VALÈNCIA. Los teléfonos móviles se han convertido en una parte indispensable en la vida de las personas, incluso para algunos forma parte de una nueva articulación de las manos. Gran parte de esa dependencia surge a raíz del nacimiento de las redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram y esa implícita obligación de estar conectado a todo lo que sucede. Esta 'adicción' ha generado varios problemas y uno especialmente grave está relacionado con el ámbito de la movilidad. Y es que cada vez más peatones circulan por las calles distraídos y sin levantar la mirada del suelo pendientes del smartphone.
Esta situación ha obligado a la búsqueda de soluciones para hacer frente a esta problemática. Según un estudio de la Fundación Mapfre, el 98% de los accidentes donde el peatón es el culpable están causados precisamente por el uso de los dispositivos móviles. Ante este desafío, la empresa Traffic Futura, del grupo valenciano Industrias Saludes, especializado en el sector de la señalización, seguridad vial, movilidad y equipamientos urbanos, se puso a trabajar para encontrar una tecnología capaz de captar la atención del peatón 'adicto' y dio con ella: semáforos en el suelo.
"Hace tres años desde algunos ayuntamientos nos trasladaron su inquietud por los problemas que estaban teniendo en muchos cruces donde los peatones pasaban muy distraídos con el móvil. Nos pidieron ayuda para buscar una solución", explica a este diario el director general de Saludes, Pablo Villanueva. Fue entonces cuando la firma, con 119 años de experiencia en el mercado, empezó a diseñar propuestas iniciales de señalización en vertical o pintura. El resultado final: una réplica de los semáforos pero en el suelo a los que ha bautizado como 'Futura Zombie'.
Así, a lo largo de 16 meses un equipo compuesto por ocho ingenieros trabajó en la creación del primer prototipo en las instalaciones que el grupo tiene en el polígono industrial El Pla en la localidad valenciana de Alcàsser. El proceso consistió en conseguir una estructura que se pudiera integrar en el suelo y que cambiara de color simultáneamente al semáforo vertical. "A partir de ahí surgió el modelo de baliza 'zombie' que es como se conoce al peatón que va leyendo el móvil sin mirar e incluso con cascos de música y no atiende a señales luminosas ni acústicas", detalla.
"Fue un trabajo de I+D muy potente porque no es fácil diseñar un producto que está en el suelo y tiene que adecuarse a las pisadas, a los cambios meteorológicos, el polvo o la humedad. Había que hacer muchas pruebas", indica. En Europa, hay países que cuentan con sistemas parecidos como en Francia, Holanda y Alemania.
Las primeras instalaciones en España se colocaron a finales del pasado año. Se trata de una baliza semafórica empotrada en el pavimento y apta para ser pisada por los viandantes con visibilidad óptima para que todos aquellos que circulen enganchados al teléfono la puedan ver. En un mismo cuerpo están integrados LEDS de los dos colores de las fases de peatones, rojo y verde, aunque también tienen el color ámbar, que cambian a la par que lo hace el semáforo vertical dado que se alimentan desde el mismo regulador.
Se ubican en la zona de espera de la acera de los pasos de peatones para asegurar la visión del viandante. Para garantizar la máxima vida útil, se debe asegurar un buen drenaje que evite el embalsamiento de agua en la cavidad donde va alojada la baliza una vez instalada. Existen tres tamaños de baliza: 625 cm; 925 y 1225 cm, en función de la longitud de las vías. El objetivo, "contribuir a reducir los accidentes de los peatones distraídos por el uso de sus dispositivos móviles", asegura su responsable.
Hasta el momento, ya hay instaladas 178 unidades en varias provincias de España y en Andorra y en estos momentos la empresa está fabricando 21 unidades más. La experiencia está siendo positiva con un alto grado de satisfacción de los consistorios.
El primer municipios que se hizo con estos semáforos fue el de Azuqueca de Henares y la primera que entró en funcionamiento se situó en la carretera de Alovera, formada por balizas luminosas de casi un metro de longitud. También se animaron desde Guadalajara, que ya ha instalado en siete pasos de peatones, y más recientemente Ibiza. Incluso han llegado a poblaciones andorranas como Escaldes-Engordany y su capital Andorra la Vella.
De cara al futuro, Saludes espera aumentar la demanda ya que son varios los ayuntamientos que se han puesto en contacto con ellos para solicitarles información sobre sus semáforos, entre ellos, el de València. Y es que como indica Villanueva, en un momento de auge de las nuevas formas de movilidad más sostenible como el patinete o la bicicleta, este sistema se hace también necesario para controlar el tráfico en cruces en los que conviven los carriles bici y las calzadas y el peatón debe prestar atención a ambos vehículos.