VALÈNCIA. ¿Cómo recuerdas los veranos de tu juventud?
Los dividíamos entre mi Andalucía natal, en Valenzuela y mi querida Valencia, en la costa de Gandía. También en Marbella cuando aquello era algo muy familiar y tranquilo. He de confesarte que me gusta mucho más la playa que el monte. Y también hemos viajado mucho en verano, incluso en un lugar exótico como la isla Contadora en Panamá donde mi hija la arquitecto Presen Cosme tiene el hotel “La Isla”, un verdadero paraíso diseñado por ella y donde encuentro una paz total.
¿Mucho contraste entre Andalucía y Valencia?
Totalmente, Valenzuela es un pueblo perdido todo empedrado donde no había ni agua, era un ambiente muy rural y muy de campo, la Andalucía profunda. Y luego cuando íbamos a Gandía era distinto, con gente de Madrid y con un ambiente mucho más cosmopolita. En los años 80 eran un clásico las fiestas de los apartamentos, fue una época donde había mucha vida social entre los propios vecinos, venían primos y familiares y también mucha gente conocida de Madrid como Vicente Calderón quien fuera histórico presidente del Atlético de Madrid y que de hecho está enterrado en una parroquia del Grao de Gandía.
¿Qué rutinas recuerdas de los veranos en la playa de Gandía?
Por la mañana bajábamos al chiringuito, tomábamos una cervecita y unas patatas y lo pasábamos fenomenal. Luego subíamos a casa a comer y lo que más me gustaba era por la tarde bajar a leer tranquilamente mientras todos se quedaban durmiendo la siesta, ese rato de tranquilidad y lectura en la playa era sin duda el mejor. En verano siempre leo libros más largos, algunos de los que más he disfrutado han sido La ciudad de la alegría o Los pilares de la tierra.
Creo que esa vida social entre vecinos, quizá se ha perdido un poco, ¿no crees?
Probablemente, pero en aquellos años por las noches siempre cenábamos juntos todos los vecinos del apartamento y los niños jugaban, los padres cenábamos y luego bailábamos en una sala, era una época fabulosa. También hacíamos fiestas de disfraces, recuerdo uno de “noche y día” que diseñé para mi hija pequeña, a mí también me gustaba vestirme para cada fiesta de una manera distinta.
Tú que eres una reconocida y prestigiosa diseñadora, ¿cómo veías la moda en verano en esos tiempos?
Yo en verano siempre quería desconectar del trabajo, y la verdad es que era muy difícil porque mis amigas enseguida me sacaban conversación sobre temas de moda y a veces hasta bajaba más tarde a la playa para no encontrarme a tanta gente conocida y hablar más tiempo de trabajo. Es como cuando al amigo médico en una cena le preguntamos por una dolencia. Sobre la estética creo sinceramente que ha cambiado mucho, porque también las estaciones del año están menos marcadas y por ello la gente usa una moda más funcional. Antes cada temporada tenía su ropa muy diferenciada y en verano cuidábamos mucho la estética. Tanto para ir a la playa como para las noches nos arreglábamos y buscábamos que todo conjuntara, usábamos más complementos, pero hoy en día veo a la gente joven y me gusta cómo van y cómo combinan de manera muy práctica las prendas de día y de noche.
Te casas muy joven y también enviudas muy joven, ¿cómo cambian tus veranos?
Sí, me casé con 19 años y con 58 me quedé viuda, mis dos hijas estaban casadas y mi hijo soltero. Fue muy duro porque mis vacaciones eran siempre familiares y mis hijos casi me obligaron a abrirme a otro tipo de veraneo, primero hice un viaje con amigas a Ibiza, era un momento difícil, pero fue un verano muy divertido. Recuerdo que coincidí con Jean Paul Gautier, en ese momento era uno de los diseñadores más famosos y fue toda una experiencia, además como iba con mis amigas me lo pasé genial. Y luego comencé a hacer mucha vida con mi hijo que es un gran amigo y compañero, y por supuesto también con mis hijas y sus familias.
¿Entonces a partir de quedarte viuda, los veranos junto a tus hijos donde son?
En Jávea, en la Granadella y en la Torre del Portichol donde una de mis hijas tiene una casa con unas vistas maravillosas y también algunos años veraneamos muy cerca del popular Montgo di Bongo, en la playa del primer Montañar. Actualmente en Jávea, es el único lugar donde volvemos a coincidir casi toda la familia. Son unos veranos muy sociales, aunque yo siempre intento evadirme y desconectar. Porque ahí además de mis hijas y sus familias, veranean muchas amigas mías de Valencia.
Una persona muy familiar para veranear, y me has comentado que también has hecho viajes. ¿Cuáles recuerdas con más ilusión?
Todos lo veranos hago escapadas con mi hijo José Cosme. Como destino fijo siempre nos vamos una semana a Sotogrande. Pero muchos años también hemos viajado a lugares por todo el mundo, recuerdo especialmente Miami, Estambul, Shanghái o Brasil. Casi todo son sitios de gran belleza y donde tenemos gente conocida y donde he vivido muchas aventuras y me lo he pasado muy bien. Recuerdo en Brasil donde fui por motivos de trabajo, había un desfile y aunque estuvo fenomenal he de reconocer que la popular playa de Copacabana me sorprendió porque pese a su fama no me pareció un lugar tan espectacular, en cambio el Cristo de Corcovado y la roca de Pan de Azúcar y sus vistas impresionantes sí que me impactó mucho. Otra anécdota curiosa es que en Miami fuimos al entierro de Cachao, ¡dónde se bailaba y cantaba! Estuvimos junto a Gloria y Emilio Estefan, y Andy García tocó música con la banda. Mi hijo tiene mucha amistad con la familia de Andy García, y luego cenamos en el Versalles con ellos, el restaurante cubano más típico y famoso de Miami, un lugar muy icónico para los cubanos.
Cuántas vivencias y junto a tu hijo, me parece una preciosa relación.
Así es, con mi hijo José he viajado a muchos sitios porque conoce gente en todos esos lugares, así que nos lo hemos pasado genial. De hecho, el viaje a Estambul y Shanghái fue uno de mis mejores veranos, visitamos lugares muy bonitos y gracias a los amigos que tenemos en esos sitios, me trataron espectacularmente. En Shanghái casi vivimos un tifón y pese a la preocupación, en todo momento me sentí muy tranquila y protegida por nuestros anfitriones.
¿Y sigues ese ritmo de viajes o has vuelto a un verano más tranquilo?
En los últimos años, como te decía antes voy mucho a Sotogrande y a Marbella, y la verdad que nos lo pasamos genial porque es tranquilo y al mismo tiempo tenemos muchas actividades: vamos al torneo de polo, al Club Trocadero que tiene un gran ambiente, vemos a muchos amigos y conocidos y disfrutamos mucho de esa magia que tiene el Sur también en sus veraneos, donde se combina elegancia y naturalidad.
¿Cómo sería un día de verano ideal para ti?
Sinceramente, como eran en mi etapa de Gandía. Estar en casa, bajarme a la playa temprano y bañarme, luego comer en casa y la siesta pasarla en la playa con mi sombrilla y leyendo. Por las noches siempre salir a cenar con amigos, es uno de los planes que más me gusta en verano. Además en la época estival no soy de volver pronto a casa, me gusta vivir la noche porque es uno de los mejores momentos del día, hace menos calor y a veces hasta alguno de mis hijos me dicen que no pueden seguirme el ritmo.
Olores, sabores, colores de verano.
Los colores, el amarillo, los verdes y el blanco del jazmín que además me recuerda a Valenzuela donde había un jazmín precioso. Y por supuesto su olor también es para mí un recuerdo fijo de todos mis veranos. Y en sabores, el salmorejo es el que más grabado tengo, pero también hago una ensalada de naranja con cebolla tierna, huevo duro, sal y aceite de oliva, se le añade un poquito de agua para deshacer la yema de huevo duro y las naranjas siempre enfriadas previamente. Es mi plato estrella que ya tiene seguidores que lo hacen y me recuerda a los veranos siempre.