ALICANTE. El chef Karmelo Macho es vasco, pero acumula más de dos décadas de vida en la terreta. En el restaurante Petímetre, es el responsable de las brasas, uno de los puntos fuertes del establecimiento. Responsabilidad con la que se ha ganado un rincón en el corazoncito de los clientes más fieles. A diario sirve todo tipo de productos a la brasa, desde lenguados a chuletones. Productos con los que ha logrado hacer una seria competencia a los tradicionales arroces alicantinos. Su mano con las brasas es ya algo icónico en el restaurante y se ha ganado el protagonismo de la segunda jornada con la que Petímetre está celebrando su cuarto aniversario.
Dicen que el atún es el cerdo del mar, del que todo se aprovecha, y ese era el reto de Macho a la hora de elaborar el menú con el que lucirse en la segunda cita especial del aniversario. Todo un duelo entre el rey del mar y su contrincante en las dehesas españolas: el cerdo ibérico. "Hay cortes que se parecen y también sabores similares", explica. Sin embargo, lo que no engaña es la parrilla. "La brasa es una metodología transparente; puedes hacerlo bien o mal, pero no puedes engañar porque, si no hay un producto de calidad, estás perdido", sentencia.
"Nuestra trayectoria se centra en las partes nobles de ambos productos", afirma, así que así se dispuso a preparar un menú en el que, lejos de comparativas odiosas, costaba decantarse por una de las propuestas. Jamón serrano frente al atún curado; ventresca contra secreto ibérico; carrillera de atún contra la de cerdo... el dilema estaba servido. "Nuestra forma de cocinar es muy sencilla y versátil, sin tratar de camuflar nada", describe. Dos o tres pasos y pocas salsas o distracciones. "No es algo complicado; la virtud está en la calidad del género", afirma. Jugar con la altura o el espacio en el que se ubica este producto en la parrilla se antoja decisivo. "Si la brasa es óptima, entonces es cuando entra en juego la mano del chef", apunta.
La diferencia entre el fogón y la brasa se hizo palpable en esta jornada, que vino a reafirmar, a juzgar por la impresión de los comensales, que el rumbo que está tomando Petímetre es el adecuado. En torno al 70% de los platos que se sirven en las mesas del restaurante salen de las brasas que gestiona Macho. De hecho, en los últimos dos años calcula, en función de sus pedidos a proveedores, que ha servido alrededor de mil quinientos rodaballos y tres mil chuletones. Y en esta jornada especial no hizo nada más que lo que viene haciendo a diario. "No hay presión porque hago lo mismo de siempre", explicaba. Quien hubiese visto el alarde de cocina que exhibió en esta cita sabrá que es lo que puede encontrarse en el restaurante cualquier otro día.
Esa es la virtud de Petímetre, que ha dado personalidad al establecimiento ofreciendo toda una experiencia. Desde el plato, hasta el maridaje, pasando por la decoración, el servicio al cliente o el ambiente que consiguen en cada evento. "Es un estilo de trabajo y lo hacemos con cariño", sentencia Emilio del Barrio, presidente del Grupo Forty y uno de los cuatro hermanos que levantaron el proyecto hace cuatro años sumándolo a las decenas de negocios que gestionan en la ciudad. Desde Mauro, pasando por Pepito Brillo, Rafaella o el catering Gurú. "Mantenemos un estilo propio y familiar que está teniendo éxito", explica.
En este caso, se hicieron cargo del restaurante del Club Alicante Golf y llegó el triunfo, como con todo lo que tocan. "Cogimos algo que no había funcionado nunca y llegó el éxito, pero después seguimos creciendo en equipo, servicio y calidad de producto; eso, junto al local tan bonito que tenemos, es lo que nos ha dado prestigio", explica. Costó, pero se consiguió, y el punto en el que ahora se encuentran es el crecimiento constante. De hecho, el crecimiento lo han experimentado desde el primer día. "Nuestra marca se define por trabajo en equipo, esfuerzo y humildad; no hay más", sentencia. Esa es su clave del éxito. Los puntos clave de la filosofía del restaurante, pero también del propio grupo empresarial que lo gestiona.
"El tesón de los cuatro hermanos que hemos conformado esto, junto con el mejor equipo, es lo que nos ha llevado hasta donde estamos; si tienes la mejor idea, pero no sabes configurar un grupo de trabajo que transmita lo que tú sientes, es imposible crecer y hacerte grande", describe. Un sentimiento común que se ha palpado en estos primeros días de aniversario, que llegará al colofón este mismo viernes con el cóctel especial, a partir de las 20:30 horas. Contarán, entre otras muchas sorpresas, con showcooking de brasas, mesas temáticas con cortadores de jamón, abre ostras, referencias de cóctel y bodega para disfrutar una completa experiencia gastronómica con la música en directo más carismática de la banda Situación Límite y el mejor ambiente.
Celebran así este cuarto aniversario, sin números redondos. No es un cinco, ni un diez, ni un quince, sino un cuatro. "Había ganas de celebrar y de quitarnos de encima todas estas cosas que nos han venido apesadumbrando, pero celebramos el aniversario, además, con vocación de continuidad, porque será una iniciativa que se repetirá cada año", explica. Petímetre da así el pistoletazo de salida a la celebración de estas jornadas que servirán para mostrar, una vez al año, la mejor cara del restaurante, que no es otra que la que los clientes podrán encontrar también a diario.