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EL SUR DEL SUR / OPINIÓN

Por fin, la patronal servirá para algo

7/04/2019 - 

La nueva etapa patronal que se han dado los empresarios de la provincia de Alicante quiere marcar un antes y un después. Está por ver si lo consiguen, pero por lo menos, digasmolo así, pinta bien. Con la unidad conseguida, y los restos de Coepa ya integrados en forma de Uepal en la CEV, Perfecto Palacio ha logrado esta semana exhibir la unión total con la Cámara de Comercio. Y no sólo con la presentación del estudio de las cuentas pendientes de las comarcas del sur, que también, sino porque la patronal comienza a cambiar de mentalidad: debe fijar posición en cualquier polémica o reivindicación que se precie, y no en las de siempre -el agua-, que hacía la Coepa de Moestro Crespo; debe tener interlocución fluida con la administración, tanto la autonómica como la estatal y, fundamentalmente, debe velar por los intereses comunes, a sabiendas de que la provincia es polinuclear, y evitar las peleas internas, que es de lo que siempre se ha beneficiado el poder (el que sea).

Bajo este mismo prisma, tanto Perfecto Palacio, al frente de la CEV Alicante, y Juan Riera, de la Cámara de Comercio, quieren abrir una nueva etapa, en la que la patronal pase de ser un mero actor en las negociaciones laborales a un actor decisivo en las negociaciones presupuestas. Despejados las burdas discusiones la identidad y aquellas boutades del propio Riera acerca de la Diputación y la circunscripción electoral -vaya gol le metió el PP esa noche-, creo que ambos se han dado cuenta de que esto se trata de potencia y de números, los números que representa la provincia de Alicante; de necesidad y de nueva economía

Y que esas partidas se juegan, y se ganan en los despachos, y no dando titulares al Información para que después Ximo Puig los serene a base de talonario o publicidad institucional. No. Si algo pueden demostrar estas elecciones a las que nos acercamos es que los viejos trucos del pasado ya no valen. El servilismo ha acabado -aunque aún anide en ciertas instituciones-. De momento, hay fragmentación política y los actores son variados, así que los empresarios pueden tocar las teclas que ellos quieran con el objetivo de lograr lo que verdaderamente importan: inversiones y regulaciones que generen riqueza, de la que se deben beneficiar la mayoría, y no unos pocos. No hay que rendir pleitesía a nadie. Eso se ha acabado. El bien a dignificar, en toda su diversidad cultural, es la provincia de la Alicante, es la Comunitat Valenciana.

Pues ante eso, tanto Palacio, como Riera, la CEV o la Cámara, tienen un reto: que es convertir su demandas, cifradas en 4.000 millones y resumidas 10 obras vitales para la competitividad del territorio, en proyectos tocantes y sonantes. Y eso sólo hay una manera de lograrlo: patear sedes primero, tocar la pared de los que mandan y lograr que se plasmen en un presupuesto. No hay más. Trabajar. Da igual quien lo consiga. Es más, las elecciones generales del 28-A hacen a todos los actores igual de importantes, porque el futuro Ejecutivo igual puede virar hacia un lado o hacia otro. Así que se trata de generar un consenso sobre el top ten de las necesidades y exigirles que las hagan realidad.

Al final, la responsabilidad será doble. Los grandes partidos con representación -PP, PSOE, Compromís, Ciudadanos y Podemos- deberán rendir cuentas ante sus electores. Y los empresarios, ante sus asociados. Así como se podrán criticar a los partidos que rehuyan de los acuerdos apalabrados -porque doy por sentado que todos están dispuestos a respaldar ese decálogo de obras que piden CEV y Cámara-, y después no transformados en partidas presupuestarias, la patronal también deberá velar por lo conseguido. Y sus asociados exigir explicaciones porque el presidente no ha tocado la puerta o el despacho correspondiente.

Ese papel que ahora se arrogan CEV o y la Cámara, Palacio y Riera, es bienvenido. Ya era hora que la patronal hiciera el papel que le correspondía de representación empresarial de un territorio. Y si Ineca, siendo un servicio de estudios, lo ha conseguido, sentando a su vera a los consellers del ramo para exigir las inversiones territorializadas, éstos, es decir, CEV y Cámara, no deben hacer menos. El resto es doble y apasionante. Por lo menos, exhiben convencimiento: falta que demuestren que la patronal sirve para algo. Suerte a ambos. No lo van tener fácil. 

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