El martes, por penúltima vez esta semana, se volvió a armar la marimorena en el entorno del Hércules.
Precios y condiciones de la campaña de abonos al margen, la ocurrencia de hacer pasar por caja al abonado para ver un partido de primera ronda de Copa con el Recreativo de Huelva un martes por la noche, estando el equipo como está, tiene soliviantado hasta al herculano más comedido.
Mayoría cualificada a favor y unanimidad en contra
Esas han sido las respuestas del entorno blanquiazul a las decisiones adoptadas por Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez en las 48 horas que van desde la tarde del domingo a la del martes: la destitución de Jesús Muñoz y la designación de Vicente Mir para que se hiciera cargo del equipo, lo que a su vez provocó la renuncia de Javier Portillo a la dirección deportiva, fue mayoritariamente aplaudida por el aficionado, mientras que la decisión de hacer pasar por caja a los abonados en Copa recibió un rechazo unánime.
Si el día del Olot el Rico Pérez parecía el teatro de la ópera por el silencio reinante pese a que el equipo no carburaba precisamente (el público optó por conformarse con que los suyos al menos corrieran), el martes frente al Recre todo apunta a que será un cementerio, hasta el punto que la caja no dará ni para pagar la luz. He perdido la cuenta de las veces que he dicho que la política de tierra quemada que practican los empresarios tiene estas cosas, como también he expresado mi hartazgo por el teatro de marionetas que desde hace 20 años dirige el constructor, al más puro estilo Manolita Chen.
Ni recompraron el Rico Pérez para los herculanos, ni el cielo no podía esperar, ni el Instituto Valenciano de Finanzas y la Agencia Tributaria eran (el fisco todavía lo es porque se le siguen debiendo cuatro millones) los malos de la película. No engañan a nadie, ni los unos ni los otros, ¿o es que es la primera vez que hacen una 'artistada' como la de la Copa? Cuando en 2017 tenían tres millones para pujar por el Rico Pérez pero no para reforzar el equipo en el mercado de invierno o cuando en el verano de ese año y el siguiente le vacilaban a Hacienda, ¿eran buenos? Pues eso, de aquellos polvos estos lodos.
