ALCOY. La primera vista del juicio por la muerte de 74 personas en la residencia Domus Vi de Alcoy ha aportado los testimonios de cinco personas que durante la pandemia estuvieron trabajando en dicha residencia y han coincidido en denunciar cuestiones como la falta de personal y de aislamiento, que asumían labores que no les correspondían y el descontrol existente con las personas fallecidas, puesto que se han apuntado casos en que fallecían y pasaban más de doce horas en una habitación compartida con otra persona. “Era muy cruel saber que tu compañera de habitación está muerta en la cama, es muy cruel”, apuntó una testigo, quien llegó a pedir a los responsables del centro que habilitaran la capilla para poder trasladar allí a las personas fallecidas, pero “me dijeron que no había medios para poder llevarlo a cabo”.
La falta de personal ha sido una reiteración por parte de los cinco testigos, todos gerocultores que ejercían en Domus Vi Alcoy durante la pandemia pero que actualmente ninguno sigue allí. De hecho, entre las cuestiones que han apuntado está que si bien esta falta de personal se hizo más patente durante la pandemia, el problema se arrastraba de tiempo atrás, y que durante esas primeras jornadas de la Covid-19 se vieron obligados a realizar trabajos que no les correspondían, como dar medicación o sacar glucosa a las personas diabéticas.
La vista se prolongó durante cinco horas y media y en muchos momentos los testigos no pudieron contener las lágrimas al recordar lo que vivieron. “Cuando salía de trabajar solo tenía ganas de dormir, de estar con mi hija y de llorar, porque lo que allí se veía…” y “los primeros días de pandemia era un campo de batalla” fueron frases escuchadas de boca de dos trabajadoras, como también dejaron constancia de la existencia de varias quejas para pedir refuerzos y de falta de supervisión por parte de los superiores.
La falta de aislamiento de personas que habían dado positivo en Covid fue una de las cuestiones reiteradas, así como que no se separaba la ropa de las personas contagiadas, que en las primeros días los trabajadores estaban toda la jornada con el mismo mono por las diferentes habitaciones, y que llegaron a compartir mascarillas, ya que se les pedía que la rociaran con alcohol y la pasaran a los siguientes trabajadores, “al centro le costó mucho coger el protocolo y abordarlo”. Entre las cuestiones sobre las que también dejaron constancia está el que la pandemia agravó la situación que se vivía, pero que los problemas en el centro se remontan a años atrás, y recordaron los diferentes brotes de gastroenteritis que se dieron en los residentes en años anteriores a la pandemia.
Una queja muy reiterada por parte de los familiares de residentes es la falta de información que sufrieron y a este respecto también se han pronunciado los testigos que trabajaron en la residencia, apuntando que han tenido constancia de ello porque oían sonar el teléfono sin que nadie respondiera y que era una queja constante por parte de familiares en ese momento, pues desconocían cómo se encontraban sus familiares.
La primera de las jornadas contó, además de con el testimonio de cinco trabajadores del centro durante la pandemia y que hoy en día ninguno sigue allí, con el del médico responsable de la Unidad de Hospitalización a Domicilio en ese momento, quien no dudó en calificar la situación que se vivía en la residencia como de “hecatombe”.
Sigue el juicio con más testigos y representantes de la empresa
El juicio, en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Alcoy, sigue este martes con la declaración de otros cinco testigos demandantes y será el miércoles cuando empiecen las declaraciones de los testigos demandados, que pertenecen a Quavitae, empresa gestora de Domus Vi, con seis personas citadas.
Las vistas se prolongarán hasta el día 11 de octubre, cuando será el momento de las conclusiones. El presidente de la asociación de familiares afectados, José Luis García, explica que “esperamos que después de tanto tiempo se pueda dar respuesta a las preguntas que llevamos tantos años haciéndonos”. A la pregunta de si en algún momento, en todos estos años, la residencia les ha pedido disculpas o reconocido algún error, señaló que “no, no ha habido ningún tipo de disculpa. Además, creo que siguen convencidos de que lo hicieron bien. Es lo que dijeron después de las declaraciones de la vista previa y ahí está. No ha habido acercamiento por parte de la gestora”.
Señalar que este juicio estaba previsto para el pasado mes de febrero y se suspendió a dos semanas de celebrarse por falta de documentación, tanto por parte de la empresa como de las consellerias implicadas.
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