SANTA POLA. La terreta es sin duda fuente inagotable de productos gastronómicos de gran calidad y la sal marina no podía faltar en la lista de imprescindibles entre fogones, eso sí, con sello alicantino. Polasal es la enseña que comercializa la sal marina producida en las salinas marítimas Bras del Port de Santa Pola. Esta marca emblemática de la provincia quiere estar al lado de los cocineros y amantes de la cocina de Alicante aportándoles sales de gran calidad y con altas dosis de I+D+i.
Además de las sales finas y gruesas que se usan para todo tipo de preparaciones e industrias alimentarias, Polasal produce la única sal en escamas española. Se trata de los cristales de sal con forma piramidal definida y crujiente delicado que se han colado en las despensas de todos los hogares y restaurantes. Junto a las escamas, también se ha desarrollado una sal de baja densidad, única en el mundo, bautizada como “Espuma de sal marina”. La denominación responde a su textura ligera y esponjosa, con un salado sutil que se funde en el paladar. Una propuesta que ha conquistado ya a varios estrellas Michelin de todo el país.
La producción de este “oro blanco” representa un ejemplo de compatibilidad entre los usos tradicionales, como es la actividad salinera, y la conservación y enriquecimiento del medio. Esto se debe a la generación de un humedal de agua salobre que se ha convertido en el hogar ideal de numerosas especies de aves, peces, invertebrados, microorganismos y plantas. La presencia de estas formas de vida ayuda a intensificar la producción de sal, creándose una bella simbiosis industria-naturaleza. Este carácter sostenible se ha traducido en la obtención de la certificación ecológica para las sales santapoleras por el Comité de Agrícultura Ecológica de la Comunitat Valenciana (CAECV).
El 13 de junio de 1900 un visionario asturiano, D. Manuel González-Carbajal, adquirió una finca en las inmediaciones de Santa Pola con el objetivo de producir sal marina. En la actualidad, Bras del Port está regida por un consejo de administración de cinco familias asturianas descendientes del fundador. Entre accionistas y empleados se encuentran miembros de la cuarta y quinta generación. Prueba de la dilatada trayectoria y tradición de estas salinas en las que el oficio ha ido pasando de padres a hijos.
Desde su fundación, valores como la humildad, la lealtad y la apuesta por la innovación, han hecho posible que Bras del Port se haya convertido en una empresa salinera de alcance internacional sin perder su tradicional espíritu de empresa familiar. Gracias a su actividad salinera, Bras del Port ha creado un ecosistema de riqueza ecológica inigualable y reservorio de biodiversidad: el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola. Durante más de un siglo, el viento y el sol han sido, y siguen siendo, nuestros mayores aliados en el proceso de obtención de una sal marina totalmente natural.
