LOSAIL (EFE). La victoria de Andrea Dovizioso (Ducati Desmosedici GP18) por delante de Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) podría hacer ver que todo sigue igual, o eso parece, en la categoría de MotoGP, tras la disputa del primer gran premio de la temporada, en Catar, después de aquel "apretado" final de la campaña de 2017, pero quizás no piensa igual el actual campeón del mundo.
Márquez, tal y como indica su ADN, lo intentó hasta el final, pero una vez más Dovizioso lo evitó "in extremis" aunque el escenario en el que se ha representado esta situación dice mucho de las opciones de unos y otros.
El de Losail es un trazado que se le suele dar bien a las Ducati y a Dovizioso, aunque ésta sea la primera vez en la que ambos ganan juntos, justo lo contrario de lo que sucede con Márquez, quien ganó en 2014, pero siempre reconoce que ni a él ni a su Repsol Honda se le da demasiado bien este trazado.
Una prueba significativa de ello es que el año pasado, en la victoria de Maverick Viñales (Yamaha YZR M 1), el italiano Dovizioso fue segundo a 461 milésimas de segundo del español, mientras que Marc Márquez se tuvo que conformar con la cuarta plaza a 6,745 segundos del vencedor y con una desventaja de 6,284 segundos respecto al italiano.
Con estos datos en la mano, para Marc Márquez las 27 milésimas de segundo y el hecho de que en un trazado que asegura es el que menos le gusta de todo el calendario del campeonato del mundo, acabe con esa diferencia le debe suponer casi como una victoria.
Bien es cierto que a Márquez le gusta ganar hasta en las carreras de patinetes, pero eso también le sucede al resto de competidores.
Lo que realmente satisface y tiene contento al piloto de Repsol Honda es poder analizar el paso adelante que han dado en la evolución de su moto para paliar los más de seis segundos que el año pasado perdía con Dovizioso en Losail.
Qué duda cabe que la temporada 2018 volverá a ser una lucha hasta el final entre Dovizioso y Márquez, con el incombustible Valentino Rossi como tercero en discordia, mientras que para Jorge Lorenzo (Ducati Desmosedici GP18) y Maverick Viñales (Yamaha YZR M 1) el trabajo se tendrá que centrar en recuperar cuanto antes el terreno perdido respecto a sus rivales, pues el primero no termina de aclimatarse a la moto de Borgo Panigale, y el segundo continúa teniendo problemas con la puesta a punto de su Yamaha.
En el resto de categorías pinta de color español, aunque Alex Márquez se tuviese que conformar con la tercera plaza, debido en gran medida a un grave problema con el freno trasero de su Kalex, que por momentos se puso al rojo vivo y a la postre dejó de funcionar, lo que le obligó a templar sus ansias y defender la tercera plaza de los ataques de Mattia Pasini (Kalex).
Más claro que en Moto2 parecen estar las cosas en Moto3, en donde dos españoles, Jorge Martín y Arón Canet, ambos con Honda, pelearon hasta el final por la victoria, y esa parece que será la tónica general a lo largo de toda la temporada, en la que los pilotos de KTM van a tener que mejorar su rendimiento ante lo que por ahora parece el monopolio de la japonesa Honda.