ALICANTE. Salvo que usted acabe de aterrizar desde Marte, ya sabrá que el Rico Pérez ha cambiado de titularidad. Por supuesto también sobre esto, como sobre cualquier otra cosa dentro del universo blanquiazul, hay opiniones para todos los gustos, tantas como alineaciones posibles y sino que se lo pregunten a Tevenet; de seguir en esta línea calculo que como mucho en un par de meses tendrá definido el equipo tipo. Si es que somos unos ansias.
Volviendo al tema. Muchos dicen que no importa, que tal vez sea incluso hasta mejor para el club, que no pasa nada por no tener estadio y que lo relevante de verdad sería tener una ciudad deportiva... Pero a mí no me convencen. Digan lo que digan eso de no tener casa y vivir de alquiler no termina de gustarme.
Parece que fue ayer pero si hacemos cuentas va para más de 42 años que se inauguró el estadio José Rico Pérez y con él, el tiempo más maravilloso que ha vivido nuestro club hasta la fecha. Remarco esto de "hasta la fecha" porque soy un optimista incombustible y estoy seguro que vendrán tiempos todavía mejores que aquellos, lo que no tengo ya tan claro es si me dará tiempo a saborearlos. Pues bien, aquel 3 de agosto de 1974 quedó declarado entre el herculanismo el estado de alegría más absoluta, con un ascenso y un estadio nuevo no era para menos. El ciclo de ocho años que comienza con aquel hito histórico y que se cierra con la remodelación del estadio y la celebración del mundial en el 82, son de hecho desde entonces considerados como la "época dorada" de nuestro club. Perdonen que les diga, pero yo estuve allí, y como a todos los demás que lo vivimos en primera persona, aquello nos dejó una muesca de club grande que nos persigue indolente por más que pasemos catorce años penando por la segunda B.
Algo más de una década más tarde, en el año 1994, precisamente la venta de aquel estadio al ayuntamiento nos permitió sobreponernos a una grave crisis que amenazaba nuestra supervivencia. Después de aquello ya lamentablemente nunca volvió a ser nuestro, y aquel estadio asimétrico, setentero y mundialista, fue adquirido primero por Enrique Ortiz en forma de Aligestión en el año 2007 y ahora finalmente por la Generalitat a través del IVF. Así que en realidad si lo pensamos, llevamos viviendo de alquiler más de veinte años. Quizá por eso apenas si ha habido alguna reacción entre la hinchada ante el último cambio de titularidad del estadio, estamos ya tan acostumbrados a estas y otras cosas que nada nos pilla de sorpresa. Mucho me temo que muy pronto toda una generación de herculanos cumplirá su ciclo vital blanquiazul sin haber tenido más patrimonio que su ilusión en un futuro mejor.