Foto: AIJUIBI. Desde Aiju lideran, en colaboración con empresas de la provincia de Alicante, el proyecto Trace4Fake con el fin de dotar a la industria juguetera de un sistema sencillo y a medida para garantizar la trazabilidad de sus productos y evitar, entre otros problemas, las falsificaciones y la seguridad de sus creaciones. Para ello desarrollan la incorporación de marcadores químicos en materiales de uso en productos infantiles.
La trazabilidad de productos será clave en la Unión Europea con próximas normativas sobre ecodiseño de productos sostenibles. Por eso desde Aiju trabajan por crear herramientas que ayuden a las empresas a lograr ese objetivo. El fin, conseguir seguridad, respeto al medio ambiente y vigilancia del mercado a través de materiales que ayuden a atajar la falsificación sin riesgos toxicológicos para usuarios.
Así, Trace4Fake investiga la aplicación de marcadores químicos en los materiales utilizados en la fabricación del producto infantil para trazar de forma rápida y económica un producto, a través de propiedades fotoluminiscentes, entre otras, modulables en función de las necesidades específicas de cada empresa o producto. El uso de esos marcadores sería indetectable sin sistemas de lectura específicamente diseñados para que no sean evidentes ni fáciles de copiar. Asimismo, su uso en materiales para un público infantil supone que sean inocuos. "Con estos desarrollos se obtendrán productos infantiles seguros químicamente marcados para evitar su falsificación y mejorar su trazabilidad".
Hasta ahora, los trazadores integrados en la matriz polimérica de las probetas "han alcanzado una lectura clara con tecnologías sencillas en gran amplitud de rangos de integración". Así, pueden valorar la replicabilidad industrial de los resultados.
El plan está financiado por Ivace y por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder). Lo lidera Aiju y colaboran firmas como Alfarben, fabricante de pigmentos inorgánicos, Colortec Química, fabricante de masterbatches para materiales plásticos, y Claudio Reig, fabricante de juguetes.
Y es que, tal y como apuntan desde Aiju, la falsificación de productos infantiles "supone un grave problema para la seguridad" y, también, "conlleva un gravamen importante para estas empresas, no solo por la pérdida económica inherente, sino también por la pérdida de confianza en la marca, ante una retirada potencial del producto en el mercado".
