Los sondeos de Porfirio Pascual en Elche muestran algunas zonas de 15 metros de relleno mal hecho

ELCHE. De 15 a 18 metros de profundidad de relleno mal hecho. Es el resultado que han arrojado las prospecciones que se han realizado en las pasadas semanas en parte de ladera del río, después de que en los pasados meses fueran varios los socavones aparecidos en Porfirio Pascual tras los intensos episodios de lluvia. Eso sí, los 13 sondeos realizados no fueron solo en el barrio, sino también en otros puntos. 

El equipo de gobierno ha estado esperando a que finalizase el Debate del Estado de la Ciudad para recibir a vecinos del barrio, que han estado durante meses mostrando su preocupación por los hundimientos, para reunirse con ellos este martes y ofrecerles una primera explicación de la situación. En este sentido, no toda la zona de la ladera coincidente con Carrús Este tiene un mal estado de relleno, ya que por ejemplo en la zona de la guardería ha habido una buena solidificación, pero desde el área de las pistas de petanca hasta el colegio Ausiàs March, cerrado a escasos días de iniciar el curso escolar de este año, hay una mala compactación. 

En cualquier caso, el Ejecutivo ha emplazado a una próxima reunión al colectivo vecinal para seguir hablando sobre la situación. Lo que también se ha trasladado es que se está trabajando en un pliego de condiciones para licitar las obras de reparación. Parte de los vecinos recuerdan que en la zona había hace décadas cuevas en dos niveles en las que vivían familias, por lo que podría haber influido en la fisonomía de la zona, aparte de las prisas por construir rápido, precisamente para ofrecer vivienda a la mano de obra para la incipiente industria del calzado. 

Rechazo a la pasarela volante

Por último, algunos de los vecinos presentes en la reunión aprovecharon para mostrar de nuevo su rechazo al proyecto de la pasarela voladiza en Carrús Este, que ya ha atraído el interés de arquitectos para presentar su anteproyecto. Algunas de las quejas vienen por la visibilidad de las viviendas que creen que van a perder como consecuencia de la pasarela. Creen que hay otras alternativas de accesibilidad en el entorno.