La ciudad de Alicante ha celebrado recientemente una efeméride que debería haber tenido mucha más repercusión: el Centenario del Mercado Central. Al parecer a la Concejalía de Mercados casi se le escapa. Qué cosas. Eso sí, hay que reconocerlo, varios cientos de alicantinos celebraron su centenario el pasado 12 de noviembre en un acto conmemorativo organizado por el Ayuntamiento. Y toda la ciudadanía ha podido disfrutar de una original iluminación del inmueble, aunque no a gusto de todos. Pero, quizá lo más importante, ¿se han acordado de reivindicar a las familias que han dedicado su vida a este mercado durante varias generaciones? ¿Han atendido sus reivindicaciones de mantenimiento del mercado?
El Ayuntamiento de Alicante ha celebrado el centenario del Mercado Central con la fecha de su inauguración. Este se produjo el 12 de noviembre de 1922, mucho después que el rey Alfonso XIII pusiera la primera piedra el 12 de febrero de 1911.
Pasaron muchas vicisitudes de una fecha a otra, pero al final se construyó este emblemático edificio que alberga los mejores productos de esta tierra para su exposición y venta. Por esto hay que defenderlo y la mejor manera de hacerlo es comprando alimentos en sus puestos. No permitamos que se convierta en un mercado de permanente degustación como el de San Miguel en Madrid, que está muy bien, pero mejor que en Alicante no perdamos su condición de mercado. Hay otros espacios en la ciudad que podrían albergarlo, pero no este que tan bien hace su función como mercado de abastos.
Este mercado fue proyectado por el arquitecto Francisco Fajardo en 1915, pero llevado a cabo por Juan Vidal Ramos en 1922. De planta más o menos rectangular, tiene una rotonda con una cubierta semiesférica en la esquina suroeste. La fachada principal es la que da a la Avenida de Alfonso X el Sabio con una puerta por la que se accede al mercado desde una gran escalinata. El estilo es ecléctico con diversos elementos ornamentales modernistas junto con otros de ascendencia casticista. Es un monumento vivo, con gran trasiego de gente entre los comerciantes, consumidores, turistas y curiosos.
Del Mercado Central ya le he narrado cosas a través de este periódico hace algo más de dos años. Vaya, cómo pasa el tiempo. Cuántas cosas le he contado ya de Alicante como escritor. Desde niño me ha gustado escribir, compartir conocimientos, enseñar lo aprendido y disfrutar de la palabra escrita. Me sienta bien, desconecto y me dejo llevar entre esos renglones imaginarios que cuentan tantas cosas y cuyo resultado final usted conoce. Vuelvo a hacerlo hoy, abierto de nuevo al aplauso o a la crítica, en su caso. Tenemos la suerte de vivir en una democracia donde hay libertad de expresión, en la que todo el mundo puede expresar lo que quiera, siempre que sea desde el respeto a los demás. Aquí estoy hoy contándole de nuevo datos sobre el Mercado Central sin ánimo de repetirme, sino de complementar lo que le narré entonces con lo que le cuento ahora.
Vuelvo al relato del mercado. Permita que le diga como celebré su Centenario. Creo que, de la mejor manera posible, degustando entre amigos productos en diferentes puestos en una visita guiada organizada por el Círculo Monárquico de Alicante a través de la empresa Sí Que Pasa Tours, quienes también nos dieron datos fundamentales de la historia de este establecimiento. Degustamos estupendas viandas, deje que le cite algunas de ellas, se me hace la boca agua sólo de pensarlo. Por ejemplo, tomamos unas excelentes gambas rojas cocinadas allí mismo al vapor, y un exquisito pulpo a la cerveza, ambos de Felete Mariscos, con unos “super vinos” de Enrique Mendoza seleccionados por Nuria Poveda que alegraron nuestro paladar, siguiendo con una chistorra y unas lonchas de jamón serrano de Fiambres Antonio Iborra que enamoraban los sentidos por el olor y sabor, así como un queso de Callosa de Ensarriá y otro de Elche, ambos de cabra, en Carnes y Embutidos Selectos Gómez, además de una deliciosa uva de Monforte del Cid en Frutas Gironés. Una visita gastronómica que repetiré, sin duda. Y que le animo que realice de esta manera, visitando puestos emblemáticos de este mercado, degustando, y comprando después de los consejos de sus profesionales.
De esta visita aprendimos muchas cosas, en todos los sentidos, no le quepa duda. ¿Sabía que el Central de Alicante es el mercado municipal más grande de España en metros cuadrados? Hay más curiosidades del devenir cotidiano de este edificio en relación con la ciudad, uno de ellos muy trágico. Enseguida se lo cuento. Ahí va una, bajo la cúpula redonda hubo una central de bomberos. Qué sorpresa, me dirá, y le contesto que así es.
Este mercado tuvo su Guernica. Durante la guerra civil española aviones italianos bombardearon la ciudad en reiteradas ocasiones. Salían de sus bases en Baleares y descargaban sus bombas en Alicante. En una ocasión fue una masacre. Algunos supervivientes que vivieron aquellos hechos de niños recordaron ya ancianos con horror este acontecimiento bélico tan dramático para los alicantinos. La plaza que hay detrás de este mercado lleva el nombre de ese día: 25 de mayo (de 1938). En el suelo, frente a la puerta trasera, hay una placa metálica grande donde se dibujan las bombas lanzadas por esos aviones, y las víctimas. Ese día 9 aviones Savoia italianos despegaron de Mallorca. Llegaron al cielo alicantino a las 11.18 h lanzando en el centro de la ciudad más de 90 bombas, muchas de ellas cayeron en el mercado central, produciendo más de 300 muertos y más de 1.000 heridos. Tuvo gran repercusión nacional e internacional de protesta contra las autoridades italianas y franquistas, aunque estas manifestaron no haber dado la orden de este bombardero a sus aliados italianos. Dada o no, lo cierto es que tuvo un resultado dramático, según ya le he relatado.
Deje que volvamos a la actualidad y disfrutemos de lo que es hoy el Mercado Central, un lugar de culto para la gastronomía local de Alicante, donde podemos adquirir los mejores productos de este litoral, sean del mar o de la tierra. Somos afortunados, ¡que aproveche!