Viene la temporada alta de turismo. Se mantienen algunas tendencias que va dejando la postpandemia; el turismo británico sigue sin confirmar cuando podrá venir a España sin tener que cumplir cuarentena a la vuelta. ¿Problema diplomático, o cuestión de soberanía? El tiempo nos lo dirá. Todo hace indicar que la temporada será mejor que la anterior, siempre y cuando la campaña de vacunación no decaiga, y alcancemos pronto la inmunidad de rebaño, y no aparezca ninguna nueva variante del virus, que obligue a replantear estrategias.
Mientras, el debate sigue en el seno del sector turístico: ¿Cuándo recuperará las cifras de precovid? Es posible que sea en meses, pero mientras lo que si parece claro es que están cambiando las tendencias. Lo dijo el pasado jueves el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, en la jornada de Turismo que cada año organiza AVE en Benidorm. "Los destinos obtendrán mejores resultados "por ser capaces de ser distintos, no por tener grandes afluencias", por lo que Zoreda apuesta por "cambiar el chip del modelo del futuro, que es ofrecer autenticidad y valor añadido".
En ambas cosas, tanto la Costa Blanca como la Comunitat Valenciana pueden desempeñar un rol importante, que a vez pueda servir para profesionalizar y mejorar, todavía más, la calidad de lo servicios que se ofrece y su personal, para que se vayan aparcando las consecuencias que genera la temporalidad y, por tanto, la precariedad. Autenticidad tenemos un rato, y el valor añadido se ha ido conquistando a base de buenas materias primas y mejor formación de todos los subsectores implicados. Por tanto, el reto es completar la digitalización del destino, y de todos los subsectores que le rodean.
Todo este cambio que se ha generado, y se generarán, en el sector turismo ha sido, curiosamente, toda una inyección para el sector inmobiliario. Por lo mismo, la pandemia. Los confinamientos han puesto en valor los modos de vida meditarráneos: buen clima y grandes espacios. Y todo ello, junto con una rápida digitalización, ha supuesto que los promotores apenas hayan sufrido la crisis (sólo puntualmente) y que la venta de casas se haya mantenido, o crecido, desde la distancia. Como han comentado los propios empresarios en el Foro Inmobiliario que organizó Alicante Plaza, hay muchos residentes europeos que han comprado su casa sin verla, sólo con las recreaciones virtuales, la confianza en el empresario local y, sobre todo, por el entorno, al que hay que seguir cuidando y protegiendo.
Nos encontramos, por tanto, con dos sectores parecidos, con dinámicas diferentes, pero que desde el punto de análisis reúnen los mismos factores: una pandemia, una búsqueda por mejores servicios y más auténticos (o exclusivos) y que en algunos casos supone un cambio de residencia porque la digitalización de los empleos lo permite. En todo caso, de decisiones meditadas, en la que ya entran en juego otros condicionantes, más allá del precio. Podríamos decir que eso, el precio, incluso ha pasado a un segundo plano: la gente ha gastado menos (por razones obvias) y por tanto dispone de más recursos. Se trata, en algunas ocasiones, de decisiones vitales: antes vivir mejor que disponer de más, pero no poder hacer uso. Después, están las prestaciones del transporte, decisión que a veces se reduce al pragmatismo más básico: la mejor manera de entrar y salir, (aunque se tarde más), y que se puedan salvar las restricciones sanitarias. Pero para que vean los secundario que puede ser el transporte, algunos han pillado hasta residentes de Canadá.
Las vacaciones y los viajes se mantendrán, la gente seguirá viniendo a la Costa Blanca, o otros puntos de la costa; los destinos de toda la vida recuperarán su esplendor con el tiempo, pero hay dos cuestiones no que no debemos olvidar, como tampoco lo están haciendo el resto de competidores, en estos tiempos que corren: quizás ahora, por el contexto, la economía nos puede dar más alegrías por el modo de vida que ha impuesto la pandemia y las prestaciones tecnológicas o medioambientales de un destino, y con lo que también podemos competir (y mucho, aunque se nos escape Vodafone), que por el paquete clásico de vacaciones de antaño. Lo dice José Luis Zoreda, que de esto sabe algo. Es decir, que en estos momentos, está rentando más traer residentes que turistas. Por el momento, y por el contexto. Es una tendencia y, como tal, puede cambiar.