Pedro Fresco, director de Avaesen.ALICANTE. La Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía (Avaesen) es consciente del beneficio que aportan las ciudades inteligentes o smart cities y, por eso, ha creado la herramienta Índice Smart City, que ayuda a realizar una foto fija sobre el estado de la transición digital, transición verde, calidad de vida y gobernanza de los municipios valencianos. Un diagnóstico gratuito para cualquier municipio de la Comunitat Valenciana, con independencia de su tamaño, gracias al impulso de la dirección general de Innovación. Pedro Fresco, director de Avaesen, despeja las dudas al respecto.
— ¿Cómo la transición verde y digital puede ayudar a los municipios valencianos a contribuir a su desarrollo sostenible?
— Debemos interiorizar que la transición verde no es una opción, es una obligación, y todos los agentes estamos interpelados para acelerarla. No debe identificarse como un coste o una carga, sino como una oportunidad para mejorar la vida de la ciudadanía. Con la transición digital podemos hacer la misma reflexión, de hecho, la digitalización se retroalimenta con la transición verde.
Tener canales ágiles y automatizados, tener datos y poder analizarlos para mejorar nuestras decisiones, se capaces de ver la información en tiempo real… todo esto mejora la calidad de vida, pero también cuestiones claves como una mejora en la gestión de residuos, en el uso de agua o energía. Muchos municipios realizan acciones aisladas en este sentido pero no tienen recursos o manos para dotarles de sentido o continuidad.
Desde Avaesen, ofrecemos la herramienta Índice Smart City, que les ofrece, de modo gratuito, un asesoramiento sobre en qué momento están, y hacia donde avanzar ya que pueden inspirarse en otros 58 ayuntamientos que tienen su índice realizado y pueden contrastar y aprender unos de otros. Es decir, que a través de este índice se puede mejorar la vida de los municipios.
—¿Qué entendemos por innovación urbana y qué son las smart cities o las green cities?
— Usando una definición simple, una smart city sería una ciudad que aplica la tecnología para mejorar la vida de sus vecinos. Una green city sería, como su propio nombre indica, una ciudad sostenible, en comunión con la naturaleza y que minimiza sus impactos ambientales. Ambos conceptos están, como he comentado antes, muy relacionados. Y para poder desarrollarlos es importante la innovación urbana, es decir, buscar nuevas maneras de desarrollo urbano con la participación de la ciudadanía.
— ¿Cómo explicaría las diferencias de visión entre las ciudades valencianas y las zonas rurales? ¿Afecta el lugar donde vives a la percepción que tienen los municipios sobre las políticas concretas?
— En todo el mundo existe una brecha entre las ciudades y el mundo rural, que se muestra desde en sectores en que se desarrolla la economía hasta en la mentalidad o la forma de vida. En el caso de la Comunitat Valenciana, además, tenemos una enorme cantidad de municipios pequeños.
De los 542 municipios valencianos, solo 15 superan los 50.000 habitantes y más del 80% tienen menos de 10.000. Sin embargo, el tamaño no lo es todo y no es lo mismo un pequeño municipio periurbano como Llocnou de la Corona que un municipio interior como Olocau del Rei, que tiene los mismos habitantes.
— ¿Qué pueden aportar los municipios tiendo en cuenta los retos globales que hay que abordar? ¿Qué importancia tiene la dimensión de la colaboración para luchar contra fenómenos como la despoblación?
— El despoblamiento rural es un fenómeno generalizado en el mundo y no es fácil de combatir, y aunque es cierto que los ayuntamientos tienen pocos recursos, su concurso es fundamental para poder frenarlo. Nadie como un ayuntamiento conoce su municipio, sus necesidades y los anhelos de sus vecinos. Obviamente necesita ayuda, y ahí entran el resto de las administraciones junto con la sociedad civil. Siempre hay cosas que se han hecho en otros municipios similares y que se pueden imitar.
— ¿Cuáles son las áreas que necesitan innovación para prosperar y desarrollarse? ¿En qué sectores cree que deberíamos centrarnos en un futuro próximo?
Debemos entender que la innovación es importante en todas las áreas. Obviamente no se puede abarcar todo, sobre todo cuando hay pocos recursos, y hay que focalizar y priorizar. En este sentido, detectamos varias áreas prioritarias para los municipios, aunque no excluyentes con otras iniciativas. Una es todo lo que tiene que ver con la energía y el agua, grandes consumidores de recursos económicos. Otra es los residuos, ahora mismo de máxima preocupación para los ayuntamientos. Y finalmente la incorporación progresiva de la inteligencia artificial.
— Avaesen realiza su congreso anual en Valencia y la fecha está cercana ¿qué nos puede contar sobre él?
— Este será nuestro IV congreso Energy Revolution y tendrá lugar los días 28 y 29 de enero. El Energy Revolution es ya un congreso consolidado a nivel nacional, donde asisten más de 300 profesionales de todo el país. Este año hay muchas cuestiones de plena actualidad que se van a tratar, como el desarrollo de las baterías, los cambios regulatorios en la Comunitat Valenciana, los nuevos modelos de negocio y, por supuesto, pondremos el cambio climático y los efectos que está teniendo sobre el mediterráneo como un eje central.
La Asociación Valenciana de Empresas del Sector la Energía (Avaesen) es el Clúster Cleantech de la Comunitat Valenciana. Reúne un ecosistema de 300 agentes públicos y privados, de los cuales 160 son empresas de energías renovables, ciclo del agua, gestión de residuos y ciudades inteligentes, con una facturación total de 7.500 millones de euros y englobando 20.000 empleos verdes.
