ALICANTE. El escritor Paul Pen, autor de El aviso (RBA, 2011) y El brillo de las luciérnagas (Plaza y Janés, 2013), vio como la traducción al inglés de su segunda novela, The Light of the Fireflies, se alzó a la tercera posición de los libros más vendidos en Amazon USA, superando las cien mil copias vendidas. La novela será llevada al cine por Morena Films, que también se encarga de la adaptación de El aviso. Tras la publicación de Trece historias, una impactante colección de relatos cortos, publicó su tercera novela: La casa entre los cactus (Plaza y Janés), y ahora llega a las librerías con “Un matrimonio perfecto” (Plaza y Janés), un nuevo thriller que conjuga algunos de los ingredientes más genuinos del género, incluida la localización de la trama en las largas carreteras del Medio Oeste norteamericano.
-¿Llamarse Paul Pen y no Pablo Martínez -por poner un ejemplo-, ayuda para entrar en el mercado anglosajón, a pesar de escribir en castellano?
Pues la verdad es que nunca podré saber si el hecho de tener este nombre, que yo tengo por herencia holandesa, porque mi padre es holandés, muchas veces me preguntan si es un pseudónimo, pero es mi nombre real, sólo que yo lo he acortado un poco, ya que quedaba un poco largo para las portadas, Van Herpensig, y me quedé con una sola sílaba… el caso es que nunca sabremos si ha influido en que mis novelas tengan éxito en Estados Unidos, pero yo creo que aunque mal no habrá hecho, no influirá tanto como que mis novelas surgen de la influencia que ha tenido en mí la lectura de este género profundamente norteamericano, de que lo que yo escribo pueda resultar familiar a un público norteamericano. Además de que, salvo la primera, que estaba ambientada en España, la segunda no tenía una localización determinada, la tercera estaba ambientada en México y ahora la cuarta en Estados Unidos, soy como plurinacional en ese aspecto, escribo en español, pero no escribo costumbrismo español.
-¿Ambientar en los States es estrategia de marketing entonces o te lo pedía la historia?
Me lo pedía la historia… las localizaciones siempre me vienen porque, o me he inspirado en un sitio concreto, como en el caso de la novela anterior, en el desierto de México, un lugar en el que estuve viviendo un tiempo y la fascinación por ese paisaje me llevó a dedicarle una novela, y en este caso ha sido por una necesidad paisajística. Necesitaba, por un lado, un viaje por carretera, lo suficientemente largo como para que la familia se quedara en un punto, totalmente aislada, y esas grandes distancias que hay en Estados Unidos me ofrecían justo esto, y por otro, porque hay un elemento muy importante en la novela, unas aguas termales, lagos de agua hirviendo, que tal y como yo lo necesitaba, en otro sitio no lo podía encontrar, especialmente en España. Ha sido por necesidad de la historia, …
-Al meter un padre de familia “modelo” en una caravana, y ambientarla en Estados Unidos, ¿no tenías miedo de que mucha gente le pusiera el rostro de Bryan Cranston/Walter White?
Pues sí, tal vez, asociar una autocaravana con Walter White y Breaking Bad es la cosa del momento, pero son personajes muy diferentes… bueno, o no tanto.
-La trama de “Un matrimonio perfecto” parece inspirada en el título de aquella película de Mateo Gil, sobre una novela homónima de Juan Bonilla, “Nadie conoce a nadie”.
Sí, podría haber estado bien como título… justo ese es uno de los mensajes de la novela, así como de otras mías anteriores, que realmente no se llega a conocer a la gente, y que todos somos capaces, a pesar de nuestra apariencia perfecta, de tener un secreto oculto, nada es completamente blanco, ni completamente negro, en todas mis novelas me he mantenido en lugares morales que no están ni mal del todo, ni bien del todo, que incluso los actos malignos pueden partir de una motivación buena.
-¿Una pareja formada por un director de hotel y una youtuber madurita como protagonistas?
El que él fuera director de hotel lo necesitaba para dar verosimilitud al traslado de ciudad que origina la trama, aunque luego no tenga ninguna relevancia en la trama, su trabajo. Y lo de que ella fuera youtuber, por una parte me interesaba introducir estas nuevas profesiones en la ficción, pero también, al igual que él, era imprescindible para la trama que tuviera libertad de movimientos, que fuera una profesión que pudiera ejercer sin estar vinculada a un lugar concreto.
-¿Cómo trabajas la trama del thriller, le das más importancia al ritmo, a dejar caer pequeños clímax inesperados a lo largo del argumento, al desarrollo de los personajes?
A mí, de mis novelas, me interesa mucho la parte emocional, que obligatoriamente te tienen que dar los personajes. Pero si nos centramos en el aspecto thriller, a mí me gusta la sensación de que está pasando algo, pero que todavía no estoy contando, y el lector es capaz de darse cuenta de que ahí hay algo más. Me gusta sembrar pequeños detalles, como dichas a media voz… a veces me preocupa pensar que de eso que estoy intentando decir sin decir, se ha dado cuenta todo el mundo, y otras me da la sensación de que no estoy la estoy sembrando de suficientes indicios, jejeje. Mi escritura se fundamenta en conseguir ese equilibrio, que creo que es lo que alimenta al thriller, sin que al final parezca todo un truco que te sacas de la manga para darle solución al conflicto. Pretendo dejar todas las cartas sobre la mesa… pero que no se vean mucho.
-Después del interés que han despertado tus obras anteriores en el mundo audiovisual, ¿te mediatiza esto a la hora de elegir el estilo narrativo?
Creo que no, porque ya era así desde el principio, mi manera de escribir ya está muy influenciada por el cine y la televisión, así es que ya me sale de manera natural.
-El sexo es un motor de conflictos idóneo para el suspense… ¿una vez puesto en marcha, es imposible pararlo?
Ya… además, yo no había utilizado nunca hasta ahora el sexo como detonante o aspecto importante en mis novelas, y aquí digamos que sí lo es, en la medida que lo era en aquellas películas de los 80/90 que ahora se denominan domestic noir, como Atracción fatal, De repente, un extraño, Mujer blanca soltera busca, La mano que mece la cuna... esas historias que transcurrían en un hogar, con personajes que ocultaban secretos que solían ocurrir dentro de la familia, yo mi novela la veo más parecida a eso que a cualquier otra cosa. Y en aquellas historias, el ingrediente sexual era uno de los más utilizados.
-¿Tus personajes parece que creen en la justicia poética?
Pues creo que es la primera novela mía en la que ha ocurrido un poco eso, ya que hasta ahora justo me echaban en cara que me encontraba en un territorio moral entre dos aguas… pero no vamos a destripar la trama.