VALÈNCIA. La idea de la jornada laboral de cuatro días semanales sin reducción de salario hace tiempo que se coló en la agenda española. La propuesta siempre ha sonado a debate de futuro, casi a ciencia ficción, pero desde la legislatura pasada y en especial tras la pandemia, su eco resuena en el Gobierno valenciano. El secretario autonómico de Empleo Enric Nomdedéu se ha manifestado abiertamente a favor en diversas ocasiones de contribuir desde la administración autonómica a introducir este cambio de modelo laboral en la Comunitat Valenciana que ya aplican con normalidad otros países como Nueva Zelanda.
Con este objetivo, la Conselleria de Economía Sostenible, Comercio y Trabajo ha incluido en los Presupuestos de la Generalitat de 2021 una partida de 4 millones de euros destinada a subvencionar a empresas que reduzcan la jornada laboral a cuatro días ó 32 horas semanales de trabajo sin que ello comporte una reducción de sueldo para sus trabajadores.
Unas ayudas dirigidas a promover una reorganización de los tiempos de trabajo que ya cuentan con el visto bueno de los tres partidos del Botànic II -PSPV, Compromís y Unides Podem- y que permitirían, según explica el propio Nomdedéu, mejorar la conciliación entre la vida laboral y la privada; reducir la huella de carbono, dado que se producirían un número inferior de desplazamientos diarios; aumentar la productividad; o generar nuevas contrataciones, para lo que, además, el departamento que dirige Rafa Climent cuenta con otro tipo de subvenciones.
Al principio, la estructura de estas ayudas irá dirigida a compensar el incremento del coste salarial por hora que supondrá para las empresas poner en marcha esta medida "de innovación organizativa y mejora de la salud, bienestar y motivación de los trabajadores" hasta que esta genere un aumento de la productividad.
Una cuestión que sus detractores ponen en tela de juicio, mientras que sus adeptos apoyan con estudios o informes como los de la OCDE, que en 2015 concluyó que los cinco países más productivos en función de las horas trabajadas fueron Luxemburgo, Noruega, Holanda, Francia y Alemania, todos ellos con una jornada laboral inferior a la media. Los holandeses, por ejemplo, se sitúan en torno a las 29 horas semanales.
En Japón, las filiales de Microsoft y Yahoo adoptaron la jornada laboral de cuatro días semanales y vieron cómo su productividad aumentó un 40% en comparación con el mismo periodo en años anteriores, se redujo el consumo de energía y también el de papel, hasta un 60%. Y en Nueva Zelanda, la empresa Perpetual Guardian implementó un sistema mediante el que sus empleados podían trabajar cuatro días a la semana y descansar tres y la productividad aumentó un 20%.
Por el momento, en España algunas empresas -pocas- se lanzaron a la aventura hace ya meses, como es el caso de Zataca Systems. Una pyme de Elche que dio a sus veinte empleados la posibilidad de escoger entre varias jornadas semanales de trabajo, respetando las 37,5 horas por semana e incluyendo los cuatro días, opción escogida por la mitad de la plantilla. Su caso, eso sí, no es la norma.
Sin embargo, la pandemia parece que ha marcado un antes y un después en la forma de trabajar -véase el teletrabajo- y el confinamiento ha motivado que tanto empleados como también empresarios se replanteen su relación con el tiempo laboral. Mercadona, de hecho, fue una de las primeras empresas en implantar la jornada de cuatro días de trabajo a la semana de manera excepcional ante la crisis sanitaria.
Un cambio por el que, según aseguran desde la propia Conselleria de Economía, ya se han interesado varias pequeñas y medianas empresas. Desde el área de Empleo explican que algunas sociedades han mantenido contacto con ellos para conocer qué medidas estaba planificando el Gobierno valenciano para fomentar este cambio de modelo laboral, por lo que confían en que las ayudas que se van a poner en marcha el año que viene tengan buena acogida.
Tanto es así, que la Conselleria de Economía también ha incluido esta medida entre los 410 proyectos que conforman la Estrategia Valenciana para la Recuperación anunciada por Ximo Puig en el pasado Debate de Política General para lograr fondos europeos del Programa Next Generation Europe. Un programa de la Unión Europea destinado a la recuperación económica y social tras los efectos de la pandemia de la covid-19 y en el cual a España le corresponderán un total de 144.000 millones de euros entre ayudas directas y préstamos.
Así, la propuesta presentada a Europa establece que el servicio de Labora otorgaría ayudas a empresas valencianas que redujeran la jornada laboral a cuatro días o 32 horas semanales, entre las que priorizarían a aquellas con menores recursos para llevar a cabo medidas de innovación organizativa como la que proponen. Enmarcada en el eje medioambiental y de transición ecológica -reduciría desplazamientos y favorecería la conciliación y salud de las personas-, el documento realiza una previsión presupuestaria para llevarlo a cabo de 4 millones de euros para 2021; 6 para 2022; 8 para 2023; 10 para 2024; y 12 millones para los ejercicios de 2025, 2026 y 2027.
La intención, explican desde Economía, es acceder a parte de estos fondos europeos para ayudar a financiar el proyecto de la Conselleria. Si finalmente el dinero llegase a lo largo de los próximos meses, el departamento de Climent estudiaría o bien ampliar la partida de 4 millones de euros prevista en las cuentas de la Generalitat, o bien realizaría una modificación presupuestaria para transferir la línea reservada de fondos propios a otras políticas de la Dirección General de Trabajo y utilizar el presupuesto de Europa para hacer frente a estas subvenciones.
Ahora bien, este es un escenario que todavía no se encuentra definido, ya que los planes esbozados por la Generalitat Valenciana deberán ser analizados previamente por el Gobierno de España y, tras obtener el visto bueno, se remitirán a Bruselas para pasar un segundo examen. Solo en caso de superarlo, serán financiados. Los que no, quedarán a la espera de poder desarrollarse. Es decir, que el Ejecutivo valenciano tardará en conocer cuánto le toca en el reparto y, más aún, en recibir lo que se le conceda. El último capítulo será proceder a la división del dinero entre las consellerias y, por ello, Trabajo ha optado por ir haciendo camino con el presupuesto propio que tendrá 2021.
Esta línea que recogerán las cuentas autonómicas del próximo año cumple, además, con una propuesta de resolución del tripartito aprobada hace apenas dos semanas en Les Corts Valencianes durante el Debate de Política General que instaba al Ejecutivo valenciano a poner en marcha un programa de incentivos públicos para desarrollar "una nueva cultura del tiempo de trabajo" que tuviera como objetivo prioritario la reducción de la jornada laboral a 4 días ó 32 horas semanales sin que esto conllevara una merma salarial.
Una vez el proyecto de ley de Presupuestos sea aprobado en Les Corts Valencianes, la Conselleria de Economía iniciará una ronda de contactos para acordar entre los socios del tripartito, la patronal y los sindicatos la orden de estas ayudas así como qué tipo de empresas podrán acceder a ellas, entre otras cuestiones que deben formar parte de una negociación colectiva.