ELCHE. Semana intensa la vivida en el Partido Popular de Elche, que sin embargo seguirá dando bastante que hablar. Tras la instancia enviada a alcaldía por el nuevo presidente del partido, Pablo Ruz, otrora delfín de Mercedes Alonso, dando cuenta de los cambios en las portavocías del grupo municipal, formadas por él como portavoz y Martínez-Pujalte como adjunto, pronto se atrincheró el sector alonsista. Como se podía prever a mitad de semana, viendo el desarrollo de los acontecimientos, finalmente tendrá que ser un informe jurídico el que destaque si se puede llevar a cabo dicho cambio de portavoces sin las firmas de todo el grupo municipal.
Al llegar dicha instancia a alcaldía, tanto la propia exalcaldesa, como los tres concejales que están con ella, Vicente Granero —actual portavoz adjunto—, Justino Delgado y Erica Sánchez, se encomendaron al ROF para aseverar que el cambio no se puede hacer si no hay acuerdo total del grupo municipal; es decir, si no están las nueve firmas de los concejales del PP. Mientras que el sector de Alonso asevera que es ese reglamento nacional el que hay que tener en cuenta, el sector de Ruz —con un total de cinco ediles en el grupo municipal—, piensa que priman los estatutos del partido y que además sí se puede hacer un cambio de portavoz a mitad de mandato si hay mayoría del grupo municipal.
Al final, tal como se veía venir tras las declaraciones del alcalde Carlos González, será un informe jurídico quien dictamine si puede haber cambio o no, ya que en la jornada del jueves, los de Ruz pasaban por el registro municipal la instancia del cambio de portavoces con la firma de los cinco concejales (Pablo Ruz, Manuela Mora, Antonio Luis Martínez-Pujalte, María Dolores Asencio y Luis Ángel Mateo), lo cual no se sabe si es suficiente para rubricar dicho cambio. Por lo tanto, el Ayuntamiento ya ha solicitado dicho informe, que como señala la portavoz del equipo de gobierno, Patricia Maciá, aclarará cuál es procedimiento para este cambio. Asimismo, apunta que el mismo estará listo en unos días, puesto que el objetivo es que todo este entuerto esté solucionado antes del pleno, que es donde se deberán refrendar estos cambios. Así pues, en los próximos días parece que se verá la luz al final del túnel. Eso sí, sólo en el asunto de los portavoces. Después vendrá el capítulo de las dedicaciones exclusivas, el personal de confianza y quién sabe si un aumento de la brecha interna.
