como trasladó la consellera María José Salvador a Unauto y a las principales asociaciones de taxistas de la Comunitat, contempla imponer un periodo mínimo de 15 minutos entre el momento de la solicitud del servicio y su inicio, que los ayuntamientos podrán ampliar en sus ámbitos urbanos si así lo estiman conveniente (València ya ha avanzado que lo estudiará). Asimismo, no se permitirá la captación de los vehículos que circulen por las vías públicas en busca de clientes, algo que ya está prohibido por la normativa vigente, y tampoco se permitirá la geolocalización, una de las grandes ventajas de la app de Uber.
Unas medidas que el presidente de Unauto en la Comunitat, Ricardo González, considera inaceptables, al replicar el modelo catalán, y que amenazan con suprimir también en la Comunitat el servicio de las principales plataformas de VTC. Por su parte, los taxistas, que proponían un periodo de precontratación de 12 horas, ven la propuesta del Consell "insuficiente". Tanto el representante de la Confederacion de Taxistas Autonomos, Fernando del Molino, como el secretario de la Asociación Gremial del Taxi, José Ramón Giménez, coincidieron en que la autonomía "ha perdido la oportunidad de posicionarse claramente a favor del sector del taxi". "Han intentado una solución intermedia que es claramente insuficiente".