¿Qué le parece si el alcalde decide derribar una seña de identidad de la ciudad?

¿Qué le parece si el alcalde decide derribar una de las señas de identidad de su ciudad? ¿Cuál sería su reacción? ¿Qué le diría? ¿Cómo resolvería esta polémica?

Si nadie lo remedia, si no prima el interés general antes que el particular, si no prevalece el sentido común, ocurrirá y ya no tendrá remedio. Ahora le cuento a qué me refiero. Según me dicen oriundos del lugar, es para preocuparse, por lo que hace falta reaccionar.

El barranco por donde corría el agua que hacía mover el batán del molino textil que antaño allí había, se convirtió en un paseo hace unos años. Es una calle peatonal llamada paseo del Batá en la que en uno de sus muros -que colinda con un parque de chopos- se hicieron unas pinturas murales de gran tamaño que representan personajes de la historia de la lengua valenciana. Su autor es Toni Espinar, pintor muralista de fama internacional que es, además, defensor del arte urbano y socio fundador de INDAGUE (asociación española para la investigación y difusión del grafiti y arte urbano).

Este mural representa a una proto feminista del siglo XV, nada menos, así como a un caballero de escudo, espada y caballo que escribió “Tirant Lo Blanch” (publicada en Valencia en 1490), una de las obras más representativas del siglo de oro valenciano; o al autor del “Libre de les Dones”, escrito en versos de cuatro sílabas, de notable éxito en su época y una de las grandes obras de la literatura medieval valenciana; o al halconero del Rey Alfonso V el Magnánimo que fue también poeta; o al escritor e inventor en el siglo XIII de la rosa de los vientos o del nocturlabio; o a un cantautor valenciano del siglo XX... No le doy los nombres, le invito a que los adivine en la relación que hay más abajo, espero que le despierte la curiosidad como a mí me la ha despertado al escribir esta crónica con aquellos que conocía menos después de identificar a los que conozco más.

Al iniciar este mural se empezó pintando a Ovidi Monllor (1942-1995) y Vicent Andrés Estellés (1924-1993), representados para recordar sus obras. Tras ellos le siguieron - durante tres años - otros como Joan Fuster (1922-1992), Joan Valls (1917-1989), Enric Valor (1911-2000), Manel Sanchís Guarner (1911-1981), para cambiar de siglo con Carles Salvador (1893-1955), Lluís Fullana (1871-1948), pasar por el XVIII con Lluís Galiana (1740-1771), y destacar autores del siglo XIII al XV como Bernat Fenollar (1438-1516), Joan Roís el Corella (1435-1497), Isabel de Villena (1430-1490), Joanot Martorell (1413.-1468), Jaume Roig (1.4  - 1478), Ausias March (1397-1459), Bernat Meige (1340-1453), Francesc Eiximenis (1330-1409), Ramón Muntaner (1265-1336), Bernat Desclot (1235-1288) y Ramón Llull (1232-1316). Con todos ellos se divulga la cultura y la historia de la lengua valenciana de una forma sencilla. Es como una enciclopedia al aire libre que invita a la investigación, a tirar de biblioteca e indagar en sus escritos, conocer sus inquietudes, descubrir sus pasiones.

Este mural es único y por serlo merece su protección. Da valor a la cultura y, con ella, a esta población donde fue pintado porque al hacerlo se expresó su respeto y difusión. Y con él bien podría nacer una ruta turística en esta población que tuviera como base este mural y los contenidos que reproduce en sus pinturas. Pero todo esto está en cuestión. El Ayuntamiento de Muro de Alcoy ha comprado el parque que hay detrás del mural y el Gobierno municipal pretende derribarlo para darle más espacio para dotaciones y servicios públicos.

En contra de este derribo se ha manifestado buena parte de la población de Muro de Alcoy. No están de acuerdo. Quieren mantener el mural. Con ellos ha nacido un movimiento ciudadano para “salvar los murales literarios de Muro de Alcoy” y han firmado un manifiesto en el que dicen – entre otras cosas – que “tengan en cuenta nuestra opinión para conservar, proteger, ampliar y divulgar los murales literarios. Consideramos que son un bien artístico y cultural de primera categoría. Muy querido por el pueblo de Muro y por sus visitantes. Los Murales se han convertido en todo un referente y sería una barbarie destruirlos, además de un desperdicio de recursos públicos, cuando pueden integrarse perfectamente en la construcción del parque e, incluso, ampliarse con nuevas figuras literarias”. Ya ve que aprecian este mural y quieren conservarlo.

Sin embargo, el alcalde de esta localidad manifestó en una entrevista en À Punt que como el artista vive, puede volverlo a pintar en otra ubicación, convencido que el derribo no es un perjuicio para la población. En conversación telefónica con Toni Espinar, pintor de este mural, me dice que nadie del Ayuntamiento de Muro de Alcoy se ha puesto en contacto con él en este sentido. De esto deduzco que la intención de hacer un nuevo mural está presuntamente lejos de ser realidad. Como dice Espinar, hay otras soluciones antes que el derribo como es dejarlo donde está y hacer un cuidadoso mantenimiento que evite las grietas, las filtraciones y el crecimiento de enredaderas y hierbajos que lo deterioran.

No soy valenciano parlante, pero respeto a quien lo sea; ni soy partidario de que la lengua sea un arma arrojadiza contra el adversario político. Para mí el valenciano forma parte de nuestra cultura y así hay que respetarlo. Pues eso.