ALICANTE (EP/EDIZIONES). Muchas veces acudimos a la Farmacia y nos ofrecen la posibilidad de contar con un medicamento de referencia, o bien con uno genérico, sin saber muy bien cuáles son las diferencias entre ambos. Lo que hay que tener claro es que cuentan con la misma eficacia y seguridad ambos.
Según define a los medicamentos genéricos la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), los genéricos son medicamentos que presentan un perfil de eficacia y seguridad equivalente al de su correspondiente medicamento de referencia y que compiten con el original una vez expirado el período de explotación exclusiva del medicamento original.
A su vez, destaca que los genéricos son "igual de prescribibles" que el medicamento de referencia en pacientes recién diagnosticados y, además, se consideran "intercambiables" con el medicamento de referencia.
En una entrevista con Infosalus, Elena Pérez Hoyos, vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC) destaca así que los genéricos son medicamentos "con la misma composición y eficacia", y "con el mismo efecto" que los medicamentos de referencia. Concreta que deben contener el mismo principio activo y la misma dosis que el medicamento de referencia, aunque puede diferir en los excipientes, que más adelante explicaremos.
Dice también que los genéricos se conocen por el nombre del principio activo, habiendo laboratorios farmacéuticos que presentan dos líneas, una la de los genéricos y otra con los de referencia; "siendo todos de marca", la del laboratorio que los fabrica.
Pérez Hoyos remarca que es "falso" que los medicamentos genéricos sean de peor calidad que un medicamento de referencia o conocido por su nombre de fantasía: "Tienen los mismos controles de calidad ambos productos farmacéuticos".
Tampoco es verdad, según prosigue, que los medicamentos genéricos no actúen igual frente a la enfermedad: "Si no no podrían estar en el mercado. Los genéricos son equivalentes a los medicamentos que han copiado y tienen que demostrar la misma disponibilidad de esa sustancia activa que han copiado del medicamento de referencia".
Ahora bien, no son exactamente iguales ambos productos farmacéuticos. Desde la AEMPS detallan que los medicamentos genéricos pueden tener distinta apariencia y llevar distintos excipientes que el medicamento de referencia.
"Esto debe tenerse en cuenta para las acciones informativas necesarias en caso de sustitución de medicamentos, a pacientes intolerantes o alérgicos a determinados excipientes, y a pacientes cuyo cumplimiento terapéutico pudiera afectarse por el cambio de apariencia o denominación del medicamento", advierte la institución.
La miembro de SEFAC explica en este sentido que, a nivel general, los medicamentos (sean genéricos o de referencia) están compuestos por los principios activos y los excipientes, unas sustancias farmacológicamente inactivas, y que ayudan en su elaboración, por ejemplo a que sean una pomada, una cápsula o un colirio. Dentro de los excipientes pueden emplearse la lactosa, el gluten, o las trazas de soja, entre otras sustancias, y a las que algunas personas pueden ser alérgicas.
Por otro lado, desde la AEMPS valoran que los genéricos se utilizan en todo el mundo "con el fin de optimizar el gasto en medicamentos". A este respecto, la miembro de SEFAC lamenta que España se encuentra a la cola de consumo de genéricos, básicamente por "motivos culturales", cuando suponen "un ahorro" para el Sistema Nacional de Salud (SNS).
"El medicamento genérico permite un ahorro al SNS porque su precio de origen es inferior, no porque sea de menor calidad, sino porque los laboratorios que producen genéricos ya no necesitan hacer inversión en la investigación del principio activo", aclara Pérez Hoyos.
Aconseja esta especialista el consumo de genéricos porque, según defiende, esto ayudará a la sostenibilidad del sistema sanitario, a que este dispongan de más recursos económicos que podrán destinarse a la investigación de nuevos medicamentos, a la financiación de centros de salud, a tecnología puntera, o a la creación de nuevos hospitales, por ejemplo.
Quienes avalan los medicamentos en España, como hemos visto que ha sucedido con las vacunas, otro producto farmacéutico, son la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), así como la Agencia Europea del Medicamento (EMA por sus siglas en inglés).
En concreto, la AEMPS explica que la autorización de comercialización de cada medicamento se emite tras un "proceso riguroso de evaluación", durante el cual se verifican las garantías de calidad químico-farmacéutica, se evalúa su eficacia y seguridad, y se establecen las condiciones de uso en las que se considera que la relación beneficio/riesgo es favorable.
"Además, las agencias reguladoras mantienen una evaluación continuada de los medicamentos que están comercializados y autorizan cualquier cambio que se produzca en el medicamento en cuestión", sentencia.