ALICANTE. La llegada del deseado Carlos Martínez y la paralización del pago millonario que exige la Comisión Europea marcan la semana previa al arranque de la pretemporada para el club alicantino, que comenzará ese lunes 9 de julio.
Tras recibir la cautelarísima por parte de Luxemburgo, Javier Portillo no tiene excusa para armar un proyecto deportivo óptimo que encabece el grupo III de la Segunda División B el próximo curso. Es cierto que se antoja un poco extremista poner la espada de Damocles sobre la cabeza del director deportivo días previos al arranque del proyecto, sabiendo que la plantilla está lejos de cerrarse. Pero no está de más recordar que en la temporada 2017/18 se tocó fondo, en muchos aspectos, y todo lo que no sea entrar en 'play-off' esta campaña deberá saldarse con la dimisión de Javier Portillo.
Entre los nuevos actores está el técnico barcelonés Lluis Planagumà. Será el noveno entrenador que ocupe el banquillo herculano en tan solo cinco temporadas. Su Hércules, el 3.0, tendrá que obtener un estilo algo distinto a lo que ofreció Siviero, pero que supere la apuesta de Barragán y Visnjic. Con el "9" fichado, el foco está sobre el "1", que este año ha sido un "13", sobre el "5", y el ausente "10". El Hércules está cojo a día de hoy porque no se ha subsanado el principal error deportivo que se comete todos los años: no aguantar el bloque.
Primero el Alcoyano y ahora el Intercity, se alimentan de los "restos" del Hércules. Doce jugadores distintos en dos temporadas, así no se puede generar ilusión de proyecto. El 3.0 de Planagumà tiene que tener como objetivo mantener al 90% de la plantilla dentro de un año, siempre que no haya tenido la mala suerte de perder tres partidos y en noviembre no seguir como entrenador. De momento paciencia para traer al nuevo "3" y al nuevo "2". Candela sigue, pero el que lo acompañaba se ha ido al Murcia. Muchos dorsales por ocupar y un mes por delante para volver a ilusionar. Pese a todo, el proyecto de Portillo y Planagumà ya arranca cojo.
"Este club necesita tranquilidad y paciencia", dijo Visnjic tras empatar con el Elche en el Martínez Valero, y si Europa y Hacienda tienen paciencia, los que tienen que pagar debería aplicarse el cuento. La deuda es un problema, pero también existe el lastre de la carencia de proyecto debido al despotismo y a la gestión de despacho. Formen un equipo para años y hagan que juegue. Trabajen y dejen trabajar, pero paguen, paguen por favor.