ALICANTE. El presidente del Hércules, Carlos Parodi, reconocía este miércoles que el club no cuenta con recursos para afrontar el pago de 900.000 euros que la entidad ha de realizar el próximo junio a sus acreedores ordinarios.
"Con recursos propios no podemos hacerle frente", decía a las puertas del Monasterio de la Santa Faz el también consejero delgado y director general de la entidad blanquiazul. Eso sí, a continuación puntualizaba que no por ello el futuro de la misma corre especial peligro ("El club tiene 100 años y vamos a pelear por otros 100 más"); desde luego no uno mayor al que está expuesta desde que las cuentas dejaron de salirle con la sucesión de descensos que le han llevado en 10 años de la primera a la cuarta categoría del fútbol español.
El Hércules ha de abonar el próximo 30 de junio la primera de las cinco sumas en que se estructuró el pago de la deuda con sus acreedores ordinarios, en el marco de un convenio aprobado judicialmente allá por enero de 2013, pero que fue objeto de una modificación a finales de 2017. Se trata de una deuda que hoy asciende a unos 6,7 millones de euros, tras la quita del 50% pactada en su día y los diferentes abonos que se han ido realizando desde entonces a Agencia Tributaria y Tesorería General de la Seguridad Social (estos entes, que también son titulares de créditos privilegiados, no quedaban sujetos a la espera como el resto de acreedores ordinarios).
La entidad del Rico Pérez acordó con los titulares de créditos ordinarios el pago de su deuda en cinco años, a razón de un 13% los dos primeros, un 14% el tercero, y un 30% los dos últimos. Los pagos se han de realizar a 30 de junio de cada uno de esos años. Los acreedores le concedieron también una carencia de pago, pero esta venció en 2016, llevando al club a solicitarles la citada segunda oportunidad (su capacidad económica se había reducido a la mínima expresión, ya que el primer equipo había descendido en 2014 de LaLiga SmartBank a la entonces Segunda B). Esta segunda oportunidad, aprobada por sentencia del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Alicante de 21 de diciembre de 2017, también llevaba aparejada una carencia de pago, concretamente por tres ejercicios, a contar desde el siguiente a aquel en el que se aprobase el reconvenio, es decir, que el primero de carencia era el 2018/19. De ahí que en el presente curso se haya reactivado la obligación de pago.
Como el presidente del Hércules Carlos Parodi venía a advertir este miércoles, la única opción que tiene el Hércules de cumplir con la misma es mediante el auxilio financiero de un tercero, como puede ser Zassh Tecnológica, la mercantil a través de la que Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez le viene insuflando aire a la entidad en los últimos ejercicios: en la presente temporada solo el primero inyecta capital (que luego tendrá que aceptar canjear por acciones, tal y como se acordó también con los acreedores en el reconvenio negociado en 2017), por lo que todas las miradas están ahora puestas en él, en si aumentará lo suficiente ese auxilio económico para que el club, además de seguir levantando la persiana en la Segunda RFEF, la categoría deficitaria en que milita su primer equipo (la Primera RFEF, a la que espera ascender en mayo, también lo será), pueda afrontar el mencionado pago de 900.000 euros a sus acreedores ordinarios.
Ahora bien, aunque Carlos Parodi no lo explicitaba, sí reconocía que el club trabaja en soluciones que permitan amortiguar el golpe para la entidad (y para Ortiz), en que esa obligación a la que ha de enfrentarse el Hércules le sea "lo menos perjudicial posible". No se trataría de otra cosa que de alcanzar nuevos acuerdos de pago (de manera extrajudicial, pues la Ley no contempla más oportunidades para el club como deudor, hasta el punto de que un acreedor podría instar la liquidación si no se cumple con el pago) con unos términos de plazo más cómodos o, directamente, la compra (por parte de Ortiz) de su deuda con el Hércules, a cambio de una suma inferior al importe de la misma.
LaLiga y la Asociación de Futbolistas Españoles aglutinan la voluntad de los acreedores titulares de la mayor parte de los 6,7 millones de deuda ordinaria que tiene el club del Rico Pérez a día de hoy. A la misma hay que sumarle la que se mantiene con acreedores privilegiados (casi 3,7 millones que adeuda a la Agencia Tributaria, un crédito en situación irregular) y con los acreedores subordinados (unos 14 millones).