ALICANTE. El grupo Liberbank, resultante de la fusión de cajas de ahorros liderada por Cajastur, sigue reduciendo su presencia en la provincia de Alicante, en el marco del ajuste de su red comercial iniciado este mes. Tras el cierre de la oficina de Benidorm, hace algo más de una semana, ahora ha llegado el turno de Villena. La entidad ha cerrado la única oficina que mantenía en la calle Corredera del municipio del Alto Vinalopó, que había sido de Caja Castilla-La Mancha (CCM), y ha derivado a sus clientes al municipio de Caudete, en la provincia de Albacete.
En realidad, pese al cambio de provincia, la nueva oficina de los clientes de Liberbank en Villena está a 25 minutos en coche, bien por la autovía A-31 (es el primer municipio de la provincia de Albacete por esta vía) o bien por una carretera secundaria entre las dos poblaciones, que se encuentran a 16 kilómetros en línea recta. Algunos clientes, como sucedió en el caso de Benidorm, se han visto sorprendidos por el cierre a través de un aviso escrito en la oficina. El equipo de la sucursal de Villena también ha sido trasladado a Caudete, según explican, por lo que no se ha destruido empleo, pero se obliga a los depositantes a desplazarse hasta la provincia vecina.
Este es uno de los 58 cierres previstos por Liberbank en la denominada 'área de expansión' de la entidad, que afecta a Madrid, Barcelona, Málaga, Sevilla o la Comunitat Valenciana. Hasta el momento, en la provincia de Alicante se han cerrado dos oficinas, que se suman a las que se han venido abandonando desde 2009, por lo que siguen funcionando otras seis (en Alicante, Elche y Elda).
Hace algo más de un año, Liberbank decidió aplicar un nuevo modelo de oficinas dentro del plan comercial del banco, y ahora está reagrupando sucursales. Liberbank contaba con 1.150 oficinas en 2012, que se habían reducido a 771 al cierre de 2017. El objetivo del plan es quedarse con menos de 700. Este cierre de oficinas no implicará despidos en la plantilla del banco, sino que responde a la intención de la entidad de transformarse y agrupar oficinas pequeñas en otras "más eficientes de mayor tamaño".
El primer cierre de este plan en la provincia afectó a la única oficina en Benidorm, tal como contó este diario. La sucursal, en el paseo de la Alameda 22, en pleno casco histórico de la ciudad de los rascacielos, fue en realidad la primera que abrió Cajastur en la provincia, a finales de la década de los 90. La razón no fue solo la gran cantidad de asturianos que veranean en la ciudad de los rascacielos: también que hay unos 2.000 habitantes originarios del Principado censados en el municipio. En este caso, los clientes tienen que acudir a la oficina de Liberbank en el centro de Alicante, a 40 kilómetros de distancia.