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'Cultura es Vida', la guía de accesibilidad de la Cultura Valenciana

¿Son accesibles los centros culturales valencianos?

4/02/2024 - 

VALÈNCIA. A cualquier persona puede gustarle más o menos una exposición, una obra de teatro, una película e incluso una actividad que se celebra en un espacio cultural. Dependiendo de las expectativas que el usuario vuelque sobre un evento podrá salir contento o no de este y decidir repetir de cara a un futuro. Para las Personas con Movilidad Reducida (PMR) que un concierto, una exposición o una obra de teatro les pueda gustar más o menos es secundario, primero hay que saber si el espacio al que van a asistir para disfrutar de esta actividad es accesible o no. Es por ello que, tal y como lo explica Ricardo Pérez (coordinador de Cultura es vida)muchas de las personas con discapacidad tienen un grado bajo de participación en las actividades culturales, pueden no querer asistir a ciertos eventos o espectáculos sencillamente porque no quieren tener que averiguar estando allí si el espacio para ellos es accesible o no. 

Presentación del proyecto en el Centre del Carme

Existe un ejercicio para comprender esto mucho mejor, sin ir más lejos… ¿Invitarías a tu amigo lesionado a un concierto? ¿O a una embarazada a una sala de teatro que no tenga un baño adaptado para ella? Cuando pensamos en la definición de Personas con Movilidad Reducida puede ser habitual que nos venga a la cabeza una imagen clara de una “persona en silla de ruedas”, o con una lesión permanente, o sencillamente alguien que se tiene que valer de otra persona para poder acceder a ciertos lugares, pero cualquier persona puede pasar puntualmente por esta situación. En el ejercicio de poner a mano las condiciones de accesibilidad de los centros culturales valencianos desde Cultura es vida y gracias al equipo de la Coordinadora de Personas con Diversidad Funcional Física de la Comunitat Valenciana (CODIFIVA) Pérez confecciona La guía de accesibilidad de la Cultura Valenciana, una web en la que poder investigar qué grado de accesibilidad tienen los centros valencianos. 

Esta plataforma, en constante crecimiento y movimiento, cuenta ahora con un análisis detallado de una veintena de centros culturales de València entre los que se encuentran salas de teatro como La Màquina, el Olympia, el Principal, la Sala Off y El Musical, cines como La Filmoteca de València (ubicada en el Edificio Rialto) y salas como el Auditori de Les Arts o el Aula Magistral dentro de este mismo espacio, también salas de conciertos como la Matisse. “Este proyecto lo que hace es medir el grado de accesibilidad de un espacio explorando diferentes características, no medimos si un espacio es accesible o no porque eso es muy subjetivo”, puntualiza el coordinador, “para esto lo que hacemos es investigar los mismos parámetros en todos los sitios con motivo de generar una guía útil para quien pueda acceder a estos”.

Vista del acceso a la Platea Baja de Les Arts

El proyecto lleva en marcha desde el año 2020 y pretende seguir creciendo constantemente a través de llamadas a los centros para una posterior investigación. Para Pérez el trabajo duro “ya está hecho” el de elaborar un protocolo y una de base efectiva y que sea objetiva para saber siempre cómo analizar los espacios: “Nosotros llevamos a cabo las visitas con una tablet y una cámara de fotos, el protocolo nos marca lo que tenemos que ir haciendo para ser objetivos, con esto esperamos a que respondan a qué sí que podemos visitar el centro y comenzamos a investigar”, aunque a algunos les pueda resultar difícil querer acceder a este “examen” que de primeras puede dar un poco de miedo, “nos van dejando pasar por nuestro trabajo y a través de referencias que se hacen entre los centros, al final es como si alguien llama a tu casa y te pide ver que hay dentro. Desde las instituciones hay que tener la labor de querer mejorarlas, nuestro enfoque siempre es el de ayudar e invitar a la gente a que participe en esto”.

Teatro Olympia (Foto: EP)

La guía, activa en veinte centros valencianos, divide las características de accesibilidad de los espacios en ocho bloques que se plantean a través de preguntas: ¿Hay localidades para Personas con Movilidad Reducida (PMR)? ¿Cómo es el aparcamiento?, ¿y los aseos? A estas cuestiones les sigue un análisis del acceso, el interior y hasta puntualizan cómo llegar y cómo comprar las entradas. Pérez explica que el concepto de accesibilidad es tan amplio que cabe contemplar los grados de principio a fin.

“Hay que pensar en cada detalle, como por ejemplo si la plataforma de compra es accesible para todo el mundo y hasta el momento en el que podrías tener que entrar al baño con algún acompañante. También cabe tener en cuenta que la accesibilidad puede mejorar mucho desde pequeños detalles como las interfaces hasta otros como la altura de un inodoro”. Para medir todo esto con exactitud entre los centros desde Cultura es Vida elaboran una guía para poder contar con la información visual y técnica de los espacios. Una vez cuentan con esta herramienta pueden pasar por cada centro para hacerles siempre el mismo “examen”.

Detalle de los aseos de la Sala Russafa

“Cuando pasamos esto lo que hacemos es ofrecer al centro un pequeño resumen o fotografía de lo que están haciendo bien y lo que no. Muchas veces los propios arquitectos no conocen estas necesidades pero pueden regularlas, hasta a nosotros mismos nos puede costar mucho hacer la distinción entre lo normativo y lo funcional porque no siempre va de la mano”, añade el coordinador, quien celebra que los centros culturales reciban estas guías con las que poder trabajar su nivel de accesibilidad desde pequeños cambios como puede ser la web hasta otros como podrían ser las remodelaciones. También explica que, en según qué casos, los centros no siempre pueden aplicar las mejoras: “Hay centros que no pueden trabajar sobre las mismas capas como por ejemplo el Teatro Olympia, que se basa sobre un edificio histórico en el que no se pueden hacer muchas modificaciones, pero sin mucha inversión si que pueden trabajar en la plataforma de venta de entradas u otros pequeños cambios”. 

Fotografía de archivo de la Nit del Circ en el Principal (Imagen cedida por Gonzalo Santamaría)

¿Y el objetivo? Más allá de poder generar una guía útil para que el centro aprenda la motivación principal es mostrar la información a los usuarios, para que puedan prepararse de antemano a lo que van a visitar. Inspirados en modelos como los que se trabajan en Reino Unido contemplan desde Cultura es Vida contemplan que lo mejor es dotar a los usuarios de toda la información posible: “Es importante que los usuarios sepan de antemano con lo que se van a encontrar. No siempre hay que ir con más tiempo a los sitios o con una persona que te ayude, esto lo generamos para que no se tenga que generar la mala experiencia de ir a un lugar, porque eso hace que se deje de asistir”, añade el coordinador. 

Con todo esto cabe contemplar la amplitud del término de “movilidad reducida”, teniendo en cuenta que es un estado por el que cualquiera puede pasar: “Es un estado por el que pueden pasar todas las personas, ya sea puntualmente por un accidente, por hacernos mayores o por una enfermedad. Llevar un carrito de bebé también supone un tipo de accesibilidad diferente, este proyecto va dirigido a toda la sociedad en un momento determinado”. 

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