ORIHUELA. La ciudad oriolana cuenta con una vasta comunidad de residentes internacional. Decenas de nacionalidades distintas, que, en muchos casos forman comunidades, han elegido Orihuela como hogar desde hace años, aunque su arraigo se intensifica con el paso del tiempo. Por ello, desde hace aproximadamente un año existe el Observatorio Internacional, un consejo en el que, representantes de 14 nacionalidades se reúnen con la edil de Residentes Internacionales, Sofía Álvarez, para debatir sobre sus necesidades, inquietudes y propuestas para la ciudad.
En la últimas de las reuniones, uno de los planes propuestos y que quieren que salga a la luz, desde la comunidad ortodoxa en Orihuela, es la apertura de una iglesia ortodoxa en Orihuela Costa, con el fin de que sea lugar de rito y también elemento turístico visitable. Hacer de su templo un lugar de unión y reunión, según los que proponen esta opción. El enclave: una parcela en manos del Ayuntamiento que, en todo caso debería ceder el suelo para este uso. Los trámites quedan, en primer lugar, en manos de los solicitantes. Las personas de Rusia y Bulgaria, países que predominan entre la comunidad ortodoxa oriolana, ya tienen un local que usan como templo ecuménico en la costa, pero se les queda pequeño y quieren hacer una construcción que abarque más espacio y que también sea, estéticamente atractivo y se pueda convertir en un reclamo turístico que pueda ser visitado.
No es el único acuerdo al que han llegado, además, con motivo de la cercanía de las fechas navideñas, han propuesto realizar un mercadillo navideño, el 7 de diciembre, en el que las nacionalidades presentes tendrán un puesto cada una de ellas para mostrar sus productos, costumbres y compartirlas con el resto de Orihuela. De hecho, además, en próximo Día de la Hispanidad en 2019, sea quien sea quien esté al frente de la alcaldía en Orihuela, harán un acto en el litoral para trasladar a la población residente, de diversas nacionalidades, la conmemoración de este día.
El fin de estas reuniones: la integración. Por definición, integrarse en un país requiere de trabajo de las dos partes principales en el proceso, la sociedad que llega y la que acoge. Desde hace algo más de un año, el Observatorio Internacional trata que todas las nacionalidades residentes en Orihuela sientan el lugar como suyo y que no se conviertan en comunidades excluidas o que solo interactúan entre los suyos.
Este consejo se reúne mensualmente y lo forman 20 personas. Seis de ellas son británicas, porque la de Reino Unido es la comunidad extranjera con más presencia en Orihuela. Las restantes 14 personas vienen de países como Rusia, Francia, Alemania, Bélgica, Noruega, Bulgaria, Rumanía o China, entre otras naciones. La edil de Residentes Internacionales, Sofía Álvarez, afirma que, mientras que el objetivo primero de este observatorio es la integración, el segundo es "darles visibilidad en las acciones que se llevan a cabo en Orihuela".
Las propuestas que realizan y las actividades que planean van encaminadas a mostrar la diversidad de quienes conforman Orihuela. En otros campos, los residentes también trasladan sus inquietudes a la edil. En la última reunión surgieron preguntas sobre el futuro de la pasarela de la AP-7 o sobre las propuestas del presupuesto de la Generalitat Valenciana para la ciudad. Los representantes llevan las respuestas a sus vecinos.
La comunidad inglesa es la más presente en la Costa de Orihuela, junto a la belga y francesa. No obstante, también llegan, cada vez más, residentes de países europeos fuera de la UE. En concreto, la rusa y la noruega son dos de las nacionalidades que más reclaman Orihuela. Aunque en un porcentaje menor que los vecinos de la Unión Europea, las comunidades rusa y noruega son populares en la ciudad oriolana. Un dato curioso es que, según las inmobiliarias, son personas que ya residían en España, normalmente en el norte de la provincia y han decidido mudarse al sur de Alicante.
Orihuela fue en 2015 el municipio español que más residentes perdió según las cifras del INE y fue en una época de especial incidencia de la crisis. La mayor parte de las personas que se fueron y retornaron a sus países de origen fueron búlgaros y rumanos, que abandonaron Orihuela por falta de oferta laboral. Los que se quedan o llegan en este momento son personas con un nivel adquisitivo alto y, en muchos casos, ya jubiladas. El reclamo del empleo ya no está en alza en la zona. Además, el padrón de Orihuela de 2014 perdió unos 8.000 habitantes después de que el INE depurara el censo de extranjeros, un trabajo que concluyó con un importante descenso de población pero que ahora empieza a recuperarse por la nuevas compras de vivienda.